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Guasón – Reseña

«Pero doctor, yo soy el Guasón».

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El Joker, mejor conocido como ‘El Guasón’ en Latinoamérica, es sin duda alguna uno de los villanos más queridos de la cultura popular. A pesar de su maldad y locura, es un personaje que nos encanta ver en acción. Es tan impredecible y retorcido que nos sorprende con facilidad y amamos ver la perturbadora relación que tiene con Batman.

Por eso, la idea de un filme enfocado exclusivamente en este personaje resulta tan llamativa. Nos intriga la idea de ver el mundo a través de los ojos del payaso príncipe del crimen. Lastimosamente, Guasón —aunque no es una mala película— resultó ser la forma menos interesante posible de llevar a cabo esta idea.

Arthur Fleck (¿A. Fleck? ¿Affleck? ¿Es esta una broma?) es un hombre triste. Aspira convertirse en comediante, pero está atrapado en un trabajo de payaso a sueldo. Siente que la gente solo lo determina para abusar de él. Por si fuera poco, tiene una condición que le hace reír a carcajadas en las circunstancias más inconvenientes.

Tras un terrible encuentro en el metro, Arthur decide que ha sido suficiente. No dejará que el mundo siga tratándolo como basura y va a responder a las provocaciones de la sociedad. Esto lo sumerge en una espiral de destrucción que lo convertirá en el villano más grande que Gotham ha conocido.

Esta clase de historias, en las que un individuo no aguanta más y ‘ataca’ de regreso, son bastante familiares. Ya hemos visto Un día de Furia, Taxi Driver, God Bless America y El Club de la Pelea. Lo sabemos, ‘vivimos en una sociedad’ inclemente e injusta. Muchas veces sentimos que nos enloquece y deseamos rebelarnos contra ella. Pero convertir esto en el origen del Guasón resulta simple y aburrido.

En los cómics, las historias de origen del Guasón, incluso la popular La Broma Asesina, siempre terminan siendo falsas o descanonizadas. Los escritores saben que dotar a este personaje de una ‘razón de ser’ le quitaría su misterio y buena parte de su gracia. Por su parte, en Guasón nos enteramos hasta de detalles de su infancia.

Claro que esta es una historia alterna que no afecta el canon oficial de los cómics de DC ni sus películas. Es el lugar perfecto para explorar nuevas ideas. De hecho, resulta ser una película suficientemente entretenida. Pero no se acerca a la genialidad de El Rey de la Comedia ni de la ya mencionada Taxi Driver, obras de Martin Scorsese a las que les ‘roba’ elementos sin vergüenza alguna.

Buena parte del éxito artístico de Guasón se debe a la ambientación que crea. Esta Gotham de comienzos de los ochenta es una urbe sucia, peligrosa y fría. Está claramente inspirada en la Nueva York de la misma época. Fácilmente podría considerarse el pasado de la ciudad que vimos en la trilogía del Caballero de la Noche. Este ambiente depresivo es enfatizado por un perfecto trabajo de fotografía y una banda sonora llena de instrumentos de cuerda que viajan entre lo melancólico y lo amenazante. Remata con algunas canciones clásicas que crean un bello contraste con el horror que vemos en la pantalla. Este filme es un deleite para ojos y oídos.

Por si fuera poco, la actuación de Joaquin Phoenix es gloriosa. Ya que éste es un estudio de personaje, él está presente en todas las escenas de la película y en cada una de ellas se come el mundo con su histrionismo. Ya sea agobiado por la vergüenza, incomodándonos con sus comentarios o con una actitud absolutamente psicópata, Phoenix realmente se transforma en este monstruo y no podemos quitarle la mirada de encima. Huele a nominación al Óscar.

Se diría que esta actuación es razón suficiente para ver esta película. Lastimosamente, tiene muchos elementos negativos que también son suficientes para ignorarla. Ya dijimos que su trama resulta derivativa y poco interesante, pero también es terriblemente predecible. Aun sin ver los tráileres, es bastante obvio cómo se van a desenvolver las cosas. El desarrollo nos arroja algunas sorpresas que no son más que distracciones o falsedades. Se sienten como relleno.

El director Todd Phillips dijo que quería hacer una película diferente a todas las demás basadas en cómics, pero no lo logró. Es claro que quiere desligarse de las historias de superhéroes, pero el apego a los elementos de la mitología de Batman —como la familia Wayne, el Asilo Arkham y Gotham— no hace más que amarrarla con fuerza a las estructuras conocidas. Incluso cuenta con un momento que hará que los fanáticos de DC se retuerzan en sus sillas ante lo familiar que resulta.

Guasón es una película vacía moralmente. Parece que nos quiere decir que el tratamiento de la sociedad hacia individuos como Arthur los convierte en monstruos, pero a la vez deja bastante claro que enfermos mentales como él son asesinos y abusadores en potencia, incapaces de sentir empatía. Sin duda, su representación de las enfermedades mentales va a ser justamente criticada. Dice que necesitamos servicios sociales, pero muestra que son inútiles.

Hay toda una subtrama sobre una protesta social contra las clases altas que es inflamada por las acciones de Arthur. Guasón justifica el descontento social al mostrarnos la horrible situación de Gotham, pero también está feliz de convertir a quienes protestan en criminales y asesinos. No toma partido, incluso hace que su protagonista diga varias veces que es ‘apolítico’. Esto hace que su historia carezca de propósito. Su tercer acto, el cual debería tener una gran clímax, no es más que un largo y aburrido discurso sobre ‘los males de la sociedad’. Cuando creemos que ya ha llegado a su final, nos encontramos un epílogo, luego otro más y otro más.

Guasón es un filme entretenido. Su concepto —ofrecer una visión cruda y violenta de un personaje tan popular— atraerá millones a los cines, pero es una oportunidad perdida. No hace nada interesante ni especial con los personajes y su mundo. Su forzada posición ‘apolítica’ hace que no tenga algo inteligente que decir. Solo el trabajo de Joaquin Phoenix hace que realmente valga la pena.

No es una película mala, pero podría haber sido mucho mejor.

Guasón
2.9/5 Nota
2 Comentarios

1 Comentario

  1. loriquero

    5 de octubre del 2019 at 18:40 pm

    Conocido como Guasón de este lado de latinoamérica, porque en Brasil lo llaman «Coringa»

  2. nemirc

    10 de octubre del 2019 at 11:49 am

    Este es el típico review del tipo que se queja que una obra no se alinee a sus visiones políticas. Tanto párrafo para simplemente decir «no hay suficiente orange man bad, no la recomiendo.»

    La película aborda un montón de temas que merecen atención (y yo lo sabré, porque algunos de esos asuntos fueron los que causaron todas las guerras civiles centroamericanas en el siglo pasado), pero con su obsesión por «lo apolítico» termina diciendo que es «moralmente vacía.» Incluso en una escena de menos de 5 minutos aborda el tema del abuso infantil, donde dicen que Arthur era golpeado, y posiblemente violado, por su padrastro y que por eso tiene incluso daño cerebral. El autor parece ser del tipo de personas que le tienen que dar a cucharadas lo que tiene que pensar y sentir, porque no es capaz de crear su propio criterio, lo cual es irónico viniendo de un «crítico.»

    Cualquier persona que realmente tenga la inteligencia emocional y la conciencia social que el autor cree tener, tomaría eso como llamados a paternidad responsable, la importancia del bienestar de los niños, un sistema que asegure buenas prácticas de adopción para niños huérfanos que incluyan un constante seguimiento del estado de los mismos, los problemas de cómo el maltrato pasa de generación en generación, y cómo «los monstruos» de la sociedad se crean en el hogar (o en la falta de hogar). Una persona con inteligencia emocional y conciencia social ve esto y piensa «tenemos que cuidar y educar bien a los niños porque son el futuro de nuestra sociedad.»
    Una persona como don Laguna mira esto y dice «nah, eso no importa, la peli es moralmente vacía.»

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