League of Legends: la historia de los dos noobs que cubrieron la parada competitiva en Colombia

David Infante

La vida está llena de experiencias y detalles que lo hacen a uno cambiar de parecer respecto a ciertas cosas, como la cebolla en la hamburguesa, o un brócoli bien preparado (no al vapor). Para mí, uno de esos detalles y experiencias fue este fin de semana pasado durante uno de los más grandes eventos (si no el más grande) del gaming en Bogotá, la parada competitiva latinoamericana de League of Legends.

He de aclarar que LoL es un territorio desconocido para mí, del que sólo me he podido impregnar del fanboy-ismo tipo niño rata por Jinx, por lo que en general la historia, su jugabilidad y todo por lo que es rico se escapaba de mi vista; entre ello, la pasión por la competencia. Sin embargo, tal como le expresé a todo con el que hablé ese día en el evento, «¡qué G******A!», la presentación de los cuatro equipos más todo el montaje fue la forma ideal que necesitaba para darme cuenta del gran fenómeno que es League of Legends (y que Jinx no es tan cool como Vi).

Para comenzar, me gustaría aclarar que todavía muchas de las reglas de LoL son difusas para mí, pero tampoco hay que ser un astrofísico para entender el objetivo principal, aunque sí vi que la estrategia y la planeación detrás de cada ataque es medida e importante. De cierta forma, puedo conectar LoL con el fútbol americano, donde aparentemente todo está bajo control pero de repente todo puede cambiar, de hecho, Lyon y Tesla me lo demostraron.

Irónicamente, este contenido de estrategia y trabajo en equipo eran los elementos que ignoraba de LoL y tal vez eso afectó mi percepción del juego unos años atrás al pensar que era como cualquier otro juego competitivo. Aunque tampoco estoy diciendo que LoL sea inigualable, sí veo que tiene una chispa especial que lo destaca de otros juegos del mismo género.

Fue curioso para mí llegar a un sitio que acogiera tanto un evento como este, donde apenas me había preparado con lo básico para no sentirme como un tarado, pero de donde salí con más datos y experiencias que de la Wikipedia. Sin duda, poco a poco Colombia está tomando más importancia, al menos en este medio, siendo esta parada competitiva un gran paso (uno de los que ya se han empezado a dar) para ubicarnos en el mapa de grandes sucesos del e-gaming, especialmente si cuenta con una organización tan profesional incluyendo a la banda nacional Koyi K Utho y a Nicki Taylor (con su apariencia etérea y celestial).

Me gustaría ser más “técnico” a la hora de expresarme sobre la semifinal, pero lo máximo que puedo ofrecerles por el momento es mi opinión y mi experiencia en la que básicamente fui testigo de la dedicación de los jugadores. Afortunadamente (y esperen pronto más detalles al respecto) pude conocer a ciertos jugadores de Tesla, Lyon y RoH, donde en esencia pude ver junto a mi colega cómo estos “chicos” se han forjado desde temprano para la grandeza.

Es cierto que al nivel latinoamericano aún le falta mucho para lograr ser competencia mundial, pero la seriedad y la seguridad con la que hablan de un futuro más brillante para el e-gaming en esta región del mundo es esperanzadora. Obviamente, parte del logro está en dar los primeros pasos y jugar, pero más allá de eso, estos jóvenes nos enseñan como su motivación es vivir, estudiar y viajar. Aunque es cierto que las oportunidades no “están” para todo el mundo (porque en ciertas regiones aún no se dimensiona este fenómeno) ellos sí reflexionan sobre algo que es un hecho, “practicando todo se puede” que también lo podemos resumir en una palabra: DEDICACIÓN. Claro está, la dedicación no es el único elemento de este coctel para el éxito (en general para cualquier cosa), sino también está el sacrificio y, por supuesto, el apoyo de la comunidad.

Haber tenido contacto con los jugadores y presenciar las partidas (y escuchar la magnífica presentación de la banda) me hicieron cambiar la percepción que tenía respecto al juego y aunque hoy día no voy a decir que seré jugador de LoL, sí puedo entender ya el porqué es importante para la comunidad del gaming, la industria en general y su evolución hacia convertirse en un estilo de vida respetable.

En sí, a parte de redundar más sobre el éxito de la parada competitiva de League of Legends en el coliseo El Campín, solo puedo parafrasear una vez más lo que escuché de los jugadores que se enfrentaron ese día: cualquiera puede llegar a ser profesional si se lo propone.

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