Este juego parece salido de un universo alterno en el que los grandes estudios nunca abandonaron las tendencias de diseño vistas en los JRPG de los años 90. Clair Obscur: Expedition 33 tiene combate por turnos en arenas independientes, un mapa con montones de jefes secretos y objetos ocultos en zonas que solo los más curiosos van a visitar. Pero este no es un simple ejercicio en nostalgia, es uno de los mejores títulos que he jugado en lo que va del año y ya se ganó un espacio en mi lista de juegos favoritos de todos los tiempos.
Yo crecí jugando las entregas para SNES y PSX de la saga Final Fantasy y aún recuerdo lo decepcionado que quedé cuando descubrí que Final Fantasy X —que es un gran juego de todos modos— no tenía un mapa que podía recorrer sobre un barco volador. Desde entonces, la exploración que tanto disfruté en esos RPG clásicos desapareció casi por completo del género. Nunca dejé de extrañarla a pesar de que los juegos de acción y aventura en mundo abierto empezaron a ofrecer elementos similares. Es claro que a los desarrolladores del estudio francés Sandfall Interactive les pasó lo mismo y decidieron tomar cartas en el asunto. Si nadie hace el juego que quieres jugar, hazlo tú mismo.
Este es un mundo de fantasía inspirado en la París de ‘la belle époque’ en el que parte de la ciudad fue arrancada del continente por un cataclismo. Luego, un monolito apareció en el horizonte y una enorme figura femenina —la peintresse— (la pintora) pintó un número en él, causando que todas las personas que tenían esa edad fallecieran. Cada año, ‘la peintresse’ pinta un nuevo número y cada vez son más jóvenes las personas que mueren. Cada año, una expedición parte hacia el monolito para intentar entender y detener lo que está ocurriendo, pero ninguna ha regresado. Este es el año de la expedición número 33.
El concepto tan original de esa historia era más que suficiente para atraparme, pero el mundo que reveló en sus tráileres me terminó de enamorar. Escenarios fantásticos de una tierra partida en pedazos, personajes melancólicos en una desesperada lucha por salvar lo que queda de la humanidad y una bellísima banda sonora. Este juego parecía hecho específicamente para mí y eso me empezó a preocupar: simplemente no podía estar a la altura de mis altísimas expectativas.
Pero sí estuvo a la altura. De hecho, superó mis expectativas con creces. Clair Obscur: Expedition 33 es una obra de arte a nivel visual, sonoro, jugable y narrativo. Durante las más de 35 horas que me tomó llegar a los créditos me hizo llorar varias veces, me sacó muchas sonrisas y me emocionó al punto de ponerme la piel de gallina. Es un título que me recordó el poder que tienen los videojuegos para crear historias y experiencias únicas.

Una de las cosas que más me sorprendió de este juego es la profundidad de su sistema de combate. Al ver los tráileres puede parecer que tiene las mecánicas tradicionales de las peleas con turnos, agregando ‘quick time events’ y contraataques sacados de clásicos como The Legend of Dragoon y los RPG de Super Mario Bros., pero en realidad va mucho más allá. Cada personaje tiene mecánicas exclusivas y aunque algunos parecen apegarse a ciertos arquetipos —Lune parece ser una maga negra, por ejemplo— pronto demuestran una gran complejidad. Los efectos de los ataques y habilidades interactúan entre sí y son altamente personalizables. Podemos moldear nuestro grupo de combate como queramos para adaptarlo a nuestro estilo.
Además de las armas con diferentes propiedades y los infaltables árboles de habilidades, tenemos el sistema de Pictos y Lúminas. Los Pictos son objetos equipables que mejoran ciertas características y otorgan una habilidad pasiva llamada Lúmina. Tras usar un Pictos varias veces en combate, aprendemos su Lúmina y podemos equiparla a cualquier personaje. Hay centenares de pasivas con toda clase de ventajas ofensivas, defensivas y de soporte. Cuando tenemos una buena colección de ella podemos crear sinergias increíbles que a veces parece que pueden romper el juego. Afortunadamente, el combate está muy bien balanceado y tiene una perfecta curva de dificultad, por lo que siempre mantiene un buen reto.
Pero hay un reto que resulta algo molesto y es mantener organizadas todas esas Lúminas, armas y habilidades. Aunque el juego tiene algunas herramientas de filtrado, hay demasiados objetos equipables y a veces resulta difícil tener en cuenta quién tiene qué. Si cambiamos un poco el ‘build’ de un personaje para una pelea específica, puede resultar imposible volver a dejarlo como estaba si no tomamos notas. No existe la posibilidad de grabar varios equipamientos y eso hace que el manejo de todos estos elementos pueda resultar un poco abrumador.




No vamos a ganar las peleas más difíciles del juego solamente con una selección de pasivas y eligiendo ataques desde el menú. A menos que estemos jugando en el modo de dificultad más baja, los elementos de acción en tiempo real —esquivas y contraataques— son imprescindibles para la victoria. Entrar en un combate contra un nuevo enemigo es tan emocionante como aterrador porque no sabemos qué puede hacer y no hemos aprendido el ritmo con el cual desviar sus ataques. Cada enfrentamiento es una prueba de habilidad y estrategia en sí misma. Si no logramos superarla, siempre podemos volver a intentarlo con diferentes personajes o con un ‘build’ que aproveche de las debilidades de los enemigos
¡Y vaya enemigos! Los diseños de criaturas de Clair Obscur: Expedition 33 son impresionantes. Los llamados ‘nevrones’ son seres surreales de pesadilla y manifestaciones simbólicas del dolor, el sufrimiento y otras emociones. Los jefes son aún más llamativos y hay algunos realmente enormes que nos dejan con la boca abierta antes de dar inicio a combates realmente épicos.
Esos bizarros diseños de enemigos van de la mano con los oníricos paisajes que visitamos. Este es un mundo destrozado en el que los cadáveres se encuentran por doquier y eso le da una belleza macabra. Todos los paisajes gozan de una iluminación suave que los hace sentir como parte de un sueño y resalta sus detalles más retorcidos. Aquí hay un problema y es que algunos de esos escenarios pueden ser muy complicados de recorrer. Si son como yo y les gusta visitar todas las esquinas en busca de objetos y secretos, es muy probable que se pierdan debido a la falta de señalización. Yo en varias ocasiones creí estar llegando a la salida de un nivel solo para descubrir que había regresado al inicio.

Esas obras de arte visual que son los escenarios están acompañadas de melodías llenas de una gran melancolía. La ambientación resultante nos ayuda a sentir el sufrimiento de los personajes y nos prepara para las grandes revelaciones de la trama. Muchas de estas composiciones gozan de voces angelicales y operáticas que refuerzan aún más la sensación de que estamos en un mundo que llega a su final. De repente nuestros oídos son asaltados por guitarras eléctricas con abrumadores crescendos durante los momentos más épicos de la historia y los combates más desesperados. Tanto la banda sonora como el hipotético libro de arte de este juego van a ser compras obligatorias para mi.
A pesar de todas las alabanzas que he hecho hacia este juego en esta reseña, no he hablado mucho de mi elemento favorito de Clair Obscur: Expedition 33 – su ‘lore’. Ya mencioné lo intrigante que resulta el concepto de ‘la peintresse’, pero no esperaba lo profundo que llega la mitología de este mundo. Con cada paso que damos para adentrarnos en el Continente descubrimos nuevos misterios y detalles sobre la forma en que todo funciona. Lo verdaderamente increíble es que las revelaciones y explicaciones que eventualmente nos dan me parecieron supremamente satisfactorias y me hicieron amar aún más este mundo. Eso casi nunca pasa.

El mundo e historia del juego también tienen una gran profundidad temática. Seguramente ya conocen la broma que dice que todos los juegos modernos son en realidad sobre el duelo. Aunque eso es un poco exagerado, es cierto que hay muchos títulos —desde grandes AAA como el God of War de 2018 hasta pequeños indies como Gris— que hablan sobre el dolor de perder a un ser querido, pero creo sinceramente que Clair Obscur: Expedition 33 es uno de los que mejor trata ese tema. La muerte de las personas amadas permea cada rincón del mapa y presenta los sentimientos de los personajes con respeto e inteligencia. Luego va más allá y nos habla sobre el escapismo, la familia, la comunidad y sobre todo sobre el arte y los artistas que se posicionan a sí mismos como dioses o demonios, como almas torturadas o proveedores de felicidad. También tiene vínculos muy interesantes con el mundo real que piden a gritos ser analizados, como que uno de los personajes comparte su nombre con el de un famoso pintor francés.
A pesar de ya haber visto los créditos y conocer cómo termina la historia, no he dejado de jugar Clair Obscur: Expedition 33. No es solo porque me sigo divirtiendo, sino porque la cantidad de misiones opcionales, super jefes y secretos que tiene es inmensa —suficiente para terminar duplicando mis horas de juego— y eso está muy bien porque amo mucho este juego y a sus personajes. No quiero separarme de ellos.

Reseña hecha con una copia digital de Clair Obscur: Expedition 33 para PS5 provista por Kepler Interactive. Este juego también está disponible para Xbox Series X|S y para PC.