La Purga por siempre – Reseña

Tras cuatro películas y dos temporadas de una serie de televisión, ¿qué queda por decir sobre La Purga? El concepto detrás de estas historias, en las que el gobierno de Estados Unidos ha implementado un periodo de 12 horas al año en el que todos los crímenes —incluyendo el asesinato— dejan de ser ilegales, sigue siendo tan provocador como cuando vimos la primera película en 2013. Sin embargo, sus secuelas han dejado toda sutileza de lado. Han convertido sus metáforas y sátiras contra la conservadora sociedad norteamericana en un texto directo que no deja dudas sobre su significado. 

¿Qué queda por decir?

Pues queda por mostrar qué sigue después de La Purga. Cuál es la consecuencia obvia de este festival de violencia y odio. La Purga por siempre —llamada The Forever Purge en países de habla inglesa y La Purga: Infinita en España— convierte las ‘12 horas para sobrevivir’ en la nueva normalidad.

Nosotros ya hablamos a fondo de los temas e inspiraciones detrás de las primeras películas de esta franquicia. Les recomendamos que le den una leída a ese artículo si no lo han hecho. Ya tenemos claro que estas películas y la serie son realmente una crítica contra la ideología del partido republicano gringo y la opresión del capitalismo salvaje sobre los habitantes de Estados Unidos. La Purga no es más que una forma de “limpieza social” que busca tener a las minorías asustadas y controladas.

Así como La primera Purga puso los reflectores sobre la forma en que las comunidades pobres y afroamericanas se veían afectadas, La Purga por siempre se enfoca en los inmigrantes ilegales. Especialmente aquellos que llegan desde México huyendo de la violencia del narcotráfico. Los protagonistas son Adela (Ana de la Reguera) y Juan (Tenoch Huerta). Esta pareja sobrevive a su primera Purga en el país del norte solo para descubrir que la violencia no remite cuando pasan las 12 horas.

En esta película, un grupo con influencia a nivel nacional decide que La Purga no tiene que acabar. Declaran ‘La Purga Eterna’ para acabar con todos aquellos que no son ‘estadounidenses puros’.

Nos encantó este giro de los acontecimientos, pues da espacio para mostrar un nivel de caos que no se había logrado en ninguno de los filmes anteriores ni en la serie.  La Purga no era más que un síntoma de una nación enferma que había dejado la moral de lado. Era cuestión de tiempo para que la situación explotara. 

Se supone que La Purga por siempre iba a ser estrenada originalmente en 2020. Esto resulta difícil de creer porque parece directamente inspirada por los eventos que ocurrieron en Washington D.C. a comienzos de 2021. El grupo de seguidores del expresidente Trump que se tomaron el capitolio fueron una muestra de la forma en que estas ideologías de odio atentan incluso contra los sistemas controlados por quienes las promueven. Los republicanos observaron aterrados cómo los racistas e intolerantes que usaron para llegar al poder invadieron uno de los centros de poder de la nación en un acto completamente antidemocrático. Lo mismo les pasó a los Nuevos Padres Fundadores que crearon la Purga en las películas. Ahora ven cómo ese sistema que los volvió más ricos y poderosos está arruinando todo.

Hay otro momento interesante en la película cuando un grupo de inmigrantes deciden aprovechar la situación para rebelarse contra sus jefes. La idea que ‘el proletariado’ se apropie de la Purga también era uno de los pasos lógicos a seguir, pero aquí se trata de un momento casi desconectado del resto de la historia. Es una lástima. Las ideas que propone sobre una justa revolución o si simplemente están jugando el juego de los Nuevos Padres Fundadores ofrecen mucha tela que cortar. Pero el filme no decide continuar por ese sendero.

A pesar de estas nuevas ideas y las posibilidades que abre, la verdad es que La Purga por siempre es más de lo mismo. Su desarrollo es muy similar al de las tres anteriores películas. Los protagonistas se dedican a buscar refugio en medio de una situación en la que cualquiera puede convertirse en un ‘slasher’. Hay un vistoso plano secuencia en El Paso, Texas, que se ha convertido en una zona de guerra, pero eso es lo más novedoso que tiene. Hay un momento en que parece que tendremos persecuciones en auto, pero no ocurren.

Visualmente, esta película se diferencia un poco de las anteriores al desarrollarse en Texas y la frontera con México, ofreciendo un sabor de ‘western moderno’. También se nota el cambio de director, pues el que está a cargo de la película es el novato Everardo Valerio Gout y no James DeMonaco (aunque él sigue siendo el guionista). De todos modos, esto no es suficiente para resaltar esta película sobre las demás.

Si son fanáticos de la saga, seguramente van a disfrutar La Purga por siempre. Les ofrece el mismo tipo de acción, tensión violencia y críticas sin sutilezas contra los peores aspectos de la sociedad estadounidense. Pero sentimos que no logra aprovechar al máximo su genial concepto. Recurre a los clichés del cine de acción de bajo presupuesto y a los peores elementos del género del terror (hasta tiene un par de ‘jump scares’).

También tiene un mensaje de “todas las razas en Estados Unidos tenemos que trabajar juntas” que ha sido repetido hasta la saciedad. Por más positivo que este sea, hemos visto que no tiene ningún efecto. Las actuaciones son mediocres y el doblaje al español latino es pésimo.

Parece que DeMonaco quiere seguir expandiendo el mundo de La Purga. Ha dicho que quiere que Leo Barnes, el personaje de Frank Grillo en las anteriores entregas, regrese como personaje principal. Ya veremos si logra sacar ese proyecto adelante y descubrimos que pasa con “los Estados Unidos renacidos” después del caos en el que queda sumido en este filme.