Bayonetta 2 – Reseña

Ilustración de portada por Tora Plú.

Los juegos de acción están diseñados para llenar de adrenalina al jugador, permitiendo destrucción, combates descabellados, enemigos aniquilados y, en los mejores casos, una sensación muy satisfactoria tras una estela de destrucción. Bayonetta 2 representa todo eso de la mejor forma, pues es un juego donde las luchas están llenas de locura, son explosivas y no se detienen. La bruja se abre paso entre hordas de ángeles y demonios haciendo uso de un arsenal magnífico, con movimientos y combos excelentes, todo bajo un apartado visual impecable que lo convierte en un clásico instantáneo, superando con creces a su predecesor.

Platinum Games, desarrolladores de Bayonetta 2, prometieron un juego de «acción climática sin pausa» (non-stop climax action), y cumplieron su palabra. Los desquiciados combates son lo mejor de este juego y no se hacen esperar; el primer segmento, justo después de seleccionar «nuevo juego», es una batalla contra ángeles de todo tipo que sucede sobre los escombros de algún templo. Un instante después, la bruja Bayonetta estará conduciendo un robot mientras sigue la carnicería y al final se enfrentará a un gigante espadachín alado. Mientras todo eso ocurre una voz nos narra la historia de la creación de nuestro mundo y su existencia junto a Paradiso e Inferno, pero, pesar de esto, el enfoque está en las luchas y en lo ruda que es Bayonetta.

Hasta este punto el juego no incluye un tutorial para usar los movimientos de Bayonetta, comprobando lo intuitivo del combate. Las explicaciones son escasas y es algo que debo agradecer; basta con oprimir A para patear con sus tacones armados y X para usar lo que tenga equipado en sus brazos, un sistema bastante simple pero que permite un gran número de combos impresionantes. Si queremos adentrarnos al mundo de los ataques combinados, contamos con un modo práctica donde veremos una lista con todos los comandos necesarios para desatar un combo; podemos acceder a este modo desde el menú o durante los momentos de carga antes de las secciones de cada episodio. Una vez nos acostumbramos a la forma de combatir, algo que sucede bastante rápido, podremos usar los combos para invocar brazos y piernas gigantes de Madama Butterfly, el demonio principal que usa Bayonetta, así como espadas gigantes o insectos dependiendo del arma que tengamos equipada.

La combinación de botones está enfocada a los jugadores más experimentados, pero también existe la opción de convertir a Bayonetta 2 en un juego más casual, gracias a los controles táctiles posibles en el GamePad. Para mi grata sorpresa funcionan bastante bien; es suficiente con mover el stylus por la pantalla para dar dirección a la bruja, tocar a los enemigos para generar fuertes combos o arrastrar rápidamente para evadir. Si alguno de esos comandos se dificulta, podemos combinarlo con la acción por botones, facilitando mucho más el control de las batallas.

Para mejorar el flujo de la lucha, contamos con Witch Time, uno de los poderes de Bayonetta que detiene el tiempo si evadimos un ataque enemigo en el último momento. Cuando se activa, el mundo arededor de la bruja se hace lento, así que podremos concretar más y mejores combos. Sumado a esto, al atacar al enemigo llenaremos unas orbes bajo la barra de salud y una vez estén completas podremos hacer uso del Umbran Climax, un estado en el que la bruja aumentará considerablemente sus poderes, haciendo de cada ataque una invocación gigante de Madama Butterfly o de su armamento. Si todavía queda algún espacio para dudar de lo complejo y dinámico del combate, también podremos atacar usando las armas que dejan los enemigos al ser destruidos, al igual que en el primer Bayonetta; sin embargo, esta opción mejora ya que en esta secuela los ataques normales también estarán disponibles aunque tengamos equipado algún elemento del arsenal de ángeles o demonios.

No todas las luchas suceden a pie. En un momento nos encontramos en la plaza central de Noatun, un hermoso pueblo con aire europeo, pero al instante siguiente estaremos volando junto a las celestiales puertas que conducen a Paradiso mientras destrozamos a gigantescas serpientes aladas, en uno de los momentos más impactantes visualmente del juego. Estás variaciones únicas en las luchas, sobre todo contra jefes, hacen que siempre estemos alertas y deseando más acción. Todo es todavía más satisfactorio cuando terminamos las batallas importantes, porque Bayonetta invocará a uno de sus gigantes demonios para destruir a los enemigos; nada mejor que acabar con un ángel jugando voleibol con enormes brazos demoníacos.

Los combates continúan en el Tag Climax, un modo online que mide las capacidades de dos jugadores durante seis batallas, otorgando al ganador una considerable cantidad Halos, la moneda dentro del juego. Este apartando funciona bastante bien ya que, además de volvernos millonarios si somos buenos en la lucha, y previendo los problemas que pueden ocurrir para emparejar a dos personas en una partida, nos permite jugar contra la CPU mientras recibimos una invitación de otra persona. Algo que me encantó de Tag Climax son las tarjetas que usamos para seleccionar las fases de combate; cada una representa a los enemigos con un hermoso diseño, que me gustaría ver impreso y distribuido oficialmente, pero dudo que ocurra.

A medida que descuartizamos ángeles y demonios en las creativas y alocadas peleas, nos enteramos del conflicto entre las Brujas Umbra, de las que Bayonetta es parte, y los Sabios Lumen, en una historia que comienza con cierto orden, pero que luego se convierte en algo que a primera vista no tiene sentido y está lleno de vacíos. En esencia esto no representa ningún problema, ya que los combates absorben lo mejor del juego, pero luego de jugar lo suficiente podemos sentir que nos encontramos ante un repertorio de personajes complejos y bien contados, como Balder, el némesis de Bayonetta, o la bruja misma, que es considerada y adorable, a pesar de su agresividad y sexualidad muy marcada.

Mientras jugaba Bayonetta me sentí ante una de esas historias clásicas, escritas hace mucho tiempo y que son inolvidables gracias escenarios detallados, aventuras épicas, personajes complejos y situaciones con las que podemos identificarnos a pesar de su magnitud, porque hablan de conflictos comunes a la humanidad. Como una Odisea protagonizada por una bruja con pistolas en sus tacones. Esta calidad narrativa también se logra con la rica y variada mitología de la que se vale el juego, mostrando Cielo e Infierno de una manera novedosa en un universo que funciona con armonía y que no nos hace dudar se su lógica interna, aunque sea un disparate.

Volviendo a la sexualidad de Bayonetta, que según muchos la hace blanco de sexismo y objetivificación, tuve mis dudas al conocer al personaje, ya que en apariencia es una mujer diseñada para explotar su sensualidad, apuntando sobre todo al público heterosexual masculino. Sin embargo, luego de jugar pude entender que Bayonetta no está en la pantalla para gustarle a los jugadores y que sus actos sexualizados no son más que una forma de empoderamiento; la bruja nunca se ve disminuida por su sexo, no aparece débil ni en ridículas situaciones que la ponen a la merced de otros personajes a pesar del valor o poder propio, como sucede en muchos otros juegos. Sentí que, más que posar para quien tiene el control del juego, lo hacía para sí misma. Es así que Bayonetta se forma como uno de los protagonistas femeninos más fuertes y representativos que tiene la industria de los videojuegos.