Daredevil – Segunda temporada: Primeras impresiones

El vigilante de Hell’s Kitchen regresa para enfrentar a un ejército de un solo hombre.

Matt Murdock y su alter ego se ganaron el aprecio del universo fílmico de Marvel, al presentar una serie para televisión diferente a lo visto hasta entonces en películas de Disney y series de ABC como Agents of SHIELD o Agent Carter (esta última un poco más arriesgada).

El tono citadino y maduro de la segunda temporada de Daredevil, sumado a un buen manejo de drama y acción por parte de Steven S. DeKnight, hicieron sobresalir la primera propuesta del proyecto Marvel/Netflix conocido como The Defenders, al que le siguió el estreno de Jessica Jones a finales del 2015.

Pero realmente Daredevil es un producto superior. Tan solo meses después de su primera temporada se confirmó una segunda que originalmente no estaba en los planes, pues en camino vienen las series de Luke Cage y Iron Fist antes del crossover definitivo en The Defenders. El público pidió más Daredevil, y ahora Hell’s Kitchen está a punto de explotar.

El primer episodio en la segunda temporada de Daredevil no tarda en conectarse inmediatamente con la situación en la cual quedó el célebre vecindario tras el arresto de Wilson Fisk, alias Kingpin. Pero ahora las neoyorquinas calles son recorridas por un recién llegado “ejército de un solo hombre” que, dadas sus acciones, aunque violentamente extremas, podría considerarse también un antihéroe.

The Punisher ha llegado, en un episodio debut de temporada que gira alrededor de sus motivaciones personales enmarcadas en un rastro de suspenso, acción y drama. Tras la desaparición de Kingpin diferentes bandas intentan apropiarse de sus territorios en Hell’s Kitchen, como es natural. Un cartel mexicano, motociclistas, irlandeses, todos buscan heredar el negocio dejado atrás por Fisk. Una acción cuya plena responsabilidad recae sobre Matt Murdock.

Pero ni Murdock o sus amigos Foggy y Karen tienen que lidiar con ellos. Los potenciales sucesores de Kingpin son organizadamente exterminados por este nuevo vigilante en la ciudad. Llama la atención cómo los realizadores decidieron apostar por presentar directamente a Punisher en su estado natural, sin extender demasiado la trama como sucedió con Kingpin en la primera temporada. Tratamiento diferente para enemigos diferentes.

No por ello deja de tener un halo de misterio su progresiva revelación. Aun después de un par de apariciones en películas individuales que mostraban a un vengativo Frank Castle haciendo lo que mejor sabe hacer, no se le ha hecho mucha justicia a The Punisher en live-action. Pero el desarrollo en televisión permite expandir la construcción de personajes en un espectro más amplio, por lo que el Punisher de John Bernthal (quien hizo sus audiciones con Spider-Man) permite profundizar en la psicología detrás de este justiciero anti heroico.

La terna de Matt, Foggy y Karen continúa funcionando en una buena dinámica. Esto es lo que hace interesante el mundo de Daredevil, que fuera del traje hay más historias por contar plenamente enlazadas. Algo realmente tedioso en el caso de Jessica Jones y sus personajes secundarios.

Foggy es consciente del peligro que enfrenta Matt en su identidad secreta, siendo su firma legal la menor de sus preocupaciones, pues ni los problemas monetarios parecen importarles. Karen por su parte sigue siendo fiel al par de extraños que le salvaron la vida, aunque sigamos desconociendo mucho de ella, pero su afección hacia Murdock parece haberse incrementado con el tiempo.

El ingreso de Frank Castle/Punisher a este violento y oscuro ámbito es un paso natural y hasta lógico para la serie, pero en mayor medida, peligroso. Alguien que no mide consecuencias y pone en riesgo la vida de civiles en un hospital mientras cuelga criminales en los ganchos de un matadero, es cuando menos, bizarro.

La segunda temporada de Daredevil ya se encuentra disponible por streaming a través de Netflix.