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Operación Overlord – Reseña

¡Los nazis tienen un arma secreta para ganar la guerra! ¿Un grupo de soldados estadounidenses podrá detenerlos?

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Si hubiera que señalar a un supervillano de la vida real, lo más seguro es que la mayoría se incline por los nazis. Sus actos, algunos de los más viles dentro de la Segunda Guerra Mundial, los han establecido como antagonistas en el imaginario mundial. Por supuesto, esto ha causado que autores recurran a ellos la hora de dotar a su obra de un villano inherentemente cruel. Esto a su vez facilita que el público sienta repulsión hacia ellos y que resulte catártico verlos recibir su merecido.

Actualmente, los nazis como villanos podrían considerarse un cliché. Incluso si estos resultan inevitables en obras que tratan la Segunda Guerra Mundial, hoy en día se espera que no sean antagonistas bidimensionales. Por supuesto, esto no significa que el tener villanos acartonados haga que una historia sea mala. Sin embargo, estos deberían tener algún elemento novedoso para distinguirse entre la multitud.

¿Acaso la suma de otro cliché serviría para ese fin? ¿Qué tal si se mezclara la acción del cine bélico con la «ultraviolencia» del género de zombis? Si bien no crea un clásico, por lo menos da lugar a un producto entretenido: Operación Overlord. Por fortuna, una premisa curiosa no es lo único que esta cinta tiene a su favor.

Dirigida por Julius Avery y escrita por Billy Ray y Mark L. Smith, Operación Overlord se ambienta a vísperas de la Batalla de Normandía. La cinta sigue a un grupo de paracaidistas que deben adentrarse en territorio enemigo. Su objetivo es destruir una torre de radio para cortar las comunicaciones entre los nazis. No obstante, durante la misión descubren que los nazis están llevando a cabo macabros experimentos con los habitantes del pueblo en el que está ubicada la torre.

Lo más probable es que, tras oír esta premisa, ya sepan de lo que tratará esta película. He ahí su principal falencia: resulta terriblemente predecible. Cae en los mismo clichés que la mayoría de cintas bélicas. Sin embargo, tal como se mencionó, una trama clicheada no condena irremediablemente a una obra. Esto se debe a que, al final del día, una buena ejecución puede hacer maravillas por un guión clicheado.

Operación Overlord

Si hubiera que resaltar la gran fortaleza de la cinta, esa sería su ritmo. Operación Overlord siempre va al grano. ¿La pantalla no está mostrando un sangriento tiroteo? No hay problema, ya que entonces la película dedicará su tiempo a los protagonistas y sus diversas interacciones. Cabe señalar que los personajes principales de la película no resultan profundos o interesantes desde un punto de vista narrativo. Por fortuna, eso no importa: las interpretaciones de los actores principales resultan entretenidas, especialmente cuando los egos de estos chocan en medio del campo de batalla.

Entre los protagonistas destacan tres: Boyce (Jovan Adepo), Tibbet (John Magaro) y Ford (Wyatt Russell). Aunque todos interpretan roles estereotipados, sus excelentes actuaciones evitan que se sientan como simples personajes bidimensional. El primero es un idealista que tiene como prioridad el ayudar a sus aliados y evitar el derramamiento de sangre, incluso si es del enemigo; el segundo es un arrogante francotirador que no cree que Boyce tiene lo necesario para estar en la guerra; y el último ya es un soldado con experiencia, perfectamente consciente de su prioridad.

Operación Overlord

Si bien el idealismo de Boyce termina creando varios inconvenientes a lo largo de la cinta y choca directamente con el sentido de la responsabilidad de Ford, este último y Tibbet son capaces de respetar su compás moral. Al mismo tiempo, el compromiso de Ford con respecto a la misión termina permeando el carácter de Boyce. Al final, ambos personajes tienen algo que aprender del otro y esto los ayuda en convertirse en mejores soldados y seres humanos. Esto parcialmente aplica a Tibbet, que deja ver su humanidad por medio de su relación con el hermano menor de Chloe (Mathilde Ollivier), una joven francesa que los ayuda a infiltrarse en el territorio nazi.

Lo anterior se ve beneficiado por la excelente dirección de Julius Avery, que se aseguró de prescindir de escenas expositivas. Todo lo que se debe saber sobre la historia es manifestado visualmente, tal como debería ser. Esto permite que, a la hora de interactuar, los personajes se sientan como personas reales y no como medios para que los guionistas expliquen la trama.

Operación Overlord

En lo que respecta a presentación, la película destaca a nivel visual y sonoro. Tanto la mezcla de sonido como la utilización de los encuadres —la cual resulta mínima y precisa— hacen que esta cinta sea todo un gusto para los sentidos. Sin embargo, para algunos —sobre todo aquellos que no sepan ni estén interesados en composición cinematográfica— esto va a resultar secundario al lado de lo que actúa como la principal distintivo visual: la violencia explícita.

Aunque esta característica puede parecer bastante obvia en una película que toma nota del subgénero de zombis, resulta realmente apropiada debido al tono de la película. Si bien Operación Overlord no es una carta de amor al cinismo que tiende a generar la guerra, trata este tema de forma muy seria. En un momento, estás combatiendo al lado de un compañero. Al otro, sus pedazos están repartidos a lo largo del campo de batalla. La muerte en la guerra es una compañera recurrente y, por desgracia, puede arrebatar a aquellos más amados en un abrir y cerrar de ojos.

Operación Overlord

Operación Overlord no es una obra maestra del cine bélico ni el de zombis, pero tampoco pretende serlo. Solo quiere contar una simple historia que mezcla lo mejor de los dos géneros. Sin embargo, ha de admitirse que la temática zombi se siente un poco desaprovechada. La película no es para nada ambiciosa, pero resulta una entretenida experiencia gracias a su buen ritmo y unas excelentes actuaciones. Al intercalarse con frenéticas y sangrientas escenas de acción, además de alguna que otra de horror, evita que los espectadores retiren la vista de la pantalla.

Operación Overlord
3.5/5 Nota
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