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Free Guy: tomando el control – Reseña

No tengan un buen día, tengan un excelente día.

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Seguramente están familiarizados con historias que tienen como mensaje: “Sé lo que quieras ser y no dejes que la sociedad te imponga un rol que no deseas”. Hay montones de ellas en el cine, televisión, literatura, cómics y videojuegos. A simple vista, Free Guy: tomando el control parece ser una más de ellas. Su concepto, “un hombre descubre que es un NPC sin importancia en un videojuego” y hasta su lema, “la vida es muy corta para ser un personaje secundario”, sugieren que así es.

Por eso nos sorprendió tanto descubrir que, aunque ese mensaje sin duda está presente, hay mucho más en su interior. Tras su caótico y divertido desarrollo —lleno de bromas y referencias al mundo ‘gamer’— se esconden ideas mucho más interesantes e inteligentes.

Free City es uno de los videojuegos más populares del mundo. Una especie de GTA Online por vía de Fortnite en el que los jugadores van creando caos por todas partes, cometiendo crímenes y realizando bailes. Los NPC que habitan el lugar están felices de cumplir con sus rutinas de todos los días y no saben que “no son reales”, hasta que Guy conoce a MolotovGirl.

Los guionistas Matt Lieberman y Zak Penn hubieran podido mantener las cosas sencillas. La relación de Guy y MolotovGirl hubiera podido seguir los arquetipos clásicos de la comedia romántica con personas de mundos diferentes. La temática de videojuegos ya era suficientemente novedosa como para que el resultado fuera un producto diferente y atractivo.

Pero Free Guy: Tomando el control va mucho más allá. Usa este planteamiento para dar una mirada crítica a la industria de los videojuegos AAA y el comportamiento de los ‘gamers’ en los mundos virtuales. Sorpresivamente, también explora conceptos de ciencia ficción que dejarán pensando a más de uno al salir del teatro.

Free Guy: Tomando el control Reseña crítica análisis película Ryan Reynolds Jodie Comer

La principal razón por la que esta mezcla de conceptos ideológicos y “diversión tonta” funciona es el carisma de los actores y la química que tienen entre ellos. Ya sabemos que Ryan Reynolds se siente como en casa con las comedias de acción. Este es otro buen ejemplo de su talento para hacer reír en medio de las situaciones más absurdas. Guy sigue reglas muy diferentes a las de Deadpool, pero resulta incluso más agradable que el mercenario bocón gracias a su inocencia, rechazo a la violencia y transformación involuntaria en héroe y modelo a seguir.

Ya sabíamos que Jodie Comer es una gran actriz gracias a su maravillosa interpretación de Villanelle en Killing Eve. Por eso no nos extraña verla convertida aquí en toda una heroína de acción. Joe Keery, Steve en Stranger Things, le pone mucha alma a su rol como un desarrollador de videojuegos que ha tenido que abandonar sus sueños.

Pero hay que hacer una mención especial para Taika Waititi, que no nos hacía reír tanto desde que lo vimos en What we do in the Shadows. Su personaje es una perfecta parodia de los CEO modernos de empresas de tecnología. También representa la avara obsesión de la industria de los videojuegos AAA con el reconocimiento de propiedades intelectuales, secuelas y reducción de gastos.

Otra sorpresa que nos trae Free Guy: tomando el control es lo bien reflejados que están los videojuegos en sí. Aunque inicialmente no lo parece, Free City tiene una estructura interna basada en cumplir misiones y cometer crímenes que tiene mucho sentido dentro de la clase de juego que es. Esto es especialmente refrescante porque estamos acostumbrados a ver videojuegos falsos en el cine y la televisión que carecen de cualquier lógica.

Por su parte, los jugadores pueden ser descaradamente groseros, pero la película sugiere que esta actitud puede estar fomentada por la misma agresividad de los juegos. Claro, no podía faltar el desagradable estereotipo del ‘gamer’ adulto perdedor que todavía vive con sus padres, pero al menos muestra mucha diversidad entre los jugadores para contrarrestarlo. Esta película también presenta una visión bastante positiva de la ambición y el talento de los estudios y desarrolladores independientes. Para completar, cuenta con cameos de ‘streamers’ muy populares como Ninja, LazarBeam, Pokimane y Jacksepticeye.

También nos encantó la forma en que hace que Free City se sienta como una verdadera comunidad. Aunque los demás NPC —los verdaderos personajes secundarios— no tienen mucho tiempo en escena, queremos que su pequeño mundo sea salvado al final.

Lo que no tiene sentido es la lógica detrás del código del juego. Los espectadores que conozcan de programación se van a terminar jalando los cabellos ante algunas de las ideas más absurdas que presenta el filme sobre cómo funciona internamente Free City.

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Los más cinéfilos reconocerán muchas de las influencias detrás de Free Guy: tomando el control. Hay tanto en ella de El show de Truman como de La gran aventura Lego. Las gafas que permiten ver “la verdad” detrás del mundo bien podrían estar sacadas directamente de They Live, la película de culto de John Carpenter. Obviamente hay algo aquí de Ready Player One. Eso no es raro porque ambas películas comparten un guionista (aunque aquí no sentimos mucho cariño hacia la historia de Ernest Cline).

Depende de cada uno el considerar si estos elementos son homenajes, inspiraciones o representan una falta de creatividad. La verdad es que la familiaridad que tenemos con ellos hace que muchos momentos de Free Guy se sientan bastante predecibles.

Un detalle que sí nos pareció molesto es el uso de referencias a franquicias populares durante el ‘combate final’. Aunque son momentos que sacan sonrisas y gritos de emoción en la audiencia, se sienten fuera de lugar en una película que una hora antes estaba criticando la industria de los videojuegos AAA por su dependencia en las propiedades intelectuales reconocidas. La verdad es que los videojuegos no son ajenos a estos elementos, especialmente Fortnite (juego que, por cierto, tiene una colaboración con esta película), pero sí resulta un poco hipócrita.

Free Guy: Tomando el control puede ser disfrutada a varios niveles. Podemos verla simplemente como una divertida película de verano, pero también podemos analizarla un poco más. Este filme tiene elementos que nos pueden llevar a reflexionar sobre la clase de personas que somos cuando nos conectamos y sus temas de ciencia ficción nos llevan a otro nivel a la hora de hablar sobre inteligencia artificial y la definición de un ser consciente.

En todo caso, van a pasar un muy buen par de horas en compañía de su protagonista bonachón.

Free Guy: Tomando el control
3.9/5 Nota
1 Comentario

1 Comentario

  1. M estrada

    16 de agosto del 2021 at 10:14 am

    Pelicula realmente interesante, entretenida pero el mensaje que esco de es valiosisimo para todos los seres humanos, los invite a buscar en youtube la desaparacion del universo, ahi comenzaran a entenderlo de una manera logica, saludos y buen viaje en el camino de regreso a casa

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