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Mulán – Reseña

El ‘remake’ de Mulán ha sido muy controversial. ¿Vale la pena verlo en Disney+?

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El camino que tuvo que recorrer Mulán para llegar a las pantallas de Colombia fue bastante accidentado. Se supone que íbamos a verla en cines en marzo, pero pocas semanas antes de su estreno comenzaron las cuarentenas por culpa de la pandemia de COVID-19. Tras varios aplazamientos, decidieron llevarla a Disney+ en septiembre. El problema es que en ese momento no podíamos acceder a ese servicio de ‘streaming’ en nuestro país. 

Pero ya tenemos acceso a Disney+ y vamos a poder ver este filme a partir del 4 de diciembre de 2020. En esta reseña vamos a descubrir si vale la pena ver Mulán tras esta larga espera.

La respuesta es: más o menos.

La película animada Mulán, estrenada en 1998, es uno de los grandes clásicos de Disney. También es una de las películas más queridas de esa ‘época dorada’ para la compañía. Su supuesto mensaje feminista, el escenario oriental —tan ajeno a lo que estábamos acostumbrados a ver— y sus divertidos personajes realmente resonaron con las audiencias. El amor que despierta esa historia convirtió a este ‘remake’ en una de las películas más esperadas del año.

A diferencia de otras versiones de acción real, como Aladdin y El Rey León, esta no tiene como objetivo recrear las mismas escenas y canciones de la película original. De hecho, ni siquiera es un musical y deja los elementos de comedia muy de lado. Si tuviéramos que describir su género, podemos decir que es un ‘wuxia’. Estas son las películas de artes marciales en escenarios históricos que se pusieron muy de moda en China y Hong Kong a partir de los años setenta. Este cambio tan radical podría no ser del agrado de los fanáticos del filme original y de las nuevas adaptaciones de Disney. Se parece más a El Tigre y el Dragón que a La Bella y la Bestia.

La historia es la misma que nos cuenta la leyenda de Mulán, que pudo o no haber sido una persona real. Ella es una joven mujer que, para evitar que su padre enfermo tuviera que ir a la guerra contra las tribus nómadas del norte, pretende ser un hombre y se enlista en el ejército. En la nueva película, la protagonista no está acompañada de un divertido dragón parlante, pero sí mantiene algunos elementos sobrenaturales representados en el espíritu del fénix y el uso de la energía vital llamada chi. Aquí comienzan los problemas de esta versión.

Mulán reseña

La protagonista no es una chica común y corriente como en la mayoría de versiones. Desde pequeña, Mulán es una hábil artista marcial con un gran control del chi, pero se nos explica que esto no es algo que sea bien visto en las mujeres. Tenemos una nueva villana llamada Xianniang, interpretada por la genial Gong Li. Su control del chi le permite usarlo como si fuera magia, por lo que es considerada una bruja y convertida en paria.

El chi es presentado como algo muy importante y funciona igual que la Fuerza en Star Wars, pero su uso en el desarrollo resulta «forzado» y la forma en que se vincula con la identidad secreta de Mulán es vergonzosa. Parece un elemento de una versión temprana del guion que no quitaron de las siguientes revisiones a pesar que no lo necesitaban para nada.

Algo que identifica a muchos ‘wuxia’ clásicos es su sentido del humor. Estas suelen ser películas en las que los golpes y acrobacias son parte de la comedia y los protagonistas tienen algo de torpeza y gracia humorística. Solo hay que ver algunos de los primeros filmes protagonizados por Jackie Chan para entenderlo. A pesar de esto y de los chistes que estamos acostumbrados a ver en las obras de Disney, Mulán se toma completamente en serio a sí misma. Los intentos de humor que tiene en su primer acto, algunos de los cuales imitan escenas de la película de 1998, terminan sintiéndose fuera de lugar.

Mulán crítica

De hecho, las referencias al filme de hace 22 años son penosas. Solo hay que ver lo que intentaron hacer con el grillo de la original. Las melodías de fondo, que recuerdan a las canciones como Nos vas a brindar honor, sí producen algo de nostalgia, pero eso es todo. En retrospectiva, hubiera sido mejor si la nueva Mulán se hubiera deshecho de todo vínculo con la anterior película. Eso le habría dejado desarrollar mejor su propia identidad.

Aquí no terminan los elementos negativos de este filme. La publicidad se jactó de contar con grandes nombres como Jet Li y Donnie Yen en su elenco, pero sus apariciones son breves y desaprovechadas. Mientras tanto, la protagonista carece de personalidad y carisma. Da gusto verla en acción, pero su desarrollo es decepcionante.

También hay que hablar de algunos temas problemáticos que tiene. Mulán siempre ha sido una historia pro-militar y pro-imperialista, pero esto nunca había sido presentado tan abiertamente como en esta versión. Se nos da a entender que los Rouran están atacando en venganza por la expansión del imperio y la masacre de los suyos. Esto es algo que ya resulta bastante complejo históricamente si tomamos en cuenta que estas tribus eran descendientes de esclavos.

Algunos críticos consideran que esta película apoya la idea de la supremacía Han y una China imperialista. Los temas feministas también se diluyen bastante. Tanto la protagonista como la bruja rival están al servicio de dos patriarcados diferentes y se enfrentan por cuál de los dos les da un poco más de migajas.

Mulán análisis

Este filme está rodeado de controversias. Los comentarios de Yifei Liu —la protagonista— apoyando a la policía de Hong Kong en medio de las protestas, los cambios introducidos para satisfacer al gobierno chino, un equipo de producción mayoritariamente occidental y las filmaciones en Xinjiang —donde se encuentran campos de reeducación— dejaron un mal sabor de boca que resulta difícil de separar de la obra final.

Lo sabemos, todo esto suena bastante mal, pero la película no carece de elementos positivos. Para comenzar, es increíblemente bella. La directora Nikki Caro y la cinematógrafa Mandy Walker nos ofrecen escenarios y contrastes de color que nos hipnotizan. Las coreografías de combate tal vez no están a la altura de los grandes artistas marciales, pero son muy llamativas y nos presentan movimientos imposibles que nos dejan con la boca abierta. Tal vez abusa un poco de un giro de cámara de noventa grados que se presenta con algunas secuencias, pero debería dejar más que satisfechos a los fanáticos de los ‘wuxia’.

Esos elementos visuales y una trama que —a pesar de sus problemas— es suficientemente entretenida, son a su vez suficientes para que una buena parte del público quede contenta. Insistimos en que es un producto muy bello y es una lástima no poder disfrutar de su espectacularidad en una pantalla grande. Sin embargo, no podemos ignorar las fallas en el guión, temática y desarrollo de personajes. Mulán es un personaje que merece mucho más.

Además, extrañamos a Mushu.

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2.7/5 Nota
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