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Burnout Paradise Remastered (Switch) – Reseña

♬ Llévame a la Ciudad Paraíso, donde no hay personas y los autos vuelan. ♬

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El solo acto de conducir a toda velocidad por las calles de ‘Paradise City’ y sus alrededores de mundo abierto es regocijante. Cuando el original Burnout Paradise llegó a comienzos del 2008 a consolas de séptima generación (excepto Wii), su desarrollador Criterion marcó una línea gráfica del potencial vehicular que podríamos esperar en otros títulos de mundo abierto más reconocidos y que tardarían un par de meses, como Grand Theft Auto IV.

Pero la franquicia de Burnout no podría ser más diferente y Paradise un punto aparte dentro de la misma familia, alejando de la linealidad a sus conductores a favor de una voluntaria disposición para acceder a las carreras y retos de su preferencia. O solo manejar a través de la ciudad y las montañas acompañados por el ciclo de 24 horas y una rockera banda sonora, si así lo desean. No por esto se puede olvidar que el eje de la saga reside en los espectaculares choques contra otros autos u obstáculos, en una experiencia arcade que se aleja todo lo que puede de los aburridos simuladores convencionales.

A todo gas por caminos recorridos

Burnout Paradise Remastered ya había hecho aparición en PS4, Xbox One y PC en 2018 con soporte para resolución 4K y todos los DLC originales incorporados, pero finalmente es la consola híbrida de Nintendo la que recibe esta misma versión con el pequeño detalle que 4K no es una opción para Switch. Debemos conformarnos con una resolución a 420p para el modo portable y 1080p cuando se conecta al televisor por medio de su base. Todo lo demás es idéntico a las anteriores versiones remasterizadas, eventos, funciones en línea, retos y vehículos, entre autos y motos.

Se puede decir que el beneficio de la portabilidad en Switch iguala al juego por limitaciones técnicas a la versión que recibieron PlayStation 3 y Xbox 360 hace 12 años. Incluso esto no es un problema porque como mencionábamos, fue un buen ejemplar en su momento y ha logrado sostenerse con el tiempo, corrigiendo en la remasterización esa “tonalidad marrón” que caracterizaba a la séptima generación de Sony y Microsoft, o aquel barrido borroso cuando los vehículos alcanzaban velocidades notorias.

En Switch vemos texturas más brillantes y definidas, horizontes y montañas claros en distancia de dibujado, reflejos de luces y sombras acentuados en exteriores. Pero como esta serie de juegos de carreras no sería igual sin una estable frecuencia de cuadros por segundo, Burnout Paradise Remastered no sacrifica este aspecto en Switch y se mantiene a 60 fps (portátil o en televisor), manteniendo la experiencia jugable original a fidelidad.

Es bueno tener la opción de jugar el mismo título en dos modalidades, pero lo que si valdría la pena preguntarse como jugador es a cuál le sacará más provecho. Si no buscan lo portable, por una fracción del precio de la versión para Switch bien se puede obtener cualquier otra versión remasterizada con resolución 4K. Seguramente el precio de la versión para Switch bajará con el tiempo, pero no en las primeras semanas de su lanzamiento.

Sin autos no hay paraíso

Stellar Entertainment, encargados de la remasterización de Burnout Paradise, tenía claro que debía entregar el ‘paquete completo’ a la hora de resucitar este clásico de la velocidad. Así que debía hacerlo con todos los autos especiales, legendarios, patrullas y motocicletas, así como la Isla Big Surf de contenido descargable y altas rampas. Es un catálogo nada despreciable cuyo único detalle molesto es la ralentización a la hora de escoger un nuevo vehículo en el deshuesadero más cercano. La animación en el proceso de arrojar el motorizado elegido toma más tiempo de carga de lo habitual.

Desde el comienzo del juego y tras un breve tutorial obtenemos acceso a autos de juguete a la escala real del juego. Otros inspirados en películas y series de los ochenta –pero sin el nombre original ni la estética exacta para no infringir licencias– como el DMC DeLorean de Volver al futuro, KITT de El auto fantástico  o el General Lee de Los Dukes de Hazzard. Entre los vehículos más exclusivos encontramos uno futurista con tecnología alienígena y otro tan resistente y turborizado como para sobrevivir a las agrestes carreteras de Mad Max.

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En su tiempo, el mapa de Burnout Paradise representaba uno de los mundos abiertos con mayor extensión de terreno explorable. Al día de hoy puede haberse quedado un tanto pequeño, pero significó una fuerte influencia para los posteriores juegos de conducción, incluyendo los desarrollados por Criterion bajo la línea de Need for Speed o a su modo lo presentado por Forza Horizon. En la versión portable de Switch, es posible desplazar el mapa en la pantalla táctil y realizar acercamientos con los dedos. Pero sigue siendo un mapa relegado al menú de pausa y con la ausencia de funciones tan vitales como el uso de marcadores para puntos de interés.

Es cierto que cuando un título de este tipo le indica todo el tiempo al jugador hacia dónde dirigirse se pierde parte de la magia de explorar y conocer los terrenos. Pero no habría quedado mal una ayuda visual extra, ya que en las carreras es habitual perderse en caso de no conocer bien los atajos, mientras los competidores siguen por el camino más corto de su preferencia. Las señales con los nombres de las calles aparecen en la parte superior de la pantalla y resaltan en intermitencia indicando hacia qué calle girar, solo que en ocasiones la velocidad extrema y el enfoque de la vista en el vehículo omite dichos recursos.

Perdiendo el control

Existen tres tipos de turbo para ser habilitados en los diferentes autos: velocidad, acrobacia y agresión. Cada uno puede ser aplicado según el objetivo deseado, ya sea en las carreras de punto a punto, los saltos de rampas con giros de barril o las embestidas a otros vehículos, que usualmente ayudan a acumular muchos más puntos. Algunos de los letreros rojos con la imagen de Burnout Paradise Remastered a ser destruidos requieren maniobras específicas solo accesibles con turbos de acrobacia, así como las largas distancias en ciertos súper saltos.

El mundo a disposición no acosa a los jugadores con los eventos predispuestos en su modalidad offline, más el fácil acceso al online permite una rápida unión de hasta ocho jugadores y amigos por medio de las flechas direccionales. A pesar de repetir la ausencia de pantalla dividida, el multijugador local permite superar pruebas de velocidad y habilidad a través de las rondas que se deseen establecer, turnando el mismo control entre todos los participantes.

Mientras los Joy-Con y el control Pro apenas cumplen con su labor, los controles de GameCube permiten una sensación más arcade con un pequeño inconveniente, a falta de posibilidad de configuración: no contar con reversa ya que no hay botón ZL (Z cuenta como ZR, para acelerar). Cuando se trata de versiones a las que se les ha dedicado un poco más de lo normal (dos años tras los remasterizados en otras consolas), bien sería justo haber pulido esos detalles aparentemente mínimos.

Burnout Paradise Remastered
8/10 Nota
Lo que nos gustó
-Un generoso mapa urbano/rural para recorrer a gusto.
-Variedad de autos con fortalezas individuales.
-Decidida aproximación a una experiencia arcade.
-Fiestero multijugador local, pese a las limitaciones.
-60 fps.
Lo que no nos gustó
-Hace falta una pantalla dividida.
-Las carreras pueden tornarse confusas sin señalización.
En resumen
En el ajetreado mundo de los simuladores de autos una estrellada es letal, pero en Burnout Paradise Remastered es una constante invitación a dejar volar la locura sin consecuencias, entre más caótica mejor. Su mundo abierto es como recrear un campo de juegos con carros de juguete y rampas por todas partes, sin humanos, ya que los autos y motos protagonistas son lo único necesario para revivir el que más de una década después sigue siendo uno de los mejores títulos de conducción en el mercado. Si buscas mayor resolución, las versiones hermanas son la solución.

Reseña hecha con una copia digital de Burnout Paradise Remastered para Nintendo Switch brindada por Electronic Arts.

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