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Tomorrowland – La reseña

Del director de Los Increíbles y Misión Imposible: Protocolo Fantasma llega esta nueva visión sobre el futuro.

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Empiezo con la trillada frase de que «no es fácil para mí» hacer esta reseña, pero es que genuinamente no es sencillo, más si se trata de una película de un director tan importante como lo es Brad Bird. Para muchos este nombre puede no significar nada, pero estoy seguro de que más de uno conoce Los Increíbles, El Gigante de Hierro y Misión Imposible: Protocolo Fantasma, grandes producciones cinematográficas que han dejado su huella.

Teniendo en mente lo que significa este nombre, era difícil no emocionarse por su próximo proyecto, incluso si este llevase el nombre de una de las atracciones de Disney World. Alejándonos de este hecho y de las evidentes relaciones al festival musical, Tomorrowland es una película original, pero que no le hace justicia al nombre del director.

Tomorrowland parte de una premisa simple y atractiva, pero en un intento por brindar una moraleja resulta teniendo un desarrollo y un desenlace poco interesante. Pero eso es adelantarnos a los hechos.

Casey Newton (Britt Robertson) es una adolescente inteligente y optimista que encuentra un pin que le permite ver la tierra del mañana, una ciudad llena de vida, tecnología y sin límite alguno para la creatividad. Creyendo que existe una puerta a este mundo empieza a indagar hasta que llega a manos de Frank Walker (George Clooney), un viejo brillante y amargado que oculta un secreto de toda la humanidad: una cuenta regresiva para el apocalipsis.

Este será el comienzo de un viaje en el que predomina un contraste evidente entre Casey y Frank; en un polo está la chica optimista y alegre, mientras que en el otro se encuentra un tipo pesimista y amargado por su pasado. Poco a poco empezaremos a conocer sobre Tomorrowland y sobre algunos de sus personajes, lo cual sin duda alguna es el punto más alto de este film.

El futuro que vemos en pantalla es lo más parecido a algo visto en Volver al Futuro 2, todo es brillante, extravagante y “perfecto”; hay autos voladores, estaciones de jetpacks públicos, piscinas en el aire y robots enormes que parecen un Bymax. No toda la película estará ambientada en Tomorrowland, para ser precisos, el 75% de la película trascurrirá en el “presente”, un año no tan lejano del 2015.

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Salvo una gran cantidad de referencias a Star Wars, Toy Story, El Gigante de Hierro, Los Increíbles y el clásico A113, el presente no tiene nada más que ofrecer a nivel visual; sin embargo, si nos dejará conocer más a los personajes principales y sus “villanos, ya verán por qué las comillas. Aunque Tomorrowland se esfuerza por darle el protagonismo a Casey, la historia que en verdad importa en la de Frank, porque esencialmente es el hilo conductor de toda la trama; sus actos en el pasado provocaron lo que sucede en el presente y lo que sucede en Tomorrowland.

Esto no sería malo si no fuera porque la protagonista brillante y optimista termina relegada a un segundo plano hasta que sea requerida por el azar. La mayor parte del tiempo se discutirá que ella es la clave para prevenir el fin del mundo; sin embargo, cuando el presente está en sus manos la solución parece provenir de una casualidad, más que de su voluntad.

A estas alturas cabe resaltar que Tomorrowland no es el futuro del presente, sino que es un plano de la existencia entre el espacio y el tiempo que ha gozado de prosperidad de la ciencia, el arte y la tecnología, algo así como Rapture en BioShock, pero sin drogas. Como la mayoría de los futuros ideales, Tomorrowland se rige por sus propias reglas y por un villano “misterioso”. Nuevamente, ya verán por qué las comillas.

En realidad, no hay un villano así Tomorrowland nos diga lo contrario. A lo largo de la aventura Frank, Casey y Athena (Raffey Cassidy), una inteligencia artificial con la apariencia de una niña de 8 años, se encontrarán con unos robots que parecen el clon maligno del Inspector Gadget en la pésima película de Mathew Broderick. Evidentemente, ellos están bajo las órdenes supremas de alguien y esa persona será Nix (Hugh Laurie), el gobernante supremo de Tomorrowland.

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No entraré en los detalles específicos del porqué su posición al final de la película, eso sería un spoiler; sin embargo, sí puedo decirles que la revelación de Nix como el antagonista de la película es anticlimática e imprecisa en la razón de cuál fue su causa. Eso sí, la actuación de Hugh Laurie, como siempre, está a la altura.

Al hacer esta reseña no puedo evitar identificarme con Sir Laguna y su análisis sobre El Destino de Júpiter en términos de que Tomorrowland tiene elementos interesantes, pero que por ciertas decisiones, imagino yo que de los superiores del director, se perdieron en el aire. Es una película brillante en cuanto a sus efectos y premisa principal, pero no es una película interesante de ver porque su desarrollo lleva a resoluciones más que predecibles e inconclusas.

Al comienzo mencioné que Tomorrowland tuvo la intención de dar una moraleja y no hay nada de malo con ello, no obstante, hay un problema con hacer que sea evidente en letra mayúscula, negrita, subrayado y flechas rojas apuntando hacia esta. Si ya mencioné que la película no es interesante a nivel narrativo, va a ser mucho más difícil aceptar un mensaje que parece salido del Capitán Retrospección de South Park, especialmente si este nos resume que la hambruna, guerra y enfermedades se pueden prevenir si pensamos de manera positiva.

Tomorrowland es una película difícil, está claro que es un filme para la audiencia juvenil y así fue promocionada desde el inicio, pero no por ello hay que subestimar a dicha audiencia con los defectos presentes. No estoy seguro de que un fan de Brad Bird vaya a disfrutar enteramente de esta producción, más teniendo en cuenta lo que pudo ser y por la carrera del director; sin embargo, sí hay que ser objetivo a la hora de hablar de su calidad visual y actuación ya que visualmente es magnífica y cuenta con actores de primera.

2 Comentarios

2 Comments

  1. Sir Laguna

    27 de mayo del 2015 at 0:18 am

    Muy de acuerdo con esta reseña (y gracias por el vínculo a mi reseña de ese otro bello desastre que es El Destino de Jupiter). Yo siento que había una película mejor aquí. Tiene que haberla! pero parece que el guión hubiera sido masacrado. Una vez que llegan a la ciudad casi todo pierde el sentido y la película parece convertirse en otra diferente. Se pierden elementos, otros aparecen de la nada y otras cambian de naturaleza. No se que pasó, pero siento que esta no es la película que Bird quería hacer.

    • David Infante

      27 de mayo del 2015 at 13:46 pm

      Es cierto, tenia elementos curiosos pero con un gran potencial, por alguna razón amé la parte de la París, pero es cierto que desde ese punto todo se cae. Insisto en que la revelación de Nix fue RE anticlimática y casi que por obligación (aunque recuerdo con gracia su chiste sobre la relatividad). Gracias por leer la reseña, de verdad me sentí identificado por lo del bello desastre haha.

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