A mediados de los años noventa, las películas de terror ‘slasher’ habían perdido la enorme popularidad de la que gozaron en los ochenta. Iconos como Jason Voorhees, Freddy Krueger y Michael Myers se habían convertido en parodias de sí mismos. De repente, el director Wes Craven y el guionista Kevin Williamson revivieron el género con la película Scream: Grita antes de morir.
¿Cómo lo hizo? Muy sencillo. En lugar de rechazar los clichés por los que estos filmes se volvieron conocidos, los aceptó con orgullo. Los convirtió en un homenaje que hizo muy felices a los fanáticos del cine de horror. Ha pasado un cuarto de siglo desde entonces. Pero, con su entrega número 5, Scream se sigue adaptando para reconocer qué es lo que hace “divertido” al género en el año 2022.
Si han visto las anteriores películas de la saga, ya saben cómo se desarrollará esta historia. Un nuevo asesino aparece vistiendo como Ghostface. Se crea un misterio respecto a sus intenciones, la relación que tiene con pasados eventos y varios personajes mueren enfrentándolo. El trío protagonista —Sidney, Gale y Dewey— se ven involucrados, descubren las “reglas” de la películas de terror que usa el villano y al final desenmascaran al asesino o asesinos. Scream 5 no se aleja de esta conocida, pero efectiva fórmula. Lo que hace especial a esta película es la forma en que acomoda dicha fórmula a las tendencias actuales de Hollywood.
En el pasado, las películas de Scream reconocieron los tropos de las secuelas, trilogías y ‘remakes’. Ahora hacen lo mismo con las «recuelas». Así es como llaman a las películas que buscan “reiniciar una serie, pero manteniéndose en continuidad con los clásicos para no enojar a los fanáticos”. La misma trama menciona a Star Wars, Jurassic Park, Cazafantasmas y otras franquicias populares como ejemplo. De hecho, ya no se centra tanto en las “reglas” del cine de horror, sino en las propias reglas de la franquicia. Scream es una película sobre sí misma.
En el centro de este enfoque están los fanáticos. El filme habla sobre la obsesión que algunos tienen con la continuidad y “respetar el supuesto espíritu de las obras originales”. Una de las principales señas de identidad de la saga son las referencias a sí misma y con estas alcanza un nuevo nivel de metanarrativa que le sacará una sonrisa a los seguidores… o los enojará. A estas alturas es difícil saber cómo reaccionará una comunidad de fanáticos.
El comentario que hace a los fanáticos obsesivos no está en el subtexto, Scream 5 —Scream 2022 o simplemente Scream—, es bastante directa con lo que quiere decir. Sigue la misma tendencia que vimos en las recientes Matrix Resurrecciones y No miren arriba, que también dejaron cualquier sutileza de lado para dejar claros sus mensajes.
Lo que resulta gracioso es que esta es la franquicia incorrecta para hacer un comentario como este. Con la posible excepción de Scream 3, las anteriores películas han tenido buena calidad sin desviarse de la fórmula que tanto le gusta a los fans.
Hablemos ahora del principal atractivo de esta clase de películas: la violencia y los sustos. El nuevo Ghostface es tan brutal como los anteriores. Casi todas las escenas de ataques y asesinatos son apuñalamientos, pero compensan la falta de variedad con su salvajismo. La verdad es que temíamos que fuera a perder su gracia sin Wes Craven detrás de las cámaras, pero los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett supieron mantener su estilo y perfecto manejo de la tensión en las escenas de suspenso. Esto no debe extrañarnos, pues ellos son el dúo detrás de la fantástica Boda Sangrienta (Ready or Not).
Esta película de 2022 no sería una verdadera Scream si no tuviera al trío maravilla formado por Sidney Prescott (Neve Campbell), Dwight ‘Dewey’ Riley (David Arquette) y Gale Weathers (Courteney Cox). Es fantástico verlos de nuevo, pero son los dos últimos los que brillan. Aunque no tienen muchas escenas juntos, su relación sigue siendo parte del corazón de la saga.
En cuanto a los nuevos rostros, tenemos los clásicos arquetipos de héroes y víctimas de las películas del horror que además tienen relación familiar con los personajes de pasadas entregas. Melissa Barrera hace un fantástico trabajo en el rol protagónico, igual que Jack Quaid (Hughie en The Boys) como su novio. Algunos de los personajes secundarios tienen bastante carisma, en especial Mason Gooding y Jasmin Savoy Brown como los gemelos Chad y Mindy, pero no resaltan mucho. De hecho, la película se olvida de casi todo su elenco durante el segundo acto. Queda claro que la mayoría de ellos no son más que potenciales víctimas de Ghostface o sospechosos de ser el asesino.
El misterio detrás de la identidad del villano sigue siendo uno de los pilares de Scream y la película da varias pistas que son divertidas de seguir. Por supuesto, también hay una gran cantidad de pistas falsas que resultan forzadas o se convierten en huecos en la trama. Incluso si creen tener una idea clara de quién es el asesino, les van a plantar dudas hasta el último momento. Afortunadamente, la revelación resulta bastante satisfactoria. Sus motivos van a dejar enojados a cierto tipo de “fanáticos”, pero no fanáticos de Scream, sino de otras franquicias a las que hace clara referencia.
Esta es una película definitivamente hecha con los fanáticos en mente. Hay una gran cantidad de referencias a pasadas películas y algunos puntos de la trama solo tienen sentido si recordamos con claridad los pasados eventos de la franquicia. Incluso hay personajes que regresan de ser simplemente cameos. Si planean ver Scream 5, tal vez sea buena idea hacer una maratón de las cuatro anteriores. En Colombia podemos encontrar las tres primeras en Paramount+, Claro Video y iTunes. La cuarta está disponible en Amazon Prime.
Gracias a Scream, el año 2022 tuvo un inicio bastante prometedor para el cine de terror. Por cierto, ¿alguien más quedó con ganas de ver Stab 8?
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