Terminator Génesis – La reseña

He de confesar que esperaba muy poco de la nueva película de Terminator. Sin embargo, después de verla cambié de parecer y, debo decirlo, disfruté de un buen rato en la sala de cine. ¿Qué es y de qué se trata Terminator: Génesis?

Génesis (Genisys en inglés) es la quinta entrega de la saga de Terminator que en 1984 catapultó a la fama a James Cameron como director y a Arnold Schwarzenegger como protagonista (¿hoy día quién no asocia a este grandulón actor austriaco con Terminator?). Tras presentarse la segunda entrega en 1991 (en la que ahora Schwarzenegger era el Terminator T-800 bueno y Robert Patrick el Terminator T-1000 malo), la franquicia tuvo un cese hasta que en 2003 se estrenó Terminator 3: la rebelión de las máquinas. Seis años después se presentaría Terminator: la Salvación, una historia ubicada en el futuro postapocalíptico, sin Schwarzenegger a la vista y con Christian Bale interpretando a John Connor. Ahora, Génesis retoma la historia original (es decir, las dos primeras películas) e intenta dar un borrón y cuenta nueva tras el fracaso que vimos en la tercer y cuarta entregas, dos cintas que, a modo personal, considero que se desviaron por completo de la idea original.

«Terminator 5» empieza con la historia que conocemos desde la primera película (si no la han visto les recomiendo que la vean, no me acusen por spoilers de algo que se publicó hace 31 años); es el año 2029 y John Connor (Jason Clarke) logra infiltrarse al «cuartel general» donde se encuentra Skynet para destruirla y así liberar a la humanidad de la esclavitud y el poder de las máquinas. Después de destruir a Skynet, John Connor y su escuadrón se percatan de que se ha enviado a un Terminator (T-800) al pasado para asesinar a Sarah Connor antes del nacimiento de John, por lo que Kyle Reese (Jai Courtney) se ofrece como voluntario para viajar al 12 de mayo de 1984 para proteger a Sarah.

Al llegar al pasado, descubrimos que todo es aparentemente igual que en la primera película hasta que vemos que hay dos T-800, uno bueno y algo mayor, y otro malo y joven (el villano original de Terminator de 1984) que cuenta con el apoyo de un T-1000 (aquel que parece hecho de mercurio y se transforma en cualquier cosa). Además, Sarah Connor (Emilia Clarke) ya sabía todo lo que iba a pasar (¡todo es todo!), el Terminator bueno es el súper amigo de Sarah, ella lo llamó «Pops» y son como padre e hija. ¿Pero qué pasó aquí? Todo ha cambiado y Kyle está confundido. Sarah ya sabe que Kyle debe engendrar a John y Pops está programado para protegerla.

Pero este no es el mayor cambio; durante el viaje al pasado, algo extraño ocurrió con Kyle y tuvo visiones de un pasado que nunca vivió, «Génesis es Skynet». El Día del Juicio Final no ocurrió jamás en agosto de 1997 y ahora el nuevo final del mundo ocurrirá 20 años después (tampoco me acusen de spoiler aquí, es algo necesario para que entiendan la trama y lo del Juicio Final sale en la segunda película). El soldado Reese (después de discutir mucho con Pops) convence a Sarah de que las cosas han cambiado mucho y que ahora deben viajar hasta 2017 porque sus visiones le indican que en ese año nacería Skynet.

Lo único que les puedo decir sobre esta nueva versión de Skynet es que nace de una plataforma global llamada Genisys, un mega-sistema similar a lo que quiere hacer Google pero presentado con el discursito emotivo que hace Apple cada vez que lanza un nuevo iPhone. La gente enloquecida y emocionada comparte en la nube todos sus datos sin saber que con estos están creando a un pequeño «niño» que va creciendo aceleradamente mientras se acerca la hora cero (Skynet), y lo peor de todo es que Sarah, Kyle y Pops tienen muy poco tiempo para destruirlo. Ah, y John Connor también está en 2017 y… ¡Vean la película!

Hay dos cosas que apenas voy a mencionar por ahora, pero si quieren hacer discusiones nerds sobre el tema me les uniré luego. Primero, después de pensarlo mucho (en una pizarra haciendo algunos garabatos), este nuevo viaje en el tiempo es logícamente absurdo, de hecho, la máquina del tiempo podría haber sido utilizada de una manera más inteligente (pero verdad, esto es Hollywood); segundo, Pops tiene sentimientos de un modo muy confuso y contradictorio, pues no sabe qué es el amor, pero tiene MUCHO sentido del humor, celos paternales y consciencia del bien y del mal.

La historia contada en la película está bien narrada; aunque el guion no es digno de un Oscar, los cambios de escenas, el modo como se introducen los eventos y sobre todo el oportuno humor de Pops (justo cuando la trama está cayendo en intensidad) lo mantienen a uno despierto, siempre van a tener los ojos abiertos y eventualmente se les dibujará una sonrisa en la cara. Eso sí, no habrá lágrimas ni otras emociones claramente intensas, es una película diseñada para simplemente entretener.

Para el actual nivel de gastos de Hollywood, los $170 millones USD de presupuesto fueron bien invertidos para traer un muy buen reparto (contando con la actriz de moda, Emilia Clarke, conocida por su protagónico en Game of Thrones), ofrecer efectos especiales que en algún momento se sentían naturales (aunque otras cosas se ven muy falsas) y un guion dinámico. Sin embargo, cabe mencionar que, a dinero de hoy, la primera película costó 20 veces menos y puede ser que el impacto para la audiencia sea el mismo, con la diferencia de que Génesis necesita de la nostalgia mostrando constantemente elementos distintivos de las primeras dos entregas. ¡Punto para Gryffindor Cameron!

Sobre las actuaciones, y conociendo el contexto, se puede decir que todos los protagonistas lo hicieron bien, siendo destacable el trabajo de Arnold Schwarzenegger y de Emilia Clarke. El ex gobernador de California se siente evidentemente muchísimo más maduro que hace 30 años y con más libertad, esta vez vemos a un Terminator con más facetas, llamativo y claramente entretenido, tanto así que es el alma de la película y no precisamente por la violencia o acción excesiva; todo esto sin perder la esencia del personaje, incluidas todas las frases clásicas que conocemos, yes, he is back! Por otra parte, la británica hace todo lo correcto para que en un futuro no sólo la recordemos por ser Khaleesi, pues nos presenta a una Sarah Connor más compleja que la que vimos en películas anteriores. Puede que esta actuación de Emilia Clarke no pase a la historia, pero sí le abrirá puertas para nuevos proyectos.

¿Y el «caldo de ojo»? ¡Caballeros, se les tiene! Muchas escenas fueron diseñadas para resaltar los mejores ángulos de Emilia Clarke, quien simplemente se ve hermosa en esta película. Y para las damas, Jay Courtney también se preparó para la ocasión, esta vez mejor vestido que en Divergente y mucho más interesante (porque hay que reconocerlo, esa película fue tóxica para Courtney). Además, cierta actitud de Pops respecto a lo que tiene que pasar entre Sarah y Kyle despierta un divertido tono picante durante algunos momentos del filme. Una razón más para mantenerse atentos a lo que sucede.

Por favor, no vayan a ver Terminator: Génesis sin un curso de Terminator 101 donde se instruirán en conceptos básicos como paradojas de viajes en el tiempo (y división por el número cero), Skynet, el día del juicio final, Cyberdine T-800, Cyberdine T-1000, Cyberdine T-X excluido del pénsum, y la charla académica «Sarah Connor: la madre desquiciada del mesías». Es altamente recomendable ver las dos primeras películas antes de ir al cine. De lo contrario, esta cinta pierde la mayoría de su encanto y pasa a ser una película de ciencia ficción más.

¿Quieren saber más? ¡Vean la película! No es el santo grial de la ciencia ficción pero no se van a arrepentir por pagar la silla en el cine. Terminator: Génesis es un filme diseñado para entretener (no esperen algo más profundo) y pretende retomar el camino que la saga abandonó hace 24 años pero dependiendo de la nostalgia, así que si no han visto las primeras dos películas es posible que pierdan su tiempo. Con un gran elenco y un enorme presupuesto, Schwarzenegger ha regresado y sigue estando vigente. ¡Y prepárense para una trilogía!

Hasta la vista, baby.