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ADR1FT – La reseña

Una aventura espacial que infunde sensaciones interesantes, en especial si eres paciente y cuentas con un equipo de realidad virtual.

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Hay situaciones donde estar completamente solo es el mayor peligro que podemos correr. Si lo combinamos con un ambiente que puede ser mortal a pesar de su apariencia pacífica tenemos un potencial coctél de suspenso y aventura. ADR1FT lleva la fórmula al espacio (algo más de 400 Km de distancia de la Tierra), siendo un producto que puede verse como víctima o ganador de acuerdo a cómo te la lleves con la ausencia de gravedad y con los juegos de ritmo pausado.

La idea de Adam Orth (conocido por el suceso de «Deal with It» durante las campañas promocionales iniciales de Xbox One) es bastante clara, mostrando a manera de parábola la visión del autor sobre sus problemas laborales y personales, así como su forma de recomponer el camino. La comandante Alex Oshima despierta luego de un misterioso accidente que destruye buena parte de la estación espacial Northstar IV, siendo la única sobreviviente de la tragedia. Sin posibilidad de comunicarse directamente con la Tierra, con limitaciones de oxígeno, un traje espacial parcialmente averiado y muchos problemas técnicos, la astronauta debe encontrar un método para salvar su vida y de paso descubrir qué pudo causar la masiva destrucción del lugar.

ADR1FT contiene una historia que puede verse de dos maneras: tenemos lo que nos va contando la computadora central de la nave y los archivos guardados en los computadores y grabadoras de nuestros compañeros fallecidos, dejando algunos cabos sueltos y momentos de reflexión. Por otro lado está nuestro propio viaje, la forma en que nos sentimos al explorar las ruinas de la estación con la aparente libertad que brinda la gravedad cero; teniendo momentos fascinantes, vistas impresionantes de la Tierra desde la órbita, y bastantes sustos debido a las complicaciones de nuestras tareas. De cierta manera enmarca una experiencia lineal y a la vez personal, donde importa más lo que hacemos que lo que descubrimos.

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Y es que toda la travesía del estudio Three One Zero se basa en la supervivencia. El principal objetivo de Oshima es reparar los sistemas necesarios para lanzar un vehículo EVA que le permita salir de los escombros y volver a casa (además de obtener algunas mejoras para nuestro equipo de exploración). Cada tarea se convierte en un reto más complejo, no tanto por el resultado sino por el método para lograrlo, porque nos vemos obligados a explorar diferentes zonas, resolver algunos puzzles de baja dificultad y estar atentos a las condiciones del traje espacial.

¿Por qué? como decíamos, este se encuentra averiado y presenta una fuga de oxígeno que necesitamos no solo para respirar sino para impulsar nuestros movimientos en la ausencia de gravedad, tanto para ir de un punto a otro como para cambiar de posición. Será normal que gastes más de lo necesario en los primeros minutos de la aventura, produciendo pánico y posteriormente la muerte de Oshima; pero luego encontrarás pequeños trucos para manejar mejor la reserva de aire o recargarla de manera adecuada. Otra cosa: el traje no es completamente a prueba de golpes, ten cuidado de no generar más fugas o caer víctima de un choque eléctrico.

La sensación general del peligro espacial está creada casi a la perfección. Si bien es cierto que el juego está pensado para su uso con dispositivos de realidad virtual, no se pierde jugabilidad ni inmersión al disfrutarse de la manera tradicional: el movimiento es complejo, la gravedad hace lo suyo para ayudar o dificultar la tarea, la sensación de soledad es total a pesar de escuchar los intentos de comunicación desde el puesto de mando en la tierra, y el afán por buscar oxígeno mientras cumplimos las tareas incrementa la presión.

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Ahora, hay que advertir un par de cosas. El juego se desarrolla de manera muy lenta, debido precisamente a la forma en que se replican las condiciones ambientales. El desplazamiento de Oshima se realiza a baja velocidad aún cuando demos el mayor impulso posible a nuestro traje, algo que combinado con la administración de oxígeno hace que la experiencia no se desenvuelva con el ritmo frenético al que muchos jugadores están acostumbrados. Hay que tener en cuenta que completar el grueso de ADR1FT toma un máximo de 4 horas, así que hay cierta compensación en cuanto al tiempo se refiere.

Otra cosa son los objetivos a cumplir. Como dije antes, las tareas que nos llevan a cada uno de ellos son distintas, pero al resolverse todas son prácticamente iguales, lo que hace pensar en que pudieron mejorar este aspecto al introducir alguna diferencia real en las mismas tanto en la mecánica como en el contenido relativo a la historia. Para tratar de incluir mayor variedad hay algunos elementos coleccionables (como las pertenencias de los astronautas muertos o unidades de memoria) y un par de actividades secundarias mostradas antes de terminar la campaña, pero no son del todo obligatorias ni guardan un atractivo especial. Son pocos los motivos para repetir ADR1FT si no cuentas con un headset de realidad virtual ya que el único modo aparte de la campaña es un paseo EVA FREE, es decir, no tendremos limitaciones en nuestro traje y podremos pasear a nuestro antojo por las ruinas de la base.

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En materia visual es un juego práctico pero poderoso. Puede que muchos elementos no se vean con el nivel de detalle hiperrealista que algunos reclaman, pero la disposición de los mismos en el espacio es sorprendente y están pensados en crear la mayor cantidad de inmersión posible. Las ruinas de la base flotando por todas partes aumentan las sensaciones de abandono y ciertas zonas contienen sorpresas maravillosas como gotas de agua suspendidas o plantas de los laboratorios. La vista de la Tierra cambia de acuerdo a la posición permitiendo ver el azul del mar o ciudades iluminadas en el lado oscuro. Como complemento, la música genera sentimientos encontrados con temas clásicos en piano de excelente calidad y tonadas electrónicas que a veces distraen la atención o llegan de manera abrupta y desagradable.

Adam Orth consideró a ADR1FT como un proyecto en el que mostraría su visión personal de solucionar un desastre luego de cometer un error, a manera de enseñanza y redención. Con esto en mente, el estudio Three One Zero cumple al ofrecer una experiencia personal de corta duración, destacada en sus resultados, pero no apta para personas impacientes o que busquen alta velocidad. Tiene notorias imperfecciones que curiosamente resaltan los aspectos positivos, generando sensaciones interesantes con un formato de apariencia sencilla pero de mucho valor, en especial para aquellos que quieran repetir la inquietante caminata espacial usando un headset de realidad virtual.

Reseña realizada con una copia de ADR1FT para PC suministrada por Three One Zero.

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