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Watchmen (episodio 7) – Memoria de elefante

¡El Doctor Manhattan ha regresado!

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Nos estamos acercando al final de Watchmen. En consecuencia, el más reciente episodio está fuertemente dedicado a atar cabos sueltos y hacer grandes revelaciones. Algunas de ellas son realmente sorprendentes, aunque la forma en que se nos presentaron tal vez no está a la altura de la maravillosa narrativa con la que han contado episodios anteriores.

A diferencia del capítulo previo, el episodio siete se desarrolla principalmente en el presente: en medio del conflicto contra la Séptima Caballería y la pronta puesta en marcha del misterioso Reloj del Milenio. Sin embargo, el pasado de los personajes sigue siendo importante para comprender esta historia y en varios momentos viajamos a la Vietnam de los años setenta para conocer la infancia de nuestra protagonista: Ángela.

En esta versión alterna de la historia, tal como vimos en la novela gráfica, la presencia del Doctor Manhattan causó que Estados Unidos ganara la guerra de Vietnam y convirtiera a este país en el estado número 51 de la Unión. Vemos un lugar ‘americanizado’ que festeja la llegada de un ‘dios liberador’, pero obviamente no todos lo ven así. Un atentado terrorista de un grupo antiamericano causa la muerte de los padres de Ángela. 

Estos ‘flashbacks’, que también muestran su vida en el orfanato y su fascinación con la ley, revelan el origen de la personalidad de vigilante que adopta. Sister Night era una ‘superheroína’ de un filme de ‘blaxploitation’ que ella deseaba ver de niña. Gracias a estos eventos podemos comprender las razones por las que ella se convirtió en una agente de policía violenta y autoritaria. Está marcada por un pasado en el que su visión infantil solo le permitía ver el enfrentamiento entre ‘la ley y el crimen’ como algo blanco y negro.

Laurie tenía razón: la ‘máscara’ de Ángela también está allí para tapar un trauma.

Otro misterio que se resuelve es el de Bian, la ‘hija’ de Lady Trieu. La teoría de la que hablé en el análisis del cuarto episodio resultó ser cierta. Ella es un clon, pero no de su ‘madre’, sino de su ‘abuela’. Trieu la está ‘alimentando con los traumas’ de la guerra de Vietnam para recrear a la mujer que le dio la vida. ¿Cuál es la razón para hacer esto? No la conocemos aún.

Hay un elemento muy curioso en las escenas de Ángela. Vemos que está en medio de un tratamiento para ‘limpiar’ los recuerdos que adquirió de su abuelo mediante Nostalgia. Nos hacen creer que está conectada a Will, pero descubrimos que en realidad lo está a un elefante.

El paso de memorias al elefante puede estar relacionado con la creencia popular de que ‘los elefantes nunca olvidan’, pero también puede ser una referencia a la Lady Trieu real, que supuestamente montó un elefante en batalla. También hay una referencia a un libro infantil protagonizado por un elefante en uno de los recuerdos de la protagonista.

¿Qué hay del Reloj del Milenio? Durante el episodio hay una cuenta atrás —Watchmen ama sus cuentas regresivas— hacia el encendido de esta construcción. Por fin sabemos que su objetivo es impedir los planes de la Séptima Caballería. ¿Cómo lo logrará? No estamos seguros, pero dado que Will está involucrado es posible que tenga que ver con control mental.

¿Cuál es ese plan de la Séptima Caballería? Laurie ha caído en garras de los enemigos gracias a una ‘trampa’ digna de una caricatura. El Senador Keene, como buen villano, le revela sus planes a la prisionera: “no somos racistas, pero ser un hombre blanco en América se está volviendo cada vez más difícil”. Esta es la típica excusa que los racistas modernos usan para justificar sus acciones. Son ciegos a los privilegios que han tenido toda su vida y cuando ven que personas diferentes pueden tenerlos, se sienten amenazados.

¿Su solución? Volverse azules.

El plan de la Séptima Caballería, la misma organización que en el pasado se llamó Cíclope, es capturar al Doctor Manhattan y usarlo para convertirse ellos mismos en dioses. Tomar un poder al que se sienten con derecho simplemente por ser blancos.

Si el miedo a la amenaza nuclear de la guerra fría inspiró los cómics de Watchmen, el miedo al poder del supremacismo blanco inspiró la serie. Ya hemos visto en el mundo real a horribles seres humanos llegar a la presidencia de varios países y usar su poder para imponer sus políticas racistas. Los resultados son horribles: niños enjaulados, ejecuciones extrajudiciales que quedan impunes y crisis migratorias. ¿Qué pasaría si obtuvieran el poder de un dios?

Lo peor de todo es que capturar al Doctor Manhattan les es posible, ya que él se encuentra en Tulsa y no está enterado de quién es en realidad. Cal, el esposo de Ángela, es el hombre azul.

Esta fue una verdadera sorpresa, pues la serie no había apuntado a esto y la forma en que se revela es muy poco ceremoniosa. En retrospectiva, habían pocas pistas sobre esto. Cal parece reconocer a Laurie y ella habla varias veces sobre lo atractivo que él le resulta. Por otro lado, Sister Night es una monja y en cierta forma está ‘casada con Dios’. 

No podemos olvidar que Jon Osterman, el hombre que se convertiría en el Doctor Manhattan, era un niño judío cuando huyó del holocausto. Resulta curioso que en su ‘regreso’ haya decidido adoptar la apariencia de un hombre negro en América, miembro de otra minoría oprimida. Puede que hayan más secretos en esta revelación. En el segundo episodio, ambos hablaron muy convencidos sobre los límites del poder del Doctor.

Yo había apostado que el Doctor Manhattan iba a ser en realidad Topher, el hijo adoptivo de Ángela. En el segundo episodio parecía demostrar poderes armando un castillo en el aire, similar al que supuestamente estaba creando el Doctor en Marte.

Esto trae importantes implicaciones al mundo de Watchmen y crea nuevas dudas que probablemente sean aclaradas en los dos últimos episodios. También seguimos sin saber cómo encaja la trama de Adrian Veidt en todo esto. Hablando de Veidt, vemos que sus sirvientes por fin se han rebelado. Lo están juzgando por sus acciones en ese extraño mundo que habita.

Este episodio tuvo grandes revelaciones que nos van a tener hablando sobre la serie toda la semana, pero no puedo negar que la forma en que las presentó resultó algo ‘forzada’. Todas las sorpresas son ‘dichas’ por los personajes, rompiendo así la regla de la narrativa audiovisual que dice “no lo cuentes, muéstralo”. Tal vez lo hicieron así por la necesidad de dejar las cosas listas para el gran clímax que comienza a tomar forma. Pero tomando en cuenta la calidad del guión de episodios anteriores, esperaba mucho más al respecto.

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