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Resident Evil: The Final Chapter – La reseña

¿Habrá corregido la última cinta de Resident Evil los errores técnicos y argumentales que presentó la saga en entregas anteriores?

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R esident Evil ha sido una franquicia muy próspera en el mundo de los videojuegos, sin embargo su transición a la pantalla grande no ha tenido la calidad que la mayoría podrían haber esperado. Si bien las dos primeras producciones causaron cierta sensación positiva en la retina de los espectadores, el resto de la saga perdió el rumbo dejando atrás todo lo bueno que comenzó en el año 2002.

Muchos creerían que la premisa de todas estas películas es la misma de siempre, sobrevivir en un mundo repleto de zombis y terribles monstruos biológicos. No están equivocados, pero la realidad es que toda la historia giró alrededor de un nuevo personaje que destrozó a pedazos una producción que aspiraba a grandes cosas, por supuesto una referencia a la todopoderosa Alice Abernathy – Milla Jovovich–.

La llegada de la polifacética artista ucraniana representaba una gran adquisición para esta saga, la cual apostó en crear un personaje que pudiera conectarse con todo tipo de público. Pero lastimosamente fue todo lo contrario… muchos deseaban la muerte de esta ‘cuasi diosa ficticia’ antes de la última entrega.

En este sexto capítulo titulado Resident Evil: The Final Chapter, vemos la misma estrategia que ha fracasado en cada producción de la saga. Simplemente parece ser que el director Paul W. S. Anderson subestima al espectador con una pésima historia y horribles actuaciones, que al combinarse vuelven una eterna pesadilla las casi dos horas que dura esta película.

The Final Chapter continúa con la historia de Alice, un ser humano que logró sobrevivir a los efectos del Virus-T, obteniendo habilidades físicas superiores a las de cualquier persona promedio. En esta secuela nuestra protagonista intenta erradicar de una vez por todas el mal que azota el mundo, y la única solución es eliminando definitivamente a Umbrella, la compañía cuyo objetivo prácticamente era dominar un mundo habitado por monstruos.

La trama realmente es muy básica, simplemente vemos un típico camino del héroe ya desarrollado, en la cual nuestra protagonista ha adquirido a través de sus anteriores experiencias todo el conocimiento y habilidades necesarias para enfrentar a su enemigo, un manual muy básico del cine. Sin embargo, hay que resaltar que es un buen intento conectar el pasado de Alice e incluso explicar cómo empezó toda la tragedia que tuvo su origen en Raccoon City.

Un verdadero problema de esta producción es no presentar situaciones realmente difíciles de superar para los protagonistas. Alice Abernathy llega a ser tan poderosa que realmente no encuentra un verdadero desafío que la haga esforzarse al máximo. Obviamente existen momentos de peligro, pero ya todos tenemos la certeza de que nada puede detenerla. El misterio y la intriga desaparecen por completo.

En cuanto a los personajes, hay que decir que solo un secundario tiene una gran relevancia en esta película. El Doctor Isaacs –interpretado por Lain Glen– muestra facetas múltiples de personalidad muy interesantes y se adapta perfectamente a un mundo fuera de control donde el resto desentona. Los demás papeles son realmente planos e incluso innecesarios, simplemente son personas que buscan sobrevivir, pero nada más que eso, no tienen algún tipo de conflicto interno que aporte al argumento.

Lamentablemente un verdadero fan de la franquicia sentirá lástima al ver los cambios que sufrió Albert Wesker durante su ‘travesía cinematográfica’, pasando de ser uno de los villanos más grandes de la franquicia de Capcom a un simple recadero que cumplía las ordenes de la Corporación Umbrella. Aunque lo que van a leer a continuación es un pequeño SPOILERtodos los héroes que rescataron en la película anterior desaparecen sin razón aparente, dejando como única combatiente a Claire Redfield (Ali Larter).

Un punto realmente bajo son las escenas de acción, ya que técnicamente no son atractivas. Al parecer nunca se ensayaron coreografías porque en las batallas si un plano dura más de cinco segundos es un verdadero milagro. La estrategia fue unir múltiples cortes de medio segundo para simular todo tipo de golpes. Pasar imágenes con mucha rapidez no es acción, en su lugar se convierte en un collage que puede marear al espectador. Esta es una falla que se ha vuelto un sello característico de Paul W. S. Anderson, cuyo ejemplo perfecto también es la película de Mortal Kombat estrenada en 1995.

La desgracia no termina ahí porque el trabajo de edición deja mucho desear. Escenas mal cortadas, errores en colorización e incluso planos mal ubicados en la parte técnica. La historia no tiene un orden argumental a la hora de unir escenas, pero no hay que culpar solo al editor, ya que él simplemente cumple ordenes escritas en un guion, bueno, si es que se trabajó de manera correcta.

Siempre hay que buscar las cosas positivas en cualquier adversidad y este también es el caso.de Resident Evil: The Final Chapter. Sin duda esta producción te sacará una sonrisa por su falta de sentido común, pero si en verdad desean alegrar sus vidas, mejor esperen una película que se dedique al género de la comedia.

Habrá que conformarse con las películas animadas de la franquicia (Degeneration, Damnation, Vendetta), ya que son las únicas que apostaron por seguir la línea original de Resident Evil. Además, es bueno aclarar que son mucho mejores que estos productos ‘defectuosos’ marca Hollywood.

Resident Evil: The Final Chapter puede decepcionar fácilmente. No hay ninguna novedad y los pequeños intentos de ‘auto superación cinematográfica’ terminaron de hundir una saga que nunca pudo ver la verdadera luz del día. No ganaría un premio ni a lo peor del año. Si de verdad quieres ver una buena película repleta de muertos vivientes, suspenso y acción, haz una parada en Estación Zombie.

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