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Warcraft: El primer encuentro de dos mundos – La reseña

Orcos y humanos se enfrentan por el fantástico mundo de Azeroth, llevando a la gran pantalla una destacable adaptación del popular videojuego.

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Las películas basadas en videojuegos nacen con una cruz desde hace varios años: tratar de hacerle justicia al videojuego del cual han sido adaptadas. Seamos sinceros, los casos de adaptaciones exitosas de videojuegos al cine son pocas y contados con los dedos de las manos, los fanáticos lo saben y precisamente por esto, usualmente llegan con las peores expectativas. Warcraft viene a tratar de hacer un milagro y demostrar que se pueden sacar buenas películas de videojuegos y bueno, lo logra, pero a medias.

Con el respaldo de Blizzard Entertainment, los creadores del juego, y una producción que duró una década, Duncan Jones y Legendary Pictures nos presentan Warcraft: El primer encuentro de dos mundos (Warcraft: The Beginning es el nombre original en inglés), que relata la historia de una invasión. El pacifico mundo de Azeroth es invadido por los Orcos, unas bestias salvajes que harán todo lo que puedan por apropiarse de este. La Alianza de humanos intentará todo lo posible por detenerlos y mantener la paz que vivían estas tierras.

Dentro del reparto de Warcraft no vemos actores tan populares o taquilleros, pero si vemos actores talentosos que han estado en importantes producciones, la mayoría de estas, vale la pena destacar, con tono geek. Entre el reparto encontramos a Travis Fimmel (Ragnar Lodbrock en Vikings), Ben Foster (Angel en X-Men: The Last Stand), Paula Patton (Jane en Mission Impossible: Ghost Protocol), y Dominic Cooper (Howard Stark joven en Agent Carter y el MCU).

Aunque actualmente solo se habla de World of Warcraft, la película nos narra los hechos ocurridos tres décadas atrás, vistos en el primer juego de Warcraft que salió en 1995. Esta decisión resulta muy acertada ya que funciona para que no se quede solamente en un fan service, sino que nos presente el universo del juego, las principales razas y cómo funciona la magia o los conflictos, para que la persona que no tiene idea de qué es Warcraft conozca lo que es Azeroth, la Alianza y Orcos, sin haber jugado.

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El haber elegido esta historia, también ayudó de cierta forma a reducir la cantidad de información que un espectador tenía que guardar en su mente, ya que los personajes principales no son tantos y entenderla es realmente sencilla, sobre todo por una libertades que se tomaron en el guión respecto a la historia original del juego. Desafortunadamente esta ventaja se desaprovechó por completo, ya que se agregaron algunos personajes poco trascendentales que impidieron darle más fuerza a los verdaderos protagonistas.

Un gran fallo de la cinta, y donde podrían estar las principales críticas negativas, es la pobre presentación de los personajes. Si bien los conocemos y en general sabemos cuáles son sus motivos, el espectador difícilmente logra conectarse con ellos ya que finalmente no se desarrollan. Los momentos para conocerlos se ven opacados por conversaciones irrelevantes y poco útiles, en otras ocasiones, los personajes solo dicen lo justo y necesario (bueno, de cierta forma, esto si podría considerarse como un NPC de un juego), y debido al ritmo de la película, hay algunos personajes importantes que terminan pareciendo un cero a la izquierda.

Las ambientaciones de Warcraft son su recurso más fuerte y de paso nos muestran el respeto que se le ha dado al juego por parte de la producción. Si se es jugador, se aprecia la gran fidelidad que se ha puesto a los escenarios que se vieron en el juego; si es un espectador no conocedor, también disfrutará las diferentes zonas, estilo arquitectónico y personajes que nos deja ver esta película. El usar escopetas en una película de “edad media” le da mucha originalidad, y la aleja de ser comparada como “copia” de El Señor de los Anillos, que a la larga, es la primera impresión que se lleva la gente al ver los tráilers.

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Algo que si se ve es el excesivo uso de CGI en ocasiones, obviamente cuando en pantalla solo vemos Orcos. Si bien estos logran tener suficientes gestos y sus movimientos se ven originales y creíbles, cuando están todos en un escenario, no se ve nada real, desde el paisaje hasta los personajes. Cuando encontramos humanos con Orcos, por otro lado, estos últimos logran sentirse como parte de ese mundo y verse bien actuando frente a humanos. Las batallas son bien logradas y el uso de la magia se ve natural y de cierta formal, real.

El argumento de Warcraft es de idas y venidas pero entretenido. No es una película que sea de brillantes momentos o grandes giros, en Warcraft todo pasa justo y el ritmo, que empieza un poco lento, se recupera antes de llegar a la mitad. Siendo honestos, la película se siente cortada y valdría la pena ver en un futuro una versión extendida. Hay pequeñas subtramas que quedan sin concluir o sin un inicio justo, algunas batallas que se ven a medias y otros momentos que no se sienten tan claros por los cortes realizados a la película. Todo esto redujo de cierta forma un componente que le hizo falta y es el sentirla ‘épica’. Hubo momentos para lograrlo, pero de ninguna manera, llevan al espectador a “erizarse” con los aspectos de la trama. Tampoco me gustó uno de los momentos finales (que ni mencionaré para no dar spoilers), que para mí no tuvo ningún sentido, fue anticlimático y gran lunar argumental.

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Quizá, uno de los puntos fuertes son los combates que se nos presentan. Encontramos desde peleas uno a uno, hasta combates de ejércitos y emboscadas o monstruos, también el uso de la magia es una de la partes más geniales de la película, y los fanáticos de Warcraft apreciarán la adaptación de poderes como los “misiles arcanos”. Las diferencias de tamaño y fuerza entre Orcos y humanos también se notan y por eso, va a ser muy difícil derrotar a estas bestias, sin embargo la película muestra que en un combate de ejércitos y con buenas estrategias (y buenos magos), todo es posible.

Con todo esto dicho, sentimos que el objetivo del director Duncan Jones no era crear una cinta argumentalmente muy fuerte o con grandes actuaciones, esta película se siente como la presentación de Warcraft al cine, los personajes a fin de cuentas, parecen como una excusa para deleitarnos con ese maravilloso “Mundo de Warcraft” y todo lo que tiene para ofrecernos. El final queda abierto para secuelas, conociendo todo lo que queda por cubrir de los juegos. De igual forma, los fanáticos del juego amarán la película y se darán cuenta de una infinidad de detalles que un espectador normal no notará, sin embargo, estos últimos si quedarán con curiosidad de saber más del juego. Por un lado, para realmente conocer las motivaciones de los personajes, y por el otro, para saber qué sucede luego del abierto final que nos deja la cinta.

No esperen una película épica o increíbles actuaciones. Sin embargo Warcraft, con todo y su flojo guión, es la mejor adaptación que se ha hecho de un videojuego en el séptimo arte. Los fanáticos la amarán por su fidelidad tanto argumental como ambiental del juego de Blizzard. Los jugadores deberían verla para por fin descansar y sentir que si se pueden adaptar bien los videojuegos en el cine. Los no tan fanáticos probablemente la encuentren agradable si les gustan las películas de corte fantástico. La acción de la película y su buena ambientación pagan la entrada.

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