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Moon Knight – Impresiones

Oscar Isaac tiene una química maravillosa con Oscar Isaac.

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Desde que anunciaron que los cómics de Moon Knight serían adaptados a una serie del Universo Cinematográfico de Marvel para Disney+, sentimos mucha curiosidad al respecto. Este personaje, considerado por muchos como “el Batman de Marvel”, no era especialmente interesante. No tenía poderes y su conexión al panteón egipcio a veces parecía una simple anécdota. Lo único que parecía jugar a su favor era su impactante traje de superhéroe.

No podemos negar que la serie logra dejar estos problemas a un lado. Hace de la mitología egipcia una parte crítica de la historia, le da poderes al personaje —aunque muy poco definidos— y elimina todos los elementos del “vigilante rico” para que no haya ni un solo punto de comparación con el hombre murciélago de DC. En lugar de eso, toma prestados elementos del volumen 4 de la serie de cómics, en el que los alter-ego del personaje se transforman en un desorden de identidad disociativa (personalidad múltiple), para contar una historia muy relevante sobre un hombre con problemas de salud mental.

Aunque todo esto suena interesante, Moon Knight sigue atado por las convenciones de las historias de superhéroes y no le permiten sobresalir. Apreciamos sus fortalezas y vamos a hablar a fondo sobre ellas, la verdad es que terminó siendo una de nuestras series menos favoritas del UCM.

Cuando conocimos la sinopsis de la serie —un hombre con desorden de personalidad que no sabe que su otra identidad es un ‘superhéroe momia’ que lucha en nombre de Khonsu (Jonsu), el dios egipcio de la luna— nos preocupamos. Esta enfermedad mental suele ser muy incomprendida y pésimamente representada en el cine y la televisión. Solo hay que ver la forma en que la muestran en películas como Fragmentado para darse cuenta. Es verdad que Moon Knight la presenta de forma fantasiosa, pero también de una manera mucho más respetuosa que otras. La usa para resaltar la tragedia de vivir con traumas y problemas de salud mental.

Eso no funcionaría si no fuera por el fantástico trabajo de Oscar Isaac en el papel protagónico. Él interpreta un doble rol durante la mayor parte de la serie: el atormentado mercenario Marc Spector y el desafortunado académico egiptólogo Steven Grant. El marcado acento del segundo le hizo merecedor de múltiples bromas por parte de los fanáticos, pero pronto aprendimos a amarlo.

Aunque la dualidad del protagonista eventualmente se convierte en uno de los mejores elementos de la serie, es uno de sus mayores problemas en los primeros episodios. Steven es el protagonista absoluto de los dos primeros. Cuando finalmente le cede la batuta a Marc, el cambio resulta demasiado brusco. La trama parece asumir que conocemos a este personaje, pero hace un terrible trabajo presentándolo. No es sino hasta el episodio 5, cuando descubrimos su pasado, que todo encaja en su lugar.

Ese episodio, probablemente el mejor de la serie, hace una corrección absoluta de rumbo. Es verdad que hay que tener paciencia con las series de televisión, pero no podemos negar que la llegada hasta ese punto resultó especialmente aburrida.

Por más que hayamos disfrutado de la actuación de Oscar Isaac en los cuatro primeros episodios de la serie, hay poco que resaltar en ellos. En el primero tenemos una fantástica persecución que aprovecha los cambios de personalidad del protagonista para “borrar momentos”, lo que la hace emocionante e imprevisible, pero el resto son escenas de acción genéricas. Lo mismo pasa con el humor. A pesar del carisma y la lástima que produce Steven, las situaciones en que se ve envuelto y sus nerviosas reacciones no son nada especiales ni diferentes a cosas vistas anteriormente. La trama se pierde en una “búsqueda de tesoro” que se siente como un relleno.

Otro elemento que ayuda a soportar mejor estos episodios es la hipnótica presencia de Ethan Hawke como Arthur Harrow. Aunque este personaje cae en los clichés con los que siempre son interpretados los líderes de cultos religiosos, Hawke hace que podamos ignorarlos con la fuerza de su actuación. No creemos que lo vayamos a ver en listas de “mejores villanos del UCM”, pero él fue de lo mejor de la serie.

El episodio 4, en el que los protagonistas se adentran dentro de una tumba, parece una aburrida parodia de Tomb Raider. El diseño del lugar y sus criaturas no son nada distintivos. Lo más interesante es el bizarro “triángulo amoroso” que se comienza a formar entre Marc, Layla y Steven, pero no va a ninguna parte. Afortunadamente, las cosas cambian al final del episodio con el encuentro de las dos personalidades y la aparición de Tawaret (Tueris), diosa egipcia de la fertilidad.

A las películas y series del Universo Cinematográfico de Marvel les encanta presentar personajes como Tueris, inmediatamente carismáticos. Los excelentes efectos especiales con que está creada y detalles como el movimiento de sus orejas la volvieron icónica. 

Moon Knight serie temporada 1 análisis opinión impresiones crítica reseña disney+ universo cinematográfico marvel

Sorprendentemente, ella no es lo mejor de ahí en adelante, sino las interacciones directas de Marc y Steven. Resulta que Oscar Isaac tiene mucha química consigo mismo y es una delicia ver estos dos personajes juntos. Además, finalmente conocemos el trágico pasado de Marc y el origen de sus traumas y problemas de salud mental. Aunque no es suficiente para recontextualizar los episodios anteriores y “hacerlos buenos”, sí le da mucha más profundidad al personaje y hace más fácil empatizar con él.

Es aquí que las debilidades de Moon Knight quedan expuestas. Aunque otras producciones del UCM han logrado combinar a la perfección el mundo de los superhéroes con otros géneros, esta serie no es capaz de hacerlo con el drama psicológico. Esto resulta extraño porque ya WandaVision lo había hecho con mucho éxito. La mayoría de secuencias de acción se sienten fuera de lugar y, una vez Marc invoca el traje, parece ser alguien completamente diferente. Hace que extrañemos su elegante transformación alternativa, que sí podemos reconocer como Steven.

El episodio final de la serie es el que mejor logra reconciliar todos los ambiciosos temas de Moon Knight. Sorpresivamente, lo hace en medio de secuencias llenas de efectos especiales y apariciones de dioses gigantes. La ideología de Ammit sobre el ‘castigo previo al crimen’ —sí, el mismo tema de Minority Report (Sentencia Previa)— por fin cobra relevancia. También es agradable ver a Layla asumir el rol de Scarlet Scarab, aunque no resulta especialmente importante.

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Hay mucho que apreciar en Moon Knight. Visualmente es impresionante y las actuaciones de Oscar Isaac y Ethan Hawke son excelentes. Nos encantó su visión del panteón egipcio y, aunque se demoró en establecerla bien, su representación de las enfermedades mentales y la forma como el sistema abusa de quienes las sufren es muy buena.

Es una lástima que, durante sus primeros episodios, todo esto se pierda en una trama de acción genérica y clichés de las obras de superhéroes. También hay quienes extrañan las referencias y cameos al resto del MCU. Las hay, pero son muy pocas y tal vez demasiado sutiles. A otros les parecerá un soplo de aire fresco ver una serie que no tiene relación directa con las demás, pero no podemos negar que esos vínculos se han convertido en parte importante de la franquicia. Resulta raro no verlos.

Afortunadamente, el mundo que rodea a Moon Knight quedó muy bien establecido y su agridulce final promete que la historia continuará de forma muy interesante.

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