League of Legends: la historia de los dos noobs que cubrieron la parada competitiva en Colombia

Juanita Navarro Páez

–“¿Usted ya ha visto alguna partida de LoL?”

–“La verdad no. Me parece aburridas”

Esta fue una conversación real que tuve con mi hermano un día antes de asistir a la charla con los casters de League of Legends antes de la parada competitiva (él era el que hacía la pregunta); ahora que pienso en lo que dije me acuerdo de un refrán que les gusta a las abuelas: “al que no quiere caldo se le dan dos tazas”. Dije que las partidas de LoL me parecían aburridas y terminé viendo siete partidas el sábado 4 de octubre durante la parada competitiva y, con toda honestidad, puedo decir que estaba equivocada y que no me aburrí.

Mi hermano lleva más o menos dos años jugando LoL, entonces yo estaba enterada de quiénes eran algunos personajes, de sus historias y motivaciones y de por qué es gracioso cuando alguien pregunta «¿y cómo afecta esto a Demacia?»; sin embargo, nunca me había interesado ver el juego, principalmente porque no lo entendía y no veía la manera en que realmente podía llegar a afectar a Demacia.

Sin embargo, gracias a mi trabajo, me encontré programada para cubrir la parada competitiva en Colombia. Mi hermano me hizo un curso intensivo en el que a través de apodos aprendí para qué sirve cada una de las cinco posiciones de los jugadores y, especialmente, qué es ese concepto filosófico que parece desarrollado por Kant llamado “el meta”.

A través de comparaciones con Calabozos y Dragones y con uno de mis nuevos amores desde este año, el fútbol, logré entender la mecánica del juego y debo decir que me gustó bastante la importancia del juego en equipo. La noche anterior ya estaba emocionada por ir al evento, pero en realidad no me imaginaba que en horas de la tarde iba a estar saltando con mi inflable de League of Legends en la mano gritando ¡TESLA, TESLA! al tope de mis pulmones.

Honestamente, era inevitable reaccionar así, el ambiente lo llevaba a uno a sentir emoción por el juego. Desde los pendones con los escudos de los cuatro equipos que competirían afuera, hasta la estructura que estaba montada en el Coliseo hacían que uno sintiera la magnitud y la seriedad del evento. Espero no ofender a nadie diciendo esto, pero creo que los ñoños colombianos no estamos muy acostumbrados a eventos masivos y con este nivel de organización, así que nada más de entrada el evento me tenía convencida.

Luego tuve la oportunidad de ver las partidas (y entenderlas a través de símiles como que la primera entre Lyon y RoH fue, básicamente, Alemania-Brasil en el Mundial) y de conocer a algunos de los jugadores. Agradezco mucho haber tenido esa oportunidad porque la disciplina y el profesionalismo con el que estos jugadores abordan lo que ya dejó de ser un pasatiempo en muchos casos para convertirse en una opción laboral tan real como lo es estudiar una carrera y ejercer es admirable e incluso inspiradora.

Ver cara a cara a las personas que están jugando las partidas ayuda también a entender el ejercicio mental y la preparación que hay detrás del juego que ya no me parece aburrido, pero la verdad es que estar rodeada de gente que invirtió tiempo y dinero en crear cosplays o que sencillamente gritaba, sonreía y se frustraba al unísono fue lo que finalmente hizo que me comprometiera con el evento y me esforzara por entender qué estaba ocurriendo. Igual que durante el Mundial era difícil incluso para los más Grinch del fútbol renegar de la Selección cuando las calles se llenaban de personas con camisetas y la cara pintada, yo caí ante el encanto de LoL y de sus seguidores. Honestamente, yo me emociono y lloro con facilidad y más de una vez se me aguó el ojo de orgullo ajeno de escuchar a los invocadores (me encanta ese nombre, invocadores, suena épico y mágico) y de ver al coliseo responder con euforia a lo que les apasiona, cual mamá orgullosa no pensaba sino «tan bonitos todos» con una sonrisa en la cara.

Lo único que no me gustó del evento es que ahora voy a tener que ver y sufrir con la final en México, gracias, como si necesitara más cosas por las que ponerme nerviosa y alimentar mi gastritis. Pero ahora ya entiendo en qué afecta LoL a Demacia y la verdad es que lo afecta bastante.

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