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The Martian (Misión Rescate) – La reseña

Una de las películas del año nos cuenta una aventura en otro planeta. Lee nuestra reseña

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Estamos en medio de una resurgencia de las aventuras espaciales en el cine. No me refiero a historias fantásticas tipo Star Wars o Guardians of The Galaxy, sino a aquellas de ficción científica pura y dura como la genial Gravedad de Alfonso Cuarón o la amada/odiada Interestelár de Christopher Nolan. A ellas se les suma The Martian, titulada aquí como “Misión Rescate”, la cual puede llegar a ser una fuerte contendiente en la entrega de los premios Oscar del próximo año.

Mark Watney es un astronauta de la NASA que es dado por muerto y abandonado por sus compañeros en Marte tras una evacuación de emergencia causada por una fuerte tormenta. Tras enterarse de que está solo en un planeta no apto para la vida, Mark pone a buen servicio todos sus conocimientos en biología e ingeniería mecánica para poder sobrevivir manteniendo la esperanza de ser rescatado algún día.

Ser testigo de la  historia de supervivencia de Mark es algo increíble. No es la primera vez que seguimos a un protagonista solitario en un ambiente hostil (Tom Hanks en Naufrago viene a la mente de inmediato) pero son realmente pocas las veces que esta supervivencia requiere de un conocimiento científico tan preciso en el que el más mínimo error de cálculo matemático puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Me parece muy interesante la aproximación de Matt Damon hacia este personaje. Tras una solemne aceptación de una muerte segura decide hacer todo lo posible para evitar ese destino y desde este momento en adelante lo vemos trabajar y esforzarse sin vacilar, manteniendo el buen humor y actuar de una forma bastante presumida pero totalmente meritoria. De hecho solo lo vemos ceder ante la desesperación una vez y por muy poco tiempo. Esta falta de expresión de sentimientos en el personaje y puede hacer un poco difícil que simpaticemos con él. De hecho yo mismo tuve dificultad para comprenderlo en un principio por el poco efecto que parecía tener en él su aislamiento, pero después de todo, el es un astronauta y debemos asumir que precisamente estaba más que preparado para enfrentar con calma las situaciones más angustiosas.

Claro que Mark no está realmente solo. Uno de los temas más fuertes de este film es lo mucho que podemos lograr los seres humanos cuando trabajamos unidos por un propósito. De regreso en la tierra podemos ver al equipo de la NASA reaccionar al descubrimiento de que el astronauta está vivo, buscar la forma de comunicarse con él y ver si es posible traerlo de regreso a casa, pero sobre todo lidiar con las consecuencias políticas y de imagen de todo este asunto. Sean Bean y Chiwetel Ejiofor interpretan a dos directores de misión que quieren hacer todo lo que esté a su alcance para traer a su hombre de regreso mientras que el el mismo director de la organización (Jeff Daniels) y la encargada de relaciones públicas (Kristen Wiig) tratan de ser más realistas de acuerdo a las posibilidades de supervivencia de Mark y del presupuesto de la organización. También tenemos al divertido Donald Glover como un astrofísico cuya participación en una reunión de la NASA sacará sonrisas a más de uno y a Mackenzie Davis como una operaria de satélites cuyo pequeño rol dejó una gran impresión en mi ya que logra transmitir casi todo el sentimiento de este película solo mediante sus expresiones.

Y a medio camino entre Marte y la tierra tenemos al equipo del Ares III que regresa a casa tras dejar Marte apenados por la aparente muerte de su compañero. Este grupo de astronautas está interpretado por actores absolutamente geniales: Jessica Chastain, Kate Mara, Michael Peña, Sebastian Stan y Aksel Hennie, que con su reducido tiempo en pantalla crean a los personajes mejor definidos de la película, aprovechando cada dialogo para desarrollarlos mucho más allá de lo que les pide el guión. Un detalle que me gustó mucho es como la afición de la comandante interpretada por Chastain a cierto tipo de música se convierte en una especie de broma que dura toda la película cuyo punchline es la canción que suena durante los créditos. Esa elección no podía ser más perfecta.

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Ridley Scott es un director recordado especialmente por grandes clásicos como Alien o Blade Runner, pero en los últimos años había tenido unos resultados críticos bastante irregulares en sus films (y lo digo yo que disfruté mucho de Prometheus a pesar de todos sus fallos). Algunos de ellos son realmente buenos, pero otros son terribles. A pesar de eso, el nunca ha perdido el ojo para el espectáculo visual y todos sus films, aun los más mediocres, gozan de planos y secuencias impresionantes. Yo temía que hubiera perdido su capacidad de crear de nuevo una gran obra pero Operación Rescate ha disipado mis dudas. Este film luce increíble y las escenas en escenarios abiertos de Marte, el espacio y el interior de las naves espaciales son un deleite para los ojos, pero también nos cuenta una historia apasionante que logra integrar a sus personajes a ese mundo y hacerlos creíbles no sólo a través de los diálogos sino de sus acciones y expresiones corporales. El único problema que le veo al respecto es que no todos están bien desarrollados. El mismo Mark es un hombre al que no conocemos del todo bien a pesar del tiempo que pasamos a su lado.

Hago un paréntesis para mencionar que soy una de esas personas que usualmente le huyen a las funciones en 3-D, no solo por el mayor precio de la entrada sino porque siendo que las técnicas de conversión roban mucha iluminación al film al verlo a través de las gafas, afectando la experiencia. Pero esta es una película hecha con cámaras en 3-D y optimizada para este resultado. El efecto de profundidad luce muy bien aquí y no hay un aumento notable de la oscuridad al usar las gafas.

Cuando Andy Weir escribió la novela en la que se basó esta película se preocupó porque la ciencia retratada fuera lo más realista posible. Esto se logró trasladar perfectamente al guión y todos los procedimientos y tecnología que vemos en Operación Rescate son calcados de la existente o de la que se predice que existirá en el futuro próximo. Por supuesto que se toman algunas libertades al respecto, más notablemente en la gravedad de Marte (la diferencia de ésta con la de la Tierra no se presenta en la película) pero esto no afecta en nada el resultado final.

Al comienzo de esta reseña mencioné a Gravedad e Interestelar, y  muchos la están comparando con estos films, pero esto es algo injusto ya que aunque los tres comparten el tema espacial no podrían tener desarrollos e intenciones más diferentes.

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La importancia que se da aquí al tema académico es alto, y en sus registros, Mark se preocupa por explicar bien los cálculos, matemáticas y reacciones químicas de las que depende su supervivencia y es todo un gusto verlo a él y a otros de los personajes  simplemente ser increiblemente buenos en su trabajo. Aparte de las geniales series de Cosmos (tanto la de Carl Sagan como la de Neil DeGrasse Tyson) no se me ocurre otra obra que sirva tan bien para promover la importancia de la exploración espacial, la ingeniería y la capacidad humana para resolver problemas y salir adelante con el uso del conocimiento (tal vez Big Hero Six). Es una película en la que no existen barreras de idiomas, culturas o géneros, en la que las mejores mentes del mundo se unen para lograr algo bueno y creo que, puede servir de inspiración a toda una generación de profesionales que lleven a la humanidad mucho más lejos.

Si, esta es una gran película y deberían ir a verla.

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