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¿La caída del Titan?

Las cifras del lanzamiento de Titanfall más el anuncio de cuando la consola llegará a otros territorios pintan un escenario complicado para la consola de Microsoft.

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Existe una tendencia en la industria de los videojuegos: cuando un juego exclusivo para una consola sale al mercado, esa consola ve un incremento sensible en sus ventas al menos por una semana. Entre más grande la exclusiva más amplio es el incremento y dura por más tiempo. Lo inverso también es cierto: si queremos medir el impacto que tuvo un juego basta con ver las ventas de la consola en su semana de lanzamiento.

Así que la llegada de Titanfall era un signo inequívoco de la posición que Microsoft tiene en Estados Unidos y Europa, donde hasta ahora ha estado por detrás de la PS4 pese a que el primer territorio fue su fortín por los últimos años. Y si bien Titanfall no es completamente exclusivo (aunque todo se queda en plataformas Microsoft), la Xbox One es la consola que lo recibe primero habiendo una sequía de juegos. El escenario ideal para ventas explosivas.

¿Y cómo reaccionó el mercado a la salida del juego exclusivo que más expectativa ha generado en estos primeros meses de consolas next-gen? Según Insiderp no como se esperaría. Ciertamente la consola mejoró sus ventas pero en ningún momento logró sacarle una clara ventaja, especialmente preocupante dado que para la consola de Sony no tuvo ningún lanzamiento similar.

Entonces ¿qué significa? Finalmente solo Microsoft sabe qué tan fuerte es este golpe. Es obvio que Microsoft no necesita vender más consolas que Sony para tener una consola rentable, pero el punto de equilibrio sería más fácil de alcanzar en dado caso. Ni la Xbox ni la Xbox 360 lograron el punto de equilibrio a pesar de ser muy exitosas.

Y más problemático resulta que Microsoft, según informó esta semana, lanzará su consola en 26 países más (incluyendo Colombia), hasta septiembre lo que significa que Sony tendrá casi un año de ventaja en esos territorios y es una fecha posterior a momentos importantes: adios a la idea de sacar la consola con una versión de FIFA para el mundial y adios a la idea de sacarla para el lanzamiento multiplataforma de Watch Dogs y adios a sacarle antes de juegos exclusivos de la competencia como Infamous Second Son y Mario Kart 8. Ni que decir que cuando Colombia, por ejemplo, pueda jugar Titanfall llevará ya 6 meses en el mercado.

No hay duda que Microsoft le sirvió a Sony en bandeja el liderazgo en ventas de esta generación. Aún así puede que Microsoft reciba más dinero por usuario de lo que Sony o Nintendo hace y eso genere suficiente flujo de dinero para hacer la consola rentable. Pero en realidad no creo que sea el caso, por lo menos ahora no, y esto a futuro con los cambios que ha tenido la empresa en sus ejecutivos puede pintar un futuro muy incómodo para la marca.

Cuando lleguen a la consola los servicios de contenido exclusivo, como por ejemplo la serie de Halo, y llegue la navidad (y con ella un posible juego de Halo) tendremos certeza absoluta de si realmente Microsoft ha fallado o no con su consola. Lo que si parece seguro es que llegado el caso, incierto por ahora, de que Microsoft decida abandonar la industria, seguramente habrá alguna empresa que compre la marca. La posibilidad de volver a un mercado de 2 consolas «tradicionales» es imposible.

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