Game of Thrones 8×02: la calma antes de la tormenta

Los fanáticos de Game of Thrones que se quejaron porque en el primer episodio de la temporada “no pasó nada” deben estar que se arrancan sus propios cabellos. El segundo episodio, titulado Un caballero de los Siete Reinos, nuevamente estuvo ligero en términos de acción y muertes, pero termina con un llamado a la batalla que nos deja a la expectativa.

Winterfell se dedicó a reunir a los personajes en un mismo lugar, pero Un caballero de los Siete Reinos fue el que les permitió a todos aquellos reunidos en el norte hablar entre sí, conocerse mejor y reflexionar sobre su propia mortalidad. En ningún personaje fue tan notable esto como en Jaime Lannister, que protagonizó más de un cuarto del episodio.

La evolución del ‘león dorado’ ha sido increíble a lo largo de la serie. Comenzó siendo uno de los villanos más odiados de esta historia, para eventualmente convertirse en uno de los ‘héroes’ más queridos por los espectadores. El último episodio de Game of Thrones comienza con él bajo juicio por sus crímenes y pecados. Se encuentra frente a frente con Daenerys, la hija del Rey que asesinó, y Bran, el chico al que dejó lisiado. Afortunadamente, Brienne intercede por él, ganando la aprobación de Sansa y Jon, quien en este momento acepta cualquier ayuda contra los caminantes blancos, venga de donde venga.

Jaime sabe bien que hizo cosas horribles, pero se justifica a sí mismo diciendo que fue por amor hacia su familia. No se arrepiente porque sabe que lo haría de nuevo. No obtiene perdón ni lo busca. Pero sus acciones recientes, especialmente su relación con Brienne, le han permitido redimirse un poco y demostrar que su corazón está en el lugar correcto.

Esta relación es una de las que más llama la atención en Game of Thrones. Aunque hay quienes añoran verlos juntos, lo que hay entre los dos no es necesariamente una atracción física o romántica, sino de respeto y admiración. Jaime, que en el pasado pecaba de presumido, ahora es lo suficientemente humilde para aceptar que Brienne es mejor guerrera que él y lo demuestra mediante sus deseos de estar bajo su mando en la batalla. La escena en que él finalmente la nombra caballero de los Siete Reinos es uno de los momentos más emotivos que pudimos disfrutar y un cierre perfecto para el arco argumental de ambos. Ojalá eso no signifique que van a morir en la batalla que se avecina.

Otro momento que generó sensación entre los fanáticos fue el encuentro sexual entre Arya y Gendry. Ella es un personaje que hemos seguido desde su infancia. La hemos visto enfrentar toda clase de dificultades y convertirse en una mujer. Eso hizo que esta escena resultara particularmente incómoda para algunos, pero es una evolución lógica para el personaje. Ella se ha convertido prácticamente en una máquina de matar y esta fue una forma de demostrar su lado más humano, así como de enfrentar el miedo a una muerte casi segura.

Ese lado humano fue algo que salió a relucir en varios personajes durante el resto del episodio, desde la improvisada reunión para beber frente al fuego (en la que Tormund hizo gala de su habilidad para hacernos sonreír) hasta un encuentro de los viejos compañeros de la Guardia de la Noche recordando el pasado (especialmente la forma en que el buen Samwell Tarly superó las expectativas de todos). Este también es el momento en que nos enteramos que Ghost está vivo. El enorme lobo huargo había desaparecido por mucho tiempo y llegamos a pensar que había fallecido. Ahora que ha regresado, sería imperdonable que no le den más escenas. 

Otro momento bonito se dio con la reunión de Sansa y Theon. El abrazo de ambos representa el vínculo entre dos personas que fueron víctimas del mismo verdugo y que encontraron en el otro el apoyo que necesitaban para sobrevivir. Theon es un personaje que se ha ganado a pulso su redención. Pagó por todos los errores que cometió y buscó la forma de reparar a todos aquellos perjudicados por sus acciones. Si muere en la batalla que se aproxima, al menos sabe que se ganó el perdón sincero de quienes ama. 

Los fanáticos de Game of Thrones nos merecíamos estas escenas. La serie tenía que dejar de lado el afán por mover personajes de un lado a otro y dejarlos respirar por un momento. Gracias a esto, pudimos reconectar con ellos y sentirlos de nuevo como personas de carne y hueso. Nos vamos a preocupar más por su incierto destino si vemos que ellos hacen lo mismo.

Daenerys también protagoniza buena parte de este episodio. A lo largo de las temporadas, la madre de dragones (rompedora de cadenas, nacida de la tormenta) ha ido dejando de lado su benevolencia. Esto ocurrió de forma tan lenta y sutil que no lo notamos hasta que la vimos convertida en una estricta y dura regente. Esta frialdad hace a muchos pensar que, de sentarse en el Trono de Hierro, se podría convertir en una tirana como su padre.

Su sincera charla con Sansa, en la que se da cuenta que Winterfell podría resistirse a su reinado, y la poca tolerancia que demostró hacia las equivocaciones de Tyrion dejan ver la persona en que se ha convertido. Una breve charla con Ser Jorah le recuerda su humanidad, pero cuando Jon le confiesa que él es el legítimo heredero del Trono, tememos su reacción. Esta charla es interrumpida y no sabemos lo que ella piensa hacer al respecto, pero es probable que —tras tantos años deseando recuperar la corona— no vaya a aceptar fácilmente esta situación. ¿De verdad va a creer que Jon Snow se va a inventar eso para robarle el poder?

Este episodio también sirve como una especie de homenaje a las mujeres guerreras de la serie y no es solo por el merecido momento de Brienne. Tyrion hace un claro énfasis en que tanto hombres como mujeres se dirigen a la batalla. Lyanna Mormont deja claras sus intenciones de participar en el combate pese a su edad. Cuando una niña le dice a Ser Davos que quiere luchar, él no le dice que será peligroso ni se burla de ella, sino que con cariño le dice que hay que defender a la gente que se refugiará en las catacumbas y que le confía esa responsabilidad. Eso sin contar con que Arya le coquetea a Gendry demostrando su habilidad lanzando cuchillos y que Dany y Sansa comentan sobre los retos de ser mujeres líderes en un mundo que suele subestimarlas.

Un caballero de los Siete Reinos es la calma antes de la tormenta. La última cena del condenado a muerte. Se les permitió a los personajes un último momento de risas, compañerismo y amor antes de una gran batalla a la que no todos sobrevivirán. El próximo episodio será de una hora y 22 minutos totalmente dedicados al enfrentamiento contra los caminantes blancos. La tensión está en el aire y no podemos esperar por su fatídico desenlace.

¿Qué les pareció este episodio? ¿Consideran que fue relleno? ¿Ansiaban ver a los personajes relacionarse de esta manera? Esperamos sus comentarios.