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The Mandalorian, capítulo 22 (temporada 3, episodio 6) – mandalorianos y droides

Din Djarin es droidracista.

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Los droides siempre han sido un elemento clave de Star Wars y en el capítulo 22 de The Mandalorian (temporada 3, episodio 6) son los protagonistas de una investigación que Din Djarin y Bo-Katan deben resolver para continuar con su misión de reunificar a los mandalorianos mientras disfrutamos de divertidos cameos de Jack Black, Lizzo y Christopher Lloyd.

A continuación encontrarán ‘spoilers’ de The Mandalorian, capítulo 22 (temporada 3, episodio 6): Pistoleros a sueldo.

Cameos de Lizzo, Jack Black y Christopher Lloyd en The Mandalorian

Este episodio cuenta con apariciones especiales que nos sacaron una gran sonrisa. Din Djarin, Bo-Katan y Grogu visitan un planeta del borde exterior de la galaxia que, a diferencia de muchos otros en la misma zona, no es un yermo desolado y sin ley. En este episodio de The Mandalorian conocen a la Duquesa de Plazir-15 y su esposo el Capitán Bombardier, interpretados por los geniales Lizzo y Jack Black.

Conozcan más sobre los droides y las apariciones de Jack Black, Lizzo, Christopher Lloyd y más en el análisis del capítulo 22 (temporada 3, episodio 6) de The Mandalorian.

Este es un gran miércoles para Jack Black, que no solo apareció por fin en Star Wars sino que es el estreno de Super Mario Bros. La película en la que hace la voz de Bowser. También es un gusto ver aquí al gran Christopher Lloyd, el recordado Doc Brown de Volver al futuro.

Sin embargo, es la aparición de Lizzo en el capítulo 22 de The Mandalorian lo que más nos hizo sonreír porque este es un sueño cumplido para ella.

La ganadora del Grammy es una gran fanática de Star Wars, pero especialmente de Grogu. Ama tanto el personaje que incluso se disfrazó de él en Halloween de 2021. Pueden ver una de las fotos que compartió en Instagram usando el disfraz a continuación.

Pueden ver más fotos de la cantante encarnando el lado más salvaje del ‘Bebé Yoda’ en su Instagram.

El problema droide

Amamos los robots de Star Wars, pero su lugar en el universo siempre ha sido algo problemático. Es claro que ellos son seres sentientes y con conciencia con opiniones propias y capaces de tomar sus propias decisiones a pesar de su programación. ¿Significa eso que son una población esclavizada? La franquicia es renuente a lidiar con ese tema. Cuando lo toca —lo cual ha pasado en algunos cómics, videojuegos de KOTOR y la película Solo— lo hace solo de modo superficial y sin la seriedad que amerita.

En el capítulo 22 de The Mandalorian (temporada 3, episodio 6) vemos que los droides incluso tienen sus propios bares. La forma en que «resuelve» el problema diciendo que ellos «en realidad sí quieren servir a los humanos porque son sus creadores» es un poco problemática, pero no podemos negar que esta utopía en que la automatización ha permitido una utopía democrática en la que las personas pueden dedicarse a la diversión y al arte nos atrae.

Ojalá este paraíso no estuviera basado en la labor de una clase «inferior», pero sobre todo nos gustaría más que Star Wars enfrentara estos temas de una forma más madura.

Conozcan más sobre los droides y las apariciones de Jack Black, Lizzo, Christopher Lloyd y más en el análisis del capítulo 22 (temporada 3, episodio 6) de The Mandalorian.

Por otro lado tenemos a Din Djarin, cuyo desagrado hacia los droides raya en la intolerancia. Parecía «curado» de este gracias a sus interacciones con IG-11 y R5-D4, pero parece que no es así. Por supuesto, no podemos ignorar el trauma que sufrió a manos de los droides separatistas cuando era solo un niño, pero la forma en que se presenta como una especie de «racismo de ciencia ficción» es bastante torpe e incómoda.

Ya veremos cómo cambian las cosas cuando IG-11 regrese en los próximos episodios, porque va a regresar… ¿cierto?

El amor prohibido de una Quarren y un Calamari

El episodio comienza con el grupo de mercenarios mandalorianos «rescatando» a un príncipe Mon Calamari que había huido con su amante, una capitana Quarren. Esta pequeña historia es muy interesante porque las dos especies han sido históricamente enemigas y eso los convierte en una especie de Romeo y Julieta espaciales a pesar de que ya hay una tensa paz entre sus gentes.

Conozcan más sobre los droides y las apariciones de Jack Black, Lizzo, Christopher Lloyd y más en el análisis del capítulo 22 (temporada 3, episodio 6) de The Mandalorian.

Los conflictos entre los Mon Calamari y los Quarren en el planeta Mon Cala, hogar de ambos, se remontan a la era de la Alta República. Desde entonces han habido varias guerras civiles en el planeta. Irónicamente, la paz comenzó durante la guerra de los clones, pues una alianza entre ambas especies se enfrentó a los separatistas y luego al imperio.

En la continuidad no-canónica ‘Legends’, las tensiones continuaron durante la era imperial e incluso después, pero sin llegar a una nueva guerra civil.

El destino de los mandalorianos

En nuestro análisis del capítulo 19 dijimos que Bo-Katan era la nueva dueña del Darksaber. No nos equivocamos. La princesa mandaloriana se ha ganado nuevamente su posición como líder de su gente e incluso tiene el símbolo que la identifica como tal y lo ganó de acuerdo a la tradición, no fue simplemente un regalo como cuando Sabine se lo dió en Rebels. Ya dio los primeros pasos en la reunificación, pero hay una tormenta en el horizonte.

Conozcan más sobre los droides y las apariciones de Jack Black, Lizzo, Christopher Lloyd y más en el análisis del capítulo 22 (temporada 3, episodio 6) de The Mandalorian.

Todo parece indicar que los mandalorianos fueron responsables de la liberación de Moff Gideon. No importa si lo hicieron bajo un contrato como mercenarios, eso los va a enfrentar directamente contra la Nueva República. Por supuesto, no descartamos que no lo hayan rescatado sino secuestrado para juzgarlo con su propia ley o que sea un montaje de los remanentes imperiales.

Otras referencias al universo Star Wars en el capítulo 22 (temporada 3, episodio 6) de The Mandalorian

  • La Capitana Shuggoth menciona Trask, esta es la luna a la que Din Djarin llevó a una mujer rana con sus huevos en un recordado episodio de la temporada 2. Esta luna está principalmente habitada por Mon Calamari y Quarren que huyeron de los conflictos de Mon Cala en el pasado.
  • El nombre Shuggoth puede ser una referencia a los Shoggot, criaturas de los mitos lovecratfianos a los que también pertenece Cthulhu, un dios primigenio que pudo haber inspirado la apariencia de los Quarren.
  • Din menciona a Kuiil a los Ugnaught, él fue el Ugnaught que lo ayudó en varios episodios de la primera temporada y que fue tristemente asesinado por los remantentes imperiales en Nevarro cuando ayudaba a su amigo a rescatar a Grogu.

  • Sabemos que Din Djarin no siente mucho amor hacia los droides gracias a anteriores episodios de The Mandalorian, pero guarda su mayor odio hacia los super droides de la serie B2, a los que patea con gusto. Estos fueron los droides que atacaron su hogar en Aq Vetina y le dejaron huérfano durante la guerra de los clones.

  • La Techno Union, identificada como los creadores de los nanodroides que estaban causando problemas en Plazir-15, es un sindicato comercial que se alió con los separatistas durante la guerra de los clones y les ayudó a formar su ejército de droides. Esta aparición en The Mandalorian tiene sentido porque como vimos, Helgait fue un separatista que admiraba al Conde Dooku.
  • Este no es el primer romance entre un Quarren y un Mon Calamari en Star Wars. En la saga ‘Mandatory retirement’ de los cómics X-Wing conocemos al Quarren Nrin Vakil y la Mon Calamari Ibtisam, miembros del escuadrón Rogue que están enamorados.

Esperamos que esta información sobre los droides, mandalorianos, Mon Calamari, Quarren y los cameos de Jack Black, Lizzo y Christopher Lloyd en el capítulo 22 de The Mandalorian (temporada 3, episodio 6) les haya parecido interesante.

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Transformers: El despertar de las bestias – Reseña

No puede ser tan mala como las de Michael Bay. ¿Cierto?

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A pesar del tiempo que ha pasado desde su estreno, va a ser difícil superar el daño que las horribles películas de Michael Bay le hicieron a esta franquicia. Bumblebeecuya reseña pueden leer aquí— fue un paso en la dirección correcta y nos gustó mucho, pero no nos hizo olvidar a sus pésimas predecesoras. Transformers: El despertar de las bestias tiene una enorme responsabilidad y en esta reseña descubriremos si es lo que el universo de los robots de Hasbro necesita.

Lo que más nos llamaba la atención de esta película es la introducción de personajes de Guerra de bestias. Esta serie de mediados de los años 90 es una de nuestras partes favoritas de Transformers y no podíamos esperar para ver a nuestros Maximals y Predacons favoritos en la gran pantalla. También nos tenía muy entusiasmados la presencia del villano de la legendaria película animada de 1986. En ese sentido no podemos negar que quedamos un poco decepcionados. Los Predacons ni siquiera aparecen.

Esta historia se desarrolla en 1994. Los Autobots liderados por Optimus Prime siguen atrapados y escondidos en la Tierra cuando una llave transwarp, capaz de retornarlos a Cybertron, es descubierta por los humanos. Pero ellos no son los únicos que la quieren. Los sirvientes de Unicron, una poderosa entidad devoradora de planetas, la buscan para atraer a su amo y ofrecerle el planeta como cena.

Dejemos las cosas claras de una vez. Transformers: El despertar de las bestias es mucho mejor que las terribles películas dirigidas por Michael Bay, pero no está a la altura de Bumblebee. El filme protagonizado por Hailee Steinfeld se benefició de ser una historia “más pequeña” que ponía más énfasis en el drama que en la acción, pero esta entrega quiere volver a las grandes batallas épicas que deciden el destino del mundo. Los efectos especiales están a la altura de la tarea y las secuencias de combate y persecuciones no están nada mal. Pero una trama mediocre y un desarrollo brusco no la dejan ser mejor.

La lucha por la llave transwarp es una excusa genérica para la historia, pero podía funcionar bien. El problema es que se pierde en aburridas explicaciones sobre la mitología y el pasado de los Transformers mientras descuida elementos que resultan más importantes. La cohesión argumental de escena a escena es demasiado débil, las relaciones entre personajes evolucionan tan rápido que se sienten forzadas y los eventos se sienten extrañamente divorciados del mundo y lugares en que ocurren. Va mucho más allá de la tradicional suspensión del sentido común que nos suele pedir esta clase de películas.

En el centro de todo se encuentra el infaltable protagonista humano. Noah Diaz —interpretado por Anthony Ramos (Hamilton, En el barrio)— es un joven afrolatino que recientemente abandonó el ejército y cuya familia se encuentra en problemas económicos. Un incidente lo lleva a conocer al Autobot Mirage, que ansioso por hacerse amigo de un humano lo involucra en los eventos que terminarán en una lucha por el destino del planeta. También tenemos a Elena (Dominique Fishback, de Proyecto Power), una practicante de arqueología que descubre accidentalmente la llave transwarp y también se ve enredada en la aventura.

Transformers: El despertar de las bestias Reseña crítica análisis opinión

Noah es un buen personaje. Su trasfondo militar lo hace adecuado para enfrentar los problemas en que se está metiendo. Su desconfianza hacia los Transformers es una fuente interesante de drama, igual que la evolución de su amistad con el entusiasta Mirage. Hay un paralelo interesante entre él y Optimus por el desagrado mutuo que se sienten y la incapacidad de ambos de trabajar con quienes son “diferentes”. Hubiera sido interesante si no fuera porque la película insiste en describir una y otra vez lo parecidos que son. ¿Por qué desconfían de la audiencia? ¿Acaso no creen que seamos capaces de entender el subtexto más sencillo?

Optimus también llama la atención porque en este punto de la historia no es el líder admirable que conocemos. Se rehúsa a trabajar con los humanos y su afán por solucionar las cosas pone en evidencia su desesperación. Su arco y el de Noah son interesantes, pero como dijimos se desarrollan de forma muy brusca y sin sutilezas.

Transformers: El despertar de las bestias Reseña crítica análisis opinión

Los demás personajes son un poco decepcionantes. Elena no es más que la tradicional “chica inteligente” que está allí para dar información. Arcee y Wheeljack a duras penas tienen personalidad y Bumblebee desaparece durante casi toda la película. Le va peor a los Maximals. A pesar de lo importantes que son para el trasfondo de la historia, solo Optimus Primal y Airazor tienen algo de relevancia. Cheetor y Rhinox a duras penas aparecen en pantalla y no tienen personalidades definidas. Por si fuera poco, solo se transforman una vez y es en una escena tan caótica que ni siquiera podemos apreciar los detalles de sus diseños.

Hablando de diseños, no fuimos fans de como lucen la mayoría de robots. Algunos de ellos están “sobrediseñados”, con demasiadas partes móviles y detalles innecesarios que los vuelven confusos visualmente. Mirage pierde personalidad por culpa de esto y los villanos apenas son diferenciables. Los Maximals lucen absurdos. ¿En verdad era necesario que las partes del pico de Airazor se movieran así al hablar? Antes de que se lo pregunten, ni siquiera vemos a Unicron transformarse.

Hemos sido muy negativos en esta reseña, pero a pesar de sus defectos tenemos que aceptar que Transformers: El despertar de las bestias es una película entretenida. La gran escena de acción final es genuinamente emocionante e incluso nos hizo preocupar por el destino de un par de personajes. La relación entre Noah y Mirage es divertida y es agradable ver las interacciones entre Transformers en pantalla. La banda sonora con hip-hop noventero también es un acierto.

Transformers: El despertar de las bestias Reseña crítica análisis opinión

Esta película realmente tenía potencial. El talento y los materiales están ahí, pero es como si los hubieran ensamblado en el orden incorrecto. Su ridícula revelación final, justo antes de los créditos, causa vergüenza ajena. Si las relaciones se hubieran desarrollado con más calma y no se hubiera enfocado tanto en elementos irrelevantes de la mitología la historia hubiera “respirado” mejor y habría estado a la altura de Bumblebee

Transformers: El despertar de las bestias tendrá que conformarse con ser la segunda mejor película ‘live-action’ de Transformers. Eso no es mucho decir, pero cualquier cosa que nos aleje de las películas de Michael Bay es positiva.

Transformers: El despertar de las bestias
2.9/5 Nota
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