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Fossil Fighters Frontier – La reseña

Fósiles, dinosaurios y vehículos todo terreno en Fossil Fighters Frontier, un juego para la 3DS que tiene buenas ideas pero quizás más desaciertos. Rawr.

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Cuando pensamos en dinosaurios creo que lo último que llega a nuestras mentes es un mundo donde el control de estas criaturas es dejado en manos de muchos menores de edad, con poca experiencia en la vida, y que además seguramente tienen un papel importante en mantener el balance del mundo. O bueno, quizás no, ya nos hemos enfrentando a ese argumento muchas veces en tantos productos de entretenimiento como series animadas en las que un adolescente tiene más poder del que su edad y estabilidad mental le permiten manejar, pero que igual termina salvando al planeta. Y está ocurriendo una vez más, ya que estas ideas son el argumento detrás de Fossil Fighters Frontier, un RPG para la Nintendo 3DS que va de lo peculiar a lo incómodo, desperdiciando buenas ideas y demostrando la falta de cariño con la que fue desarrollado, pero que igual logra divertir con sus personajes y situaciones.

Fossil Fighters Frontier ocurre en uno de esos mundos altamente irresponsables en donde el destino de la humanidad está en las manos de un niño vestido de rojo; en este caso, el protagonista, independientemente de si escoge ser una mujer o un hombre, deberá convertirse en un Warden, los guardianes de los Jurassic Fossil Parks, los lugares donde habitan y se estudian a los Vivosaurs. Pero no todo puede ser tan pacífico, así que también veremos a la típica organización malvada que quiere conquistar al mundo haciendo uso de estas criaturas, prepárense para los problemas, y más vale que teman. Aún así, la historia del juego es entretenida y hace algunos chistes divertidos (sobre todo con traseros); es casi como ver un anime, sobretodo por lo diverso en los diseños de personajes y sus actitudes. Tenemos al típico chico tímido y torpe, que en este caso además es gordo y suele tropezarse solo para comenzar a rodar sin control; también está el muchacho solitario que odia trabajar en equipo pero que, al final, es el mejor amigo de todos, o algo así; son muchos los personajes y muchas las personalidades que no solo serán parte de la historia, sino que podemos unirlos a nuestro equipo a lo largo de la aventura.

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Ahora vamos con las mecánicas de juego. En este título tendremos bajo nuestro mando a criaturas ancestrales llamadas Vivosaurs –dinosaurios de colores extraños y habilidades especiales–, pero para unirlas a nuestro equipo no las atraparemos de una forma convencional, sino que rastrearemos fósiles para extraerlos de sus resguardos de piedra con martillos y taladros. Debemos sacar el paleontólogo que llevamos dentro y, en una suerte de minijuego, extraer los huesos de dinosaurio para luego revivirlos en un saludable monstruo que ahora nos acompañará en la aventura. Estos seres están divididos en cinco tipos, cuatro basados en los elementos, fuego, agua, aire y tierra, pero también los de tipo neutral, que en forma y habilidades son mucho más fieles a los reptiles que dominaron la Tierra hace millones de años, como el T-Rex o el Triceratops.

Con el asunto de las excavaciones comenzamos a ver que Fossil Fighters Frontier no es un RPG como cualquier otro, no solamente porque hace uso de una fórmula Pokémon-esca pero con dinosaurios gigantes, sino porque es uno de los pocos juegos de rol con un fuerte enfoque en los carros. Sí, carros, leyeron bien, vehículos terrestres con cuatro ruedas, llamados Bone Buggies en este título, que nos llevarán a través de los escenarios del juego donde sucede la acción real: explorar, excavar fósiles y luchar. Estos autos serán personalizables, cambiando el color de la pintura, el motor, pero también el radar de fósiles y las herramientas para extraerlos, objetos que podremos comprar a lo largo de la aventura. Pero no se dejen engañar, el centro del juego está en los dinosaurios y las batallas que tenemos junto a ellos.

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A pesar de la importancia de las batallas, comprender su funcionamiento es más complejo de lo que debería, presentándonos algunos conceptos que suenan a buena idea pero que no están bien implementados o que simplemente no logran darse a entender. En la pantalla superior de la 3DS vemos a los dinosaurios y datos acerca de sus movimientos y estado actual, mientras que la pantalla inferior muestra una rejilla de 3×3 en las que vemos ubicados a máximo seis Vivosaurs por combate. Esta distribución, de entrada, representa un problema, ya que junto a los modelos de los dinosaurios hay un exceso de información, mientras que sobre la interfaz táctil simplemente vemos la cuadricula, que no aporta tanta información relevante como quizás creyeron los desarrolladores.

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Cada Vivosaur puede tener un total de 4 movimientos, pero la forma de acceder a cada uno puede resultar incómoda para algunos jugadores, pues debemos recolectar todos los fósiles que componen a los dinosaurios, desbloqueando un ataque por cada uno. Pero no es del todo grave no poseer todas estas habilidades ya que, lamentablemente, la variedad de efectos es muy baja y varios de estos ataques simplemente disminuyen los puntos de vida del oponente en mayor o menor medida, pero no con suficiente contraste. Otros tienen efectos secundarios, como evenenar o… cambiar la pose del Vivosaur. Esta es la parte más confusa de las batallas, los dinosaurios tienen varias posiciones desde la que pueden atacar o defenderse, como estar de frente, de espaldas o de lado, pero durante mis horas de juego no fue nada fácil entender cómo funcionaban. De hecho, creo que aún no comprendo del todo. Las poses rara vez son representadas en pantalla y solo una de ellas, en las que los Vivosaurs están indefensos, muestra unas líneas moradas para indicar este estado. Sin embargo todas tienen debilidades y fortalezas, pero nunca son explicadas a fondo y de seguro ni siquiera pensarán en ellas durante los combates, un hecho un tanto triste porque tiene potencial de ser un elemento enriquecedor para los enfrentamientos.

El problema de las batallas confusas en buena parte se debe a los aspectos visuales del juego, tanto de diseño de menús e interfaces, pero también de cómo se ven los personajes y el mundo que habitan. Los modelos de los dinosaurios y del escenario demuestran una falta de cariño en la construcción y se sienten anacrónicos, como construidos para un juego de finales de los 90, con texturas repetitivas y sombras con degradados innecesarios; a esto podemos sumar que la iluminación tampoco es buena y muchas veces nuestros peores enemigos son los escenarios que presentan un atardecer o un anochecer, porque todo está tan oscuro en las batallas que nos perderemos de mucha acción.

En conclusión, Fossil Fighters Frontier es un juego bastante extraño. No puedo decir que es un gran título, porque tiene muchas fallas, como la variedad en las habilidades y diseños de los Vivosaurs, o lo pobres que pueden verse los escenarios y mucho del aspecto visual del juego, además de los errores en el sistema de batallas. Pero a pesar de esto, fue un juego que disfruté y que me animó a jugar no tanto por el núcleo de la historia (que es bien cursi), sino por los simpáticos personajes y lo peculiar de las situaciones, además de las ideas únicas que logran desarrollar bien, como la excavación de los fósiles o los Bone Buggies. Seguramente es un juego que van a disfrutar los jugadores más jóvenes o quienes gustan de los RPG y buscan un juego para no tomar en serio.

Por cierto, si quieren tener dinosaurios poderosos y un buen Bone Buggy para comenzar la aventura, pueden escanear las tarjetas AR con su Nintendo 3DS desde la web oficial de Fossil Fighters Frontier.

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