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Kong: La Isla Calavera – Reseña

¡King Kong está de vuelta más rápido y fuerte que nunca! ¿Qué podrán hacer los nuevos protagonistas humanos contra el simio gigante?

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Desde el estreno de la película original en 1933, King Kong se convirtió en un personaje de la cultura popular. Aunque el impacto de esa primera cinta en materia de efectos especiales es innegable, la atemporalidad del personaje se hace evidente al recordar que —en comparación con Godzilla, otro de los iconos del género de monstruos gigantes— solo ha contado con siete apariciones en la gran pantalla. Esto se debió a los múltiples problemas relacionados con los derechos de autor cinematográficos del gigantesco gorila, que estuvieron en manos de tres productoras: RKO Pictures, Paramount Pictures y Universal Pictures. Sin embargo, después de una prolongada batalla legal en la que también participó Richard Cooper —hijo del director de la cinta original—, Universal Pictures obtuvo los derechos exclusivos para hacer películas del personaje. El resultado de esta victoria fue el remake dirigido por Peter Jackson que se estrenó en 2005.

Después de más de una década de la última película —que se lució con espectaculares efectos especiales y un excelente desarrollo de personajes, pero pecó al ser excesivamente larga y no poseer un buen ritmo—, nos encontramos en una época en la que la creación de universos cinematográficos compartidos es una tendencia creciente. Gracias al éxito de las películas basadas en las historias Marvel Comics y, más específicamente, el reboot de Godzilla de 2014, Legendary Pictures decidió hacer las preparaciones para crear una franquicia basada en las cintas producidas por Toho.

No obstante, si estás familiarizado con la serie protagonizada por el Rey de los Monstruos, sabrás que King Kong apareció en dos cintas. Es por ello que la productora estadounidense pidió prestados los derechos del gigantesco gorila para darle su propia película antes del estreno de Godzilla: King of Monsters (2019) y Godzilla vs Kong (2020).

Kong: La Isla Calavera transcurre a principios de los setenta, poco después de la firma de los Acuerdos de paz de París. Para los que no sepan, esto provocó el retiro definitivo de las tropas estadounidenses de la Guerra de Vietman. ¿Cuál es la importancia de este hecho? No solo ayuda a establecer el tono de la cinta, sino que sirve como base argumental para una buena porción del reparto. Por fortuna, a diferencia de Godzilla (2014), la presencia de un amplio elenco humano no impide que Kong sea una constante durante la película. Esto lleva a pensar que Legendary Pictures escuchó las críticas dirigidas a su anterior cinta, que solo permitió que el Rey de los Monstruos fuera una presencia prominente durante el acto final.

Kong: La Isla Calavera sigue a William Randa (John Goodman) y Houston Brooks (Corey Hawkins), miembros de Monarch —organización científica secreta dedicada a estudiar “formas de vida terrestres masivas no identificadas”, o M.U.T.O por sus siglas en inglés— que reclutan a un equipo compuesto por James Conrad (Tom Hiddleston), excapitán de la Fuerza Aérea Británica, y el escuadrón dirigido por el teniente Preston Packard (Samuel L. Jackson) para una expedición a la Isla Calavera. Sin embargo, las acciones del grupo no son bien recibidas por un joven Kong, que procede a darles una brusca bienvenida.

Aunque la gran mayoría del elenco resulta agradable y fácilmente reconocible al poseer una característica definitoria, tan solo la interpretación de Samuel L. Jackson se presta para construir un personaje verdaderamente interesante. Esto se debe en buena medida al contexto histórico que se mencionó. Desde el principio de la película se puede evidenciar que Packard se encuentra afectado por la derrota en la Guerra de Vietman y que la misión en la Isla Calavera se presenta como una posibilidad de recuperar su honor. Sin embargo, las muertes de sus hombres en la Isla Calavera revelan la profundidad de su obsesión y contribuyen a presentar a un personaje cuyas acciones, aunque extremas, resultan justificables. Por desgracia, este desarrollo de personaje no concluye de forma correcta y deja relucir el principal «problema» de la cinta: una preferencia por la acción.

Kong Skull Island

Por supuesto, esto constituye una decisión consciente dirigida a aquellos que busquen frenéticos combates protagonizados por monstruos gigantes. Esta es una de las razones por las cuales la película posee un excelente ritmo, pero resulta decepcionante al compararla con las otras películas de King Kong. Con la excepción de la saga de Toho y King Kong Vive, las anteriores cintas se distinguen por la importancia que se le da a la humanización del propio Kong. Aunque ya se ha vuelto un cliché, esto último se ha logrado por medio de la implementación de un interés romántico para el gorila gigante. Kong: La Isla Calavera prefiere prescindir de lo anterior para entregar una experiencia visualmente atractiva por medio del uso creativo de los planos y entretenida gracias a las buenas actuaciones, pero que no permite que los espectadores se conecten con los personajes.

A pesar de las anteriores críticas, Kong: La Isla Calavera nunca posee pretensiones de ser una épica con un conflicto memorable y demuestra que es una película con carácter por medio de una excelente banda sonora, compuesta parcialmente por algunos éxitos de los setenta; entretenidas actuaciones, entre las cuales resaltan las de Samuel L. Jackson y John C. Reilly, y espectaculares escenas de acción, que no escatiman en violencia. No obstante, es evidente que su única razón de existir es ser un preludio del crossover entre el simio y el Rey de los Monstruos. Pero si eso es lo que realmente estás buscando, entonces no puedes perderte la escena pos-créditos.

Si fuiste de los que esperaba más de Godzilla (2014), Kong: La Isla Calavera probará ser una experiencia entretenida de principio a fin. Sin embargo, aunque corrige varios errores de la anterior cinta de Legendary Pictures, sacrifica parte de lo que hacía que las previas películas del gorila gigante fueran tan especiales. Cuando se trata de viciosas peleas protagonizadas por Kong, esta película da eso por montones sin descuidar la participación del elenco humano. ¿Es la mejor cinta de King Kong? Por supuesto que no. ¿Es una divertida película de monstruos gigantes? Ten por seguro que sí.

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