Yakuza 6: The Song of Life – Reseña

Durante los últimos 12 años, los usuarios de PlayStation han seguido la historia del Dragón de la Familia Dojima. Tres generaciones de la consola de Sony han contemplado a Kazuma Kiryu dando incontables palizas a los habitantes de Kamurocho mientras lidia con el bajo mundo japonés y forma parte de situaciones estrambóticas, únicamente posibles en un juego originado en el país del sol naciente. Sin embargo, como todo en la vida, la historia de este icónico personaje debe llegar a su fin. Por fortuna, SEGA se ha encargado de dar un debido cierre a este arco de la franquicia de Yakuza.

Lo primero que hay que aclarar es que The Song of Life ha estado disponible en Japón desde 2016. Como debería saberse, la tardanza de su llegada a Occidente se debe principalmente a la ardua labor de localización. Lo segundo a aclarar es que esta entrega es la primera en emplear el Dragon Engine, un nuevo motor gráfico. Esto último no solo ha influenciado la presentación visual del juego, sino la jugabilidad. Pero antes de hablar de estos dos aspectos, se procederá a hablar de la historia.

Si bien The Song of Life no cuenta con la trama más compleja de la franquicia, sí es la que tiene la mayor escala. Ambientada justo después de los eventos de Yakuza 5, esta gira alrededor de una masiva guerra que involucra al clan Tojo, la triada Saio, la mafia Jingweon y la alianza Yomei. A diferencia de anteriores entregas, estos grupos no están detrás de Kazuma Kiryu. Esto sería bueno para el protagonista de no ser porque su objetivo es el hijo de Haruka Sawamura, su hija adoptiva.

Resulta que después de los eventos de Yakuza 5, Kiryu decide entregarse a la justicia y cumplir su tiempo en prisión para no tener cuentas pendientes con el bajo mundo japonés. Sin embargo, Haruka aprenderá que el estigma de los yakuza no es tan fácil de quitar. Para no afectar a sus hermanos adoptivos, la antigua idol decide huir a la pequeña ciudad de Onomichi en Hiroshima. Sin embargo, justo antes de que Kiryu saliera de prisión, Haruka regresa a Kamurocho con un bebé en sus brazos. Por desgracia, esta queda en coma después de un accidente de tráfico.

Aunque devastado por la noticia, Kiryu toma al recién nacido y viaja a Onomichi para descubrir la identidad del padre del bebé y quién fue el que atropelló a Haruka. Por supuesto, la búsqueda inicial del protagonista lo llevará a involucrarse en una guerra entre diferentes facciones de la mafia oriental.

El conflicto entre los cuatro grupos criminales es vital dentro de la trama de The Song of Life. Sin embargo, no sería la mitad de emocionante de no ser por el excelente elenco que lo acompaña. Además de los personajes recurrentes, tales como Shun Akiyama y Makoto Date, Yakuza 6 introduce un grupo de secundarios completamente nuevo. Gracias a que el juego permite que las relaciones entre estos personajes y Kiryu se desarrollen orgánicamente, este termina siendo uno de los elencos más encantadores de la serie.

Por supuesto, núcleo de la historia de The Song of Life es la relación padre-hija entre Kiryu y Haruka. Dado que se ha estado construyendo durante una década, esta tiene un verdadero peso dentro de la trama. Como si eso no fuera suficiente, la presencia del bebé reitera todo el tiempo que ha pasado desde Yakuza (2006) y actúa como un constante recordatorio para Kiryu del efecto positivo que Haruka ha tenido en su vida. Por desgracia, es precisamente esta carga narrativa lo que podría alejar a aquellos que no estén familiarizados con la franquicia de SEGA.

Con la trama fuera del camino, es hora de hablar de la jugabilidad y la presentación. Como se mencionó, estos dos aspectos están relacionados por el Dragon Engine. Este no solo hace que The Song of Life luzca indiscutiblemente mejor que sus predecesores, sino que permite transiciones impecables entre secciones de combate y exploración. Hablando de esta última, Yakuza 6 se distingue por permitir explorar el interior de edificios y utilizar los espacios entre estos como atajos. No obstante, el nuevo motor gráfico impone varios cambios y presenta algunos problemas.

En primer lugar, el framerate ya no es de 60 fps. Esto en parte se debe a que los combates son generalmente más multitudinarios que los de anteriores entregas. Si bien esto no impide disfrutar el juego, el cambio es bastante evidente después de jugar Yakuza 0 y Kiwami. En segundo lugar, el sistema de combate ya no es tan variado como el de los títulos mencionados. Esto se debe a que Kiryu solo contará con un estilo de pelea. Por fortuna, esto es compensado por que el mencionado sistema de combate es más flexible.

Aunque en un principio puede sentirse un tanto más lento que el de anteriores entregas, después se vuelve evidente la intención de SEGA. Yakuza 6: The Song of Life no solo da una mayor importancia a la utilización del entorno, sino que los ataques fuertes de Kiryu cubren un área mucho más amplia. Igual de importante, hay un mayor énfasis a los agarres. Estos pueden realizarse después de un ataque fuerte y su animación puede afectar a otros oponentes. Sin embargo, la adición más importante en materia de jugabilidad es el modo Extreme Heat.

Ya que es más sencillo conseguir y retener energía Heat en Yakuza 6, la utilización del modo Extreme Heat será muy frecuente. En pocas palabras, este permite que Kiryu entre en un estado potenciado en el que podrá resistir la mayoría de ataques y tendrá acceso a Heat Actions especiales.

Por supuesto, todos los aspectos mencionados pueden mejorarse con experiencia. A diferencia de anteriores juegos, Kiryu podrá acumular cinco tipos de experiencia. Esta podrá invertirse para mejorar estadísticas específicas o conseguir nuevas habilidades que harán aún más dinámico el estilo de combate del protagonista. ¿Pero cómo conseguirla? Justo como en las anteriores entregas, podrá conseguirse derrotando enemigos o cumpliendo objetivos. ¿Y qué es necesario para cumplirlos? Pues jugar los múltiples minijuegos y completar las subtramas.

Dependiendo de la ciudad en la que se encuentre Kiryu, ya sea Kamurocho o Onomichi, tendrá acceso a diferentes actividades secundarias. Esto incluye los típicos juegos de azar. Mientras que en Kamurocho podrá disfrutar dos nuevos juegos de arcade, hablar con damas de compañía y ejercitar en el gimnasio; en Onomichi podrá administrar un equipo de béisbol, hablar con amigos en bares e ir de pesca. No obstante, en ambas ciudades tendrá acceso a un minijuego de estrategia en tiempo real en el que podrá enfrentarse a algunas estrellas de New Japan Pro Wrestlers. El llevar a cabo estas actividades no solo será divertido, sino que permitirá que el protagonista gane un poco de experiencia extra.

La otra forma de obtener experiencia es por medio de la subtramas. Si bien siguen siendo el escenario en el que se desarrolla la parte estrambótica de la franquicia, estas en general tienen un tono más sentimental. Al igual que anteriores entregas de la serie, estas se activan de forma aleatoria al explorar Kamurocho y Onomichi. Esto contribuye al sentimiento de que ambas ciudades están vivas.

Reseña hecha con copia digital de Yakuza 6: The Song of Life para PlayStation 4 brindada por SEGA.