SI llevan algunos años leyendo GamerFocus es posible que recuerden que yo escribí una reseña negativa sobre la primera película del Guasón. Cinco años después me mantengo en mi opinión de que es una película vacía moralmente que no tiene nada inteligente que decir y una mala historia de origen para el icónico ‘Joker’. Cuando anunciaron la secuela me sentí disgustado, pero saber que era un musical me dio esperanzas de que Todd Phillips estuviera preparando algo diferente y especial. Estaba equivocado. Guasón 2: Folie a deux tiene un concepto totalmente genial e inesperado, pero no sabe qué hacer con él y termina convertida en una película terrible. Es peor que la anterior.
El filme comienza en un tiempo indeterminado después de los asesinatos cometidos por Arthur Fleck, que se encuentra recluido en el asilo Arkham esperando un juicio en el que podrían condenarlo a muerte. Allí conoce a Lee, una mujer obsesionada con el Guasón que lo anima a convertirse de nuevo en el payaso asesino que se volvió una celebridad entre los desadaptados de Ciudad Gótica.
Lo que tenemos aquí es un músical con pésimos números musicales. Son ‘covers’ de canciones extremadamente viejas que no aprovechan el talento vocal de Lady Gaga, Joaquin Phoenix no sabe cantar ni bailar, así que da vergüenza verlo intentarlo. La trama es casi estática y su poco desarrollo resulta aburrido y predecible. En resumen, Guasón 2: Folie a deux es una película mala. Es una lástima, porque tiene una idea excelente que habría sido perfecta en manos de un director y un guionista más talentosos.
Pero para hablar de eso tengo que explicar primero la reacción a la primera película.
“Yo soy el Joker”
Joker se convirtió en una película de culto para una parte de la audiencia que vio en su protagonista una especie de “ícono de rechazo al sistema”. Es lo mismo que ocurrió en el pasado con Un día de furia y Taxi Driver, películas a las que el filme de Todd Phillips les debe mucho.
La imagen de Joaquín Phoenix con el maquillaje de payaso llenó los foros de internet y las redes sociales. Tristemente, la mayoría de las veces su imagen aparecía criticando la diversidad, equidad e inclusión. Ver una foto de perfil del Guasón se volvió sinónimo de insultos homofóbicos, racistas y comentarios sexistas.
Por supuesto, no son todos los fanáticos de la película los que hacían esto. Ni siquiera la mayoría (a pesar de mi opinión, fue una cinta muy bien recibida), pero es claro que la historia de Arthur Fleck resonó especialmente con algunos de los más molestos y odiosos tipos de audiencias posibles.
En algún momento, Todd Phillips se dio cuenta de esto. La secuela que creo es un rechazo absoluto a esta clase de fanáticos. Tristemente, no sabía como llevar esa idea a la pantalla.
La mejor broma del Guasón
Estereotípicamente hablando, los musicales y la presencia de Lady Gaga son dos cosas que deberían “molestar” al tipo de audiencias del que estamos hablando. Van contra su idea de masculinidad y lo que el Joker debería representar. Lo que me atrajo inicialmente hacia Guasón 2: Folie a deux es que parecía ser una deconstrucción de su predecesora, una crítica que se burlaba de sí misma y de ese grupo de fans que se la tomaron tan en serio. Estoy absolutamente seguro de que eso es lo que sus creadores querían hacer, pero todo salió mal porque no tenían el talento para hacerlo realidad.
En la película, Arthur Fleck se encuentra vuelto un desastre en Arkham. Está deprimido y no parece tener ganas de seguir adelante con su vida. En pocas palabras “dejó de ser el Joker”. Eso es hasta que aparece Lee en su vida. Ella y los fanáticos que están obsesionados con él quieren que “vuelva a ser el Guasón” y él eventualmente les da ese gusto.
A partir de este momento vamos a hacer algunos ‘spoilers’ menores.
Pero Fleck no es un carismático payaso príncipe del crimen. Es un perdedor que un día no aguantó más y explotó, pero no dejó de ser un perdedor. Guasón 2: Folie a deux lo hace ver aún más patético y miserable de lo que era en la primera película y esa es la gran idea de esta obra: les dice a los fanáticos que están equivocados, que la persona que estaban admirando no era un ícono sino un ‘loser’ como ellos y que “entendieron todo mal”.
Yo admiro mucho a las películas que hacen algo como esto. Scream 5 y Matrix Resurrecciones son dos buenos ejemplos de obras que rechazaron la cultura tóxica que se había formado en torno a sus franquicias para decirles a sus fanáticos “ustedes están equivocados y no los queremos aquí”. La secuela de Joker también dice eso y su final es una metafórica puñalada a todos aquellos que habían usando una foto de perfil del Guasón de Joaquin Phoenix para creerse con superioridad moral o intelectual sobre los demás.
Pero nada de eso importa porque Todd Phillips no es un buen director y no supo poner esa idea en una buena película. Guasón 2: Folie a deux tenía la oportunidad de ser “la máxima broma”, una justa burla contra los peores sectores de las comunidades ‘geek’ y cinéfilas, pero nadie va a darse cuenta de ello porque esa idea está rodeada por dos horas de aburrimiento y canciones insulsas.