Para bien o para mal, hay varias razones por las cuales el cómic de Civil War es un hito no solo dentro de Marvel, sino en el medio literario del cómic. Por un lado, permitió que personajes en ese momento desconocidos, incluso por aquellos que consumían cómics, volvieran a la luz al participar en un evento que sacudió los cimientos del universo habitado por héroes como el Capitán América y Iron Man. Por otro lado, su premisa, aunque no del todo original, pretendió abarcar el tema de los superhéroes desde un punto de vista más realista al poner sobre la mesa la siguiente problemática: Estos individuos, superiores a un humano común en casi todo sentido y que corren libremente impartiendo justicia, ¿deberían mantenerse bajo control?
Una interrogante bastante pertinente, debería decir. Al fin y al cabo, desde su creación, los héroes no habían tenido que preocuparse por los daños colaterales de sus batallas y nosotros como lectores éramos completamente ignorantes a ese aspecto de ese mundo en el que, irónicamente, estábamos tan inmersos.
No obstante, incluso con todo el crédito que se merece, la ejecución general de Civil War fue mediocre, destruyendo en el proceso a varios personajes, de los cuales el que salió peor parado fue Spider-Man. Para aclarar, con “destruir” no me refiero a matar —aunque héroes y villanos murieron en el enfrentamiento—, sino a convertir a un personaje en algo que no es simplemente para crear más drama y prolongar el conflicto.
¿Por qué comencé esta reseña con toda esa carreta? Pues para que no te desconciertes cuando te diga que Capitán América: Civil War es superior al material en el que está basada. “¡Hereje!”, dirán algunos fans hardcore del cómic mientras preparan un ensayo explicando por qué no estoy en lo correcto (acción que incentivo siempre y cuando utilicen buenos argumentos). Por ahora, permíteme explicarte el por qué de mi humilde opinión…
Aunque Capitán América: Civil War tiene una premisa similar al cómic, en el sentido de que se busca controlar a los superhéroes, en esta historia tiene mucho más sentido gracias al corto periodo de vida del Universo Cinematográfico de Marvel en comparación a los cómics. ¿Por qué? Pues porque el evento resulta ridículo en un mundo que ha tenido superhéroes desde hace más de dos décadas. Hubiera sido más lógico que Civil War ocurriera después de una crisis como la primera invasión de Galactus, cuya repercusión en el público general fue retratada espectacularmente en la serie Marvels. Por supuesto, esto tan solo es un ejemplo de lo que pudo haberse hecho y pueden refutarlo en cualquier momento.
Son todos los desastres ocurridos en un pequeño margen de tiempo (un par de años máximo) lo que impulsa al gobierno de los Estados Unidos, representado por el muy odiable general Ross (William Hurt), a someter a Los Vengadores a firmar un acuerdo que le permitirá a la ONU vigilar y regular todos los superhumanos. Ahora seguramente dirás algo como, “¿Por qué tendrían que aceptar? ¡Al fin y al cabo son los héroes!”. Bueno, no todo resulta tan divertido cuando tienes que enfrentarte a los familiares de los muertos causados por los daños colaterales. Al pobre Tony Stark (Robert Downey Jr.) le toco ese trago amargo.
“En ese caso, la película se encarga de representar a los que se oponen al registro como los que están en el lado equivocado, ¿no?”, dirás tú. Afortunadamente, ese no es el caso y esto es uno de los fuertes de la película. La mayoría de los personajes tiene una motivación bien fundamentada para estar en el lado que está, la cual no los compromete moralmente o los antagoniza. Al final del día, todos quieren salvar al mundo.
Hablando de los personajes, una de las principales preocupaciones antes del estreno de la película era la gran cantidad de héroes que iban a participar en esta. Afortunadamente, los hermanos Russo y los escritores de la cinta se aseguraron de que todos los personajes participaran de forma equitativa en la cinta y que su presencia no fuera prescindible por medio del establecimiento de diminutas subtramas que serán retomadas en futuras películas de Marvel. Bueno, con excepción de unos cuantos personajes, pero retomaremos esto más tarde.
«Pero el Barón Zemo y Crossbones en la película, ¿cómo puede ser que no haya un antagonista?». Bueno, mientras Crossbones (Frank Grillo) actúa como un dispositivo de la trama, el Barón Zemo (Daniel Brühl) de Capitán América: Civil War no podría alejarse más del personaje del cómic. Ahora, esto no significa que este personaje sea malo. De hecho, es todo lo contrario.
Aunque no tiene el carisma de Loki, es un “villano” bien construido: no solo es astuto, sino que sus motivaciones, muy sólidas por cierto, contribuirán a alterar el Universo Cinematográfico de Marvel como lo conocemos. No obstante, hubiera brillado aún más si hubiera sido su propio personaje y no tomara prestado el nombre de uno de los más grandes villanos del Capitán América.
Hablemos un poco de la trama. ¿Es tan buena como la de The Winter Soldier? En ciertos aspectos, sí. No es el espectacular thriller que fue su predecesora, pero no está privada de su buena dosis de engaños, traición y, por primera vez en una película de Marvel, venganza, uno de los temas principales de esta cinta. Por supuesto, nos ofrece personajes agradables y momentos graciosos como es costumbre, pero eso no impide que haya escenas oscuras al igual que en The Winter Soldier, las cuales no rompen con el hilo conductor de la historia ni se sienten gratuitas.
Ahora, algo que si es necesario aclarar es que la acción no es el enfoque principal de esta cinta, sino la relación entre Bucky Barnes, Steve Rogers y Tony Stark. Por supuesto, también se desarrollan las relaciones entre otros personajes, pero son estos tres los que dictan el ritmo de la película. Sin embargo, aunque las escenas de acción son pocas —tres en total—, todas son espectaculares, tanto por sus coreografías como por los efectos especiales.
Bueno, ya hemos hablado bastante de lo que hace bien esta película. ¿Qué hizo mal? Afortunadamente, no mucho. Por un lado, Elizabeth Olsen y Chadwick Boseman, que interpretan a la Bruja Escarlata y la Pantera Negra respectivamente, se desempeñan bien, pero algunas de sus líneas se sienten muy forzadas debido a los acentos con los que tiene que lidiar debido a la nacionalidad de cada uno de los personajes. Por otro lado, hay un romance completamente innecesario en la película, con el cual no tendría problema si no fuera tan apresurado o tuviera más base.
También es importante mencionar que Bucky, interpretado por Sebastian Stan, sufre un cambio de personalidad durante el segundo acto de la película, el cual no es explicado. Esta es la falencia más grave de esta película, ya que ese cambio de actitud es el causante de uno de los puntos de giro de la trama. Ojala pudiera decir que él es el único personaje que presenta problemas a lo largo de la cinta.
¿Recuerdan cuando dije que la mayoría de héroes tienen una buena motivación para hacer lo que hacen? Bueno, resulta que hay un trío de personajes presentes en Civil War por puro fan service: Ant-Man, Hawkeye y, penosamente, nuestro amigable vecino Spider-Man. Para aclarar, Tom Holland nos brinda la mejor versión del trepamuros que se haya visto en la gran pantalla y no podrás evitar sonreír al verlo, sobre todo si eres un fanboy de Spider-Man como yo. No obstante, por espectacular/asombroso/sensacional que sea verlo junto a otros héroes, su presencia en la película es completamente prescindible, parecido a lo que pasa con Wonder Woman en Batman vs Superman: El Origen de la Justicia.
Terminemos con unos cuantos detalles con respecto al apartado técnico, ¿les parece? Como es típico de las películas de Marvel, Civil War hace gala de una paleta de colores llamativos y variados, lo cual no es de extrañar al tener los variopintos personajes y diversos escenarios en los que se filmó la cinta, los cuales incluyen a Berlín, Puerto Rico, e Islandia. Por otro lado, hay un par de efectos especiales que podrían pulirse más. Te estoy mirando a tí, mochila voladora de Falcon… o lo que seas. Afortunadamente, no es nada que te provoque levantarte de tu silla y retirarte del cine.
A pesar de unos cuantos errores, Capitán América: Guerra Civil logra la proeza de juntar trece héroes en una película que no se siente como un embutido. Al contrario, logra contar una historia sólida, aunque podría beneficiarse al intentar ser algo más compleja. No tiene la magnitud que tuvo su contraparte en el cómic y no podría incluso si lo intentara, pero no necesita hacerlo. Al fin y al cabo, el Universo Cinematográfico Marvel está creando su propia continuidad, lo cual se presta para crear nuevas cosas e incluso para perfeccionar las que ya estaban. Esta película es un producto de ello y, seas un fan del cómic o no, merece cada centavo de la boleta.