Call of Duty: Black Ops III – La reseña

Las operaciones encubiertas toman un tono aún más oscuro en Call of Duty: Black Ops III. Un futuro desagradable, con soldados que se fusionan con máquinas y software, y sociedades al borde del colapso que muestran lo peor de nosotros. Una historia prometedora, desaprovechada por momentos y con final interesante, siendo el juego más conceptual y extraño de toda la franquicia, mostrando los riesgos que está dispuesto a correr Treyarch en sus trabajos sin importar la irregularidad del resultado.

Nuestra historia comienza con una operación de rescate en Etiopía, donde cumplimos el objetivo pero con un alto costo personal debido a las graves heridas sufridas. Durante la misión conocemos a Taylor, un operativo especial del cuerpo de operaciones encubiertas de la CIA que nos salva y nos ofrece una posibilidad: mejorar nuestro cuerpo mediante aumentos cibernéticos y un implante neuronal con el que podemos conectarnos con el sistema creado por la empresa Coalescence y con cualquier miembro de nuestra unidad a manera de conciencia colectiva, brindando ventajas tácticas sobre el enemigo (humano o no).

El problema viene después trabajar unos años en el equipo de Taylor y con nuestro compañero Hendricks. En una operación para evitar que una organización conocida como los 54 Inmortales se apodere de información valiosa, descubrimos que Taylor ha traicionado a la CIA. Nuestro deber es encontrarlo, evitar que sus planes salgan adelante y detener a los 54 Inmortales y otros grupos que siembran el terror en Singapur y Egipto. Sin embargo, hay algo más allá que pone en riesgo a todo el mundo…algo que se apodera poco a poco de la red neuronal de Coalescence…

El argumento de la campaña central de Call of Duty: Black Ops III plantea varios cambios a la fórmula tradicional de la franquicia, algunos muy buenos y otros no tanto. Hablemos primero de lo positivo: el tema es muy interesante, deprimente y de mucho análisis, muestra cómo sería nuestro futuro si desarrollamos algún tipo de programa que nos conecte y si dejamos los aumentos o mejoras humanas para uso casi exclusivo del sistema militar. Es decir, nos puede ir muy mal. Si lo sumamos con los secretos y pequeños giros argumentales encontramos que nada es como parece, elemento fundamental en las raíces de cualquier Black Ops.

Además, Call of Duty: Black Ops III nos permite elegir un héroe masculino o femenino con personalización básica, que se verá reflejada en las cinemáticas reproducidas durante nuestro paso por el juego, y que podemos cambiar antes de cada despliegue. La mayoría de diálogos están diseñados para encajar con esta variante, e incluso con el hecho de poder jugar la campaña en modo cooperativo, donde no tendremos mayores problemas hasta que lleguemos a las misiones finales.

Esto ocurre porque el final del juego tiene una estructura más personal en su relato; sin entrar en el terreno de los spoilers les puedo reiterar lo que decía en la introducción de esta reseña: es completamente extraño, conceptual y abierto a interpretaciones, jugando con elementos relativamente complejos de manera que te dejará pensando en algunas cosas importantes acerca de la forma como funciona la mente o como puede alterarse para propósitos nada sanos, por lo tanto es probable que las dos misiones finales las disfrutes más en solitario.

Aún así, siento que hay oportunidades perdidas en la historia porque algunos de los temas se tratan desde una perspectiva superficial, con momentos recargados en la adrenalina visual pero no en el sentido épico. No niego que hay escenas muy divertidas y cargadas de emociones fuertes, pero no hay muchos momentos donde veamos que hay una importancia real o una urgencia manifiesta en los dos primeros tercios de la aventura ni nos sentimos ligados a los personajes; las misiones iniciales parecen un tutorial de duración exagerada, contrastando el interesante final de campaña y los capítulos irregulares en medio. También juegan en contra algunas escenas cinemáticas reproducidas durante el gameplay que quitan la inmersión al cortar nuestro control de la escena y movimiento, contrario a lo sucedido en otros juegos de Call of Duty.

Hay elementos que suavizan los errores de argumento, como las nuevas mecánicas respaldadas por nuestros aumentos cibernéticos. Tenemos la posibilidad de mejorar nuestro soldado mediante un árbol de habilidades dividido en tres grupos básicos que nos dan ciertas ventajas, como distraer enemigos con señuelos holográficos, lanzar «libélulas» que atacan o queman a los soldados humanos, hackear torretas o provocar cortos circuitos en unidades robóticas. Para usarlas gastamos energía, por lo tanto debemos hacerlo con mucho cuidado para sustentar nuestra estrategia. Igualmente vemos mayores opciones de movimiento, tenemos un visor táctico para identificar enemigos y posiciones seguras (que por momentos facilita demasiado las cosas), y podemos personalizar nuestro armamento antes de iniciar cada misión teniendo en cuenta un análisis básico de las mismas.

Los enemigos no se quedan atrás. Puede que no tengan la inteligencia artificial más avanzada del mundo, pero tanto humanos como robots tienen una gran precisión y nos presionan constantemente con sus ráfagas, además de llegar en cantidades u oleadas considerables. El problema principal con muchos de ellos es el uso exagerado de coberturas, en especial con los soldados humanos que no se mueven mucho por el escenario, a veces pareciendo blancos usados en un polígono. Si deseas un reto alto te recomiendo ir directo a los dos niveles de dificultad más fuertes donde el daño recibido es mucho mayor. También se incluye un modo llamado Pesadillas que relata de una manera diferente y llena de zombies los sucesos de varias misiones de la campaña.

En cuanto al multijugador, mantiene la fórmula básica de anteriores entregas de la franquicia con los modos clásicos y manejo de personalización de kits de campo. La parte más novedosa consiste en la introducción de Especialistas, personajes con habilidades especiales que podemos activar luego de hacer un cierto número de puntos en la partidas. Algunas de ellas son ofensivas como los lanzagranadas de Battery y otras de apoyo como los detectores de movimiento de Outrider. Antes de entrar a la batalla podemos configurar nuestro especialista, elegir su habilidad y personalizar su aspecto.

Si lo vemos de esta forma, el multijugador de Call of Duty: Black Ops III contiene mayor movilidad y un interesante pero sencillo elemento de personajes diferenciados que al mezclarse con el diseño de nuestro loadout ofrecen diferencias adecuadas para nuestro estilo de juego y los diferentes mapas (algunos muy simples, otros bastante intrincados). Sin embargo, si buscas un multijugador completamente diferente este no es el lugar. Para Activision y Treyarch «lo que no está roto no se cambia», por lo tanto es la porción que contiene menores decisiones de diseño arriesgado.

Donde sí vemos algo de locura es en el modo Zombies. Para esta ocasión se ha escogido un ambiente de misterio, una combinación de novela negra y película de horror antigua. Se trata de Shadows of Evil, y como fondo nos presenta a cuatro personajes que han cometido diversos pecados en su vida (que van de la trampa al asesinato), quienes deben unir esfuerzos para sobrevivir a un castigo sobrenatural propinado por una figura conocida como Shadowman. Es bastante divertido, presentando un escenario con muchos caminos, poderes que nos convierten en bestias por un corto periodo de tiempo, y Power-ups que compramos en máquinas de soda o de chicles.

A nivel técnico no hay novedades profundas sin que eso sea algo negativo en términos generales, ya que los niveles, explosiones y armas son de un diseño excelente, y los personajes tienen buenos niveles de modelado gracias a sus capturas de movimientos; todo complementado con música correcta que va del rock a lo electrónico, y solventado por la solidez en el servicio en línea (algo que ya parece poco común en un juego de lanzamiento). Solo dos cosas me parecen realmente negativas: las cinemáticas reproducidas durante el gameplay no corren a 60 cuadros por segundo (dando mayor interrupción a las secciones) y el doblaje a español latino no está sincronizado con los movimientos faciales.

Reseña hecha con un código de Xbox One brindado por el equipo de Treyarch