Lost Dimension – La reseña

Lost Dimension es un hueso difícil de roer, pero al final logra convertirse en una experiencia absorbente e interesante a pesar de todas sus fallas. El título, distribuido por Atlus, no deja de ser una propuesta innovadora en los RPG de acción y evidencia el buen trabajo de los desarrolladores, FuRyu y Lancaster.

En este juego tomaremos el papel de Sho, uno de los 11 personajes principales, soldados poseedores de habilidades especiales que deberán salvar al mundo de su inminente destrucción a manos de un pintoresco villano llamado The End. Para vencerlo deberán subir hasta la cima de una gigantesca torre –que aparece de la nada y además es impenetrable– derrotando enemigos en batallas por turnos.

Todo suena un poco genérico hasta este punto, pero este RPG cuenta con un as bajo la manga capaz de transformar la narración en algo único: la presencia de un traidor entre nuestras filas. La situación entre los 11 guerreros comienza a ponerse incómoda cuando, luego de aparecer de repente dentro de la torre de The End, descubren que sus recuerdos son vagos. Sin embargo, a medida que se abren paso por aquel lugar, su memoria comienza a recobrar su estado original y aquel que se pondrá en nuestra contra recordará su objetivo. Por supuesto, no podemos quedarnos sentados esperando a que nos ataquen por la espalda, así que debemos usar un mecanismo social conversando con cada personaje tanto como podamos, para así atar cabos sueltos y descubrir al traidor haciendo uso de los poderes premonitorios del protagonista y nuestras habilidades de deducción.

La operación no será sencilla, ya que debemos avanzar por la torre para obtener pequeños datos de información. Este lugar, que está dividido en varios pisos o «estratos», presenta batallas por turnos enfocadas en la acción en las que tanto protagonistas como enemigos tienen un rango limitado de movimiento desde el que podrán atacar o defenderse, un gameplay similar al visto en otros juegos como XCOM o Code Name STEAM. Para enfrentarnos a los robots y humanoides que habitan estos escenarios, contamos con las 11 habilidades especiales únicas de cada personaje, tales como teletransportación, piroquinesis y fuerza sobrehumana.

Las batallas son divertidas, a pesar de lo aburridos que puedan verse algunos escenarios y enemigos. Algo que disfruté especialmente de los combates, además de las habilidades especiales y las personalidades de cada luchador, es la posibilidad de ejecutar ofensivas asistidas; cuando varios personajes se encuentran dentro de un mismo radio y uno de ellos ataca al enemigo, los demás apoyarán con ataques básicos sucesivos. Es realmente satisfactorio ver cómo destrozamos robots con una secuencia de ataques sincronizados de personajes cercanos durante el mismo turno.

Una vez salgamos victoriosos del combate, Sho tendrá un breve momento para escuchar los pensamientos de los demás, recibiendo en ocasiones mensajes fragmentados y sospechosos que podrían estar delatando al traidor. Durante este segmento nuestra atención debe estar centrada totalmente en los textos que aparecen en pantalla, pues su duración es bastante corta y no será raro que no logremos ver nada fuera de lo común. Afortunadamente esta no será la única herramienta para descubrir al enemigo infiltrado, pero las demás, como son las visiones y los votos de los personajes, tienen costos elevados o peligrosos.

A medida que avanzamos en la historia podremos obtener una nueva característica que desata todo el poder premonitorio de Sho, las visiones. Esta habilidad nos lleva a un interesante minijuego que nos permitirá saber a ciencia cierta, al menos durante nuestra estadía en uno de los pisos de la torre, quién es un traidor y quién no. Suena bastante conveniente, de no ser porque tenemos un número muy limitado de visiones durante el juego, así que debemos escoger sabiamente en quién usar este poder de acuerdo a otros indicios, como las voces luego de los combates.

La eliminación del traidor se hace una vez terminamos todas las misiones en alguno de los pisos. En ese momento los protagonistas entran al cuarto del Juicio, donde deberán revelar sus votos y decidir quién está envuelto en la traición. No tenemos una forma onmipotente de controlar los resultados, pues cada uno de los 11 participantes hará su voto individual, pero podemos influenciar su decisión de varias formas. Una de ellas es respondiendo preguntas que le hacen a Sho regularmente, indagando por la identidad del traidor; la otra va de la mano con el combate, pues los personajes estarán más inclinados a votar en contra de quien no aporta lo suficiente en batalla.

La tercera posibilidad de influencia sobre los votos tiene que ver con algo que no queda muy claro y es la empatía entre personajes generada por diálogos en el lobby de la torre. Sho podrá conversar con los otros 10 miembros del grupo y, en ocasiones limitadas, estas charlas subirán su nivel de camaradería; entre más alto sea, menores serán las probabilidades de recibir votos en contra. Esta mecánica incluso mejora el rendimiento en batalla de los involucrados, pero, a decir verdad, nunca me quedó del todo claro cómo funciona todo esto porque el juego no se esforzó en explicarme.

Una vez la decisión está tomada, prepárense para perder para siempre a un integrante del grupo, pues el juego guarda automáticamente, eliminando la posibilidad de reiniciar la consola si el resultado no es de nuestro agrado. Lo más triste de esto es que, en varias ocasiones, es posible que vean cómo su personaje favorito, con el que más hablaron y quién más derrotó enemigos en batalla, es elegido como traidor y borrado sin que puedan impedirlo. Así es Lost Dimension, una experiencia que disfruta con nuestro sufrimiento, producto de la incertidumbre, y este es de hecho el factor que lo hace un título especial.

Gráficamente este juego no es nada especial, puede incluso parecer salido de una PlayStation 2 y en ocasiones los diálogos entre personajes son un somnífero (especialmente al iniciar la historia), pero una vez nos involucramos con la situación –y vemos morir a nuestros luchadores favoritos y sobrevivir a los que despreciamos, aunque nos esforcemos por el resultado contrario– Lost Dimension resulta muy interesante y absorbente. Además, una vez den por terminada la historia descubrirán algo que se va haciendo progresivamente evidente: existen múltiples finales de acuerdo a quién muera y quién sobreviva. Lo malo es que todo indica que los traidores son generados aleatoriamente, así que obtener el mejor desenlace no será una tarea sencilla.