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Battleborn – La reseña

La nueva entrega de Gearbox Software es el rival perfecto para Overwatch, ¿pero consigue superarlo?

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Hace poco llegó a PlayStation 4, Xbox One y PC, un FPS cuyo diseño artístico destacó entre muchos, presentando así no solo una vasta cantidad de personajes con los cuales jugar, sino varios escenarios llenos de color y personalidad. Si se preguntan cuál es, pues la respuesta es Overwatch, pero también lo es Battleborn, la nueva IP de los creadores de una de las franquicias más reconocidas en la industria: Borderlands.

Desde mucho antes de su salida, Battleborn estuvo sujeto a las comparaciones de la nueva IP de Blizzard dada la variedad de personajes y premisa similar, sin embargo, estos títulos son ampliamente diferentes y lo único en lo que coinciden es que salieron en mayo.

No voy a profundizar en Overwatch porque mi colega Alex León hizo una gran reseña que podrán encontrar AQUÍ, sin embargo, es mí deber aclarar un par de dudas sobre este FPS cuya primera falencia es evidente: salió en el momento equivocado.

Antes de Borderlands 3, Gearbox decidió iniciar un nuevo proyecto que desde su premisa parecía bastante interesante, pero que con el tiempo solo logró llamar la atención de algunos pocos, siendo algunos fans de los MOBA y los otros seguidores de la IP que dio renombre a este estudio por su ya reconocido humor.

De esta forma, Battleborn surgió como un juego de disparos en primera persona en el que hipotéticamente tendríamos una épica aventura intergaláctica complementada con un sistema de jugabilidad semejante a los MOBA, es decir, que se basa en niveles, pero no RPG tal como lo hecho con Borderlands. Aunque personalmente creo que lograron cumplir con lo último, este título está lejos de ser algo épico.

Battleborn nos cuenta la historia de una serie de héroes intergalácticos llamados «Battleborn», que se embarcan en una última misión para salvar el último sol del universo de las manos de Lothar Rendain, el villano de turno cuyo plan es acabar con la existencia de la vida misma… por razones que aún después de terminar el juego no son claras.

Battleborn (9)

Aunque la campaña comienza con el pie derecho y una animación bastante divertida que sirve de introducción para algunos de los Battleborn, pronto se nos revela que la estructura narrativa de este juego es demasiado rígida, pues solo seguiremos una serie de ocho misiones bastante simples que tratarán de contarnos cómo Rendain es un cruel villano que atenta contra el universo, cuando en verdad son misiones en las que nos limitamos a acabar con hordas de enemigos, defender un punto fijo y, por supuesto, vencer al jefe de turno.

Por eso mismo, la historia del juego en ningún momento llega a tener importancia y misión tras misión solo se diluye, llegando así a estar compuesta por clichés y situaciones poco interesantes que no captarán nuestra atención y que por ende, terminan desaprovechando elementos importantes como los propios Battleborn.

Ahora, siendo 26 personajes los que hay en el juego, es razonable entender por qué no hay un desarrollo como tal para los mismos, sin embargo, estos héroes que protagonizan la aventura son tratados como skins y no llegan a sentirse como parte de la historia. Desafortunadamente, lo mismo sucede con el villano, Redain, quien a fin de cuentas es tan solo un jefe final.

Battleborn Redain

Además, no ayuda que la personalidad de los 26 sujetos sea una versión «Tiny-Tinesca» llevada al máximo con algunas variaciones, por lo que si lo vemos en perspectiva, todos los Battleborn tendrán la misma actitud insolente, irreverente, irrespetuosa, osada y humorística, lo cual choca con la experiencia si tenemos en cuenta que cada uno de ellos se diferencia en diseño y habilidades.

A estas alturas es normal que estén espantados con Battleborn y crean que falla en muchos de sus aspectos, pero no es así. No es un juego perfecto y es raro ver que Gearbox haya cometido tantos errores, pero dentro de lo posible, es un título que a nivel de jugabilidad es bastante sólido a pesar de sus falencias.

Siendo un FPS con más elementos MOBA que RPG, Battleborn nos presenta un árbol de progresión en tiempo real que actualizaremos cada partida. Esto quiere decir que al comenzar cualquier misión cooperativa o competitiva, empezaremos en nivel 1 y poco a poco debemos progresar para así llevar a nuestro héroe al nivel 10, para que tenga la posibilidad de desbloquear todas sus habilidades.

Battleborn (7)

Si bien es una estructura bastante lineal, se presta para explorar distintos ‘perks’ por partida, pues el árbol de habilidad está compuesto por diferentes opciones que podemos seleccionar por nivel, sin embargo, hay que ser precavido a la hora de elegir, pues una vez lo hagamos no hay vuelta atrás.

Este es quizá uno de los puntos más fuertes de Battleborn, pues no solo cada héroe tiene habilidades que los distinguen en una gran cantidad de profesiones (médicos, caballeros, tanques, soporte, francotiradores, a dos armas), sino que a su vez las combinaciones que se pueden hacer para mejorar sus aptitudes son bastantes. Infinitas no, pero si son flexibles a las necesidades tanto del usuario, como de la misión en que este se encuentre.

Teniendo claro esto, Battleborn se comporta como un FPS tradicional, por lo que aquellos asiduos en el género no tendrán complicación en tomar ritmo con este juego. Eso sí, hay que tener muy presente que el atractivo central de esta nueva IP no es el modo historia, de la que ya hablamos, sino de sus modos multijugador.

Battleborn (1)

En total son tres modos de juego competitivo en los que tenemos que cumplir un único objetivo, sea escoltar una serie de minions a determinadas zonas para ganar puntos, pelea por el control de zonas, o el plato fuerte que es lo más cercano a un MOBA, pues en este debemos luchar junto a nuestros colegas para derribar un objetivo fuertemente protegido en la base de operaciones del enemigo.

Sea cual sea nuestra elección, todos los mapas tendrán una estructura similar a la de los MOBAs, por lo que orgánicamente estarán compuestos por tres carriles, dos puntos extremos donde saldrán unidades controladas por la AI que apoyarán el combate, así como zonas especiales donde podemos contratar criaturas especiales que asistan a nuestro equipo.

Si bien los tres modos de juego disponibles están bien elaborados y se complementan con personajes balanceados, se siente que el contenido como tal es escaso y repetitivo. Nos llevará algo de tiempo encontrar nuestro Battleborn ideal, pero no pasará mucho hasta darnos cuenta que de la amplia lista solo usaremos al menos cinco. No es que esto sea un problema, pues el catálogo está hecho acorde a los diferentes estilos de juego, pero si se siente que le falta algo al componente online.

Ahora, si hay algo que resaltar positivamente en Battleborn sin duda alguna es el apartado gráfico. Se nota que hay un toque Borderlands en el estilo ‘cel-shading’, pero esta vez los contrastes altos resaltan más a los personajes y entornos. Así mismo, el manejar escenarios más cerrados muestra también sus beneficios, pues el rendimiento gráfico es óptimo y fuera del lag, dependiendo de nuestra conexión a internet, no nos encontraremos con algún tipo de aberración gráfica.

Battleborn es un juego regular. Hay que decirlo. Tiene un gran apartado gráfico, elementos interesantes a nivel de jugabilidad y diseño, pero falló en su ambición de brindar una historia óptima y tener un modo competitivo 100% satisfactorio. Aun así, es un juego divertido y lo es mucho más en compañía, sea vía matchmaking o pantalla dividida, pero eso también nos dice que no se disfrutará solo. Es algo novedoso, y recomendable para aquellos que quieran darle la oportunidad a un juego diferente… sin embargo, su mayor problema termina siendo Overwatch, pues no solo establece una propuesta más atractiva para la comunidad de jugadores, sino porque su campaña de promoción fue más exitosa y ha logrado opacar en tan solo unos días a la nueva IP de Gearbox.

Reseña hecha con una copia de Battleborn para PlayStation 4 provista por 2K.

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