Destiny 2: una retrospectiva del Año 2 y el Pase Anual

Faltan pocas horas para que termine el Año 2 de Destiny 2. Una buena porción de jugadores, tanto los que comenzaron su aventura en 2014 como los que se volvieron protectores de la Luz en 2017, esperan con ansias el comienzo de una nueva etapa y todo lo que traerá en materia de jugabilidad e historia. No menos importante, el Año 3 abrirá las puertas a un gran flujo de jugadores gracias a su incursión al modelo free-to-play por medio de New Light.

En un principio, este artículo iba a ser una reseña del Pase Anual. Sin embargo, hubo un cambio de planes frente a la decisión de Bungie Studios de volver gratuito este DLC para los poseedores de Renegados. Dado que ya he abogado por la pasada expansión de Destiny 2 en su respectiva reseña, resultaría redundante dedicar una extensa crítica al Pase Anual.

Sin embargo, con el fin de celebrar el comienzo del Año 3, resulta apropiado hacer una retrospectiva de lo que pasó a lo largo del Año 2. No solo servirá para evidenciar lo mucho que avanzó Destiny 2 con respecto a su tumultuoso primer año, sino que incluso podría convencer a los jugadores que aún no se han hecho con Renegados y el resto de contenidos del Año 2.

Sin más preámbulos, veamos qué pasó en el segundo año de Destiny 2.

Como bien sabrán los Guardianes, los rebalanceos de armas y demás cambios en materia de jugabilidad son constantes. Sin embargo, el comienzo del Año 2 y el lanzamiento de Renegados estuvieron acompañados por un cambio importante en lo que respecta a la clasificación de armas. En vez de dividirse en primarias, secundarias y pesadas, las armas se dividieron según el tipo de munición: energética, cinética y potente. Si bien esto no fue un rebalanceo en el sentido estricto de la palabra, sí concedió más libertad dentro de los modos Jugador contra Jugador (JcJ) y Jugador contra Escenario (JcE).

Otra novedad que llegó con el Año 2 fueron los Triunfos y las Colecciones. Mientras que los primeros consisten en una serie de logros por medio de los cuales se pueden ganar títulos, las segundas actúan como un registro de las armas y equipamiento recolectado. Por si fuera poco, los Triunfos también albergan documentos que relatan la mitología de Destiny. La ausencia de una «biblioteca», una de las críticas más recurrentes, finalmente fue solucionada.

Hablando de problemas solucionados, el Año 2 reintrodujo beneficios aleatorios y la capacidad elegir entre varios. Esta adición reintrodujo el aspecto RPG a la franquicia.

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En lo que respecta a nuevo equipamiento, el Año 2 introdujo las armas de pináculo. Cada temporada llega con su trío de armas, las cuales se consiguen por medio de misiones correspondientes a tres modos de juego: Crisol, Gambito y Asaltos. Si bien el poder de estas armas justifica la dificultad de sus respectivas misiones, estos pasos de aventura resultan contraproducentes en un escenario competitivo. La necesidad de acabar enemigos con armas específicas y de una forma especial puede comprometer a los demás miembros de la escuadra.

Por supuesto, estos cambios generales en materia de jugabilidad no fueron las únicas adiciones en materia de jugabilidad. Al fin y al cabo, el Año 2 fue inaugurado con el lanzamiento de la expansión más grande de Destiny hasta la fecha: Renegados. Esta no solo agregó una de las mejores campañas de la franquicia, sino un modo de juego nuevo en la forma de Gambito. También agregó el arco, arma que destaca por su precisión y daño; nueve subclases; y una nueva raza de enemigos: los Desdeñados. Más allá de sus diseños, estos destacan sobre otras razas por la marcada sinergia entre sus diferentes habilidades.

Sin embargo, esto no fue todo lo que trajo Renegados.

Una vez superada la campaña, los Guardianes tenían un nuevo destino: la Ciudad Ensoñada. Más allá de actuar como hogar de Último Deseo —la primera Incursión del Año 2— y enfoque del Fin del Juego durante buena parte del segundo año, esta locación alberga varios secretos. Entre estos se encuentran los huesos de Ahamkara y los Desafíos Ascendentes.

Hablando de Último Deseo, esta Incursión resultó única por varias razones. La principal es que la primera completación de Riven afectó a todos los jugadores de Destiny. Todos los jugadores tuvieron acceso a una nueva misión y Asalto. Esto es algo que quieren seguir haciendo con Bastión de Sombras y posteriores temporadas del Año 3.

La historia de Renegados no solo continuó por medio de Último Deseo, sino a través de una nueva actividad: el Pozo Ciego, un modo horda cuya principal utilidad ser recargado semanalmente para abrir paso a la corte de Mara Sov. Sin embargo, para llegar a esta primero es necesario superar el primer calabozo dentro de Destiny: el Trono Destrozado. Este consiste en una suerte de mini-incursión con un límite de tres jugadores. Cada semana ofrecía una nueva recompensa y, no menos importante, detalles importantes de la trama.

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Aunque la apreciación del Pozo Ciego como modo de juego puede variar dependiendo del jugador, para los poseedores del Pase Anual no resultó difícil evidenciar que Bungie Studios cayó en una suerte de patrón con sus eventos. Esto se debe a que cada temporada tuvo su propio modo horda con límite de tiempo. La única diferencia entre estas actividades eran las recompensas y que introducían alguna que otra dinámica.

La Temporada de la Fragua trajo las Fraguas; la Temporada del Vagabundo, La Decisión; y la Temporada de la Opulencia, La Casa de Fieras. Todas estas actividades indudablemente han ampliado el Fin del Juego, pero al final se sienten muy similares.

Por supuesto, esto no no fue lo único que trajo el Pase Anual. Al igual que Renegados, que empleó las actividades semanales de la Ciudad Ensoñada para contar una nueva historia a lo largo del Año 2, cada temporada del Pase Anual desbloqueaba progresivamente misiones, armas y documentos dirigidos a expandir la mitología de Destiny.

Si bien el Pase Anual no es un paquete compacto y repleto de contenido como Renegados, sí que permitió que sus usuarios recibieran contenidos de forma semanal entre diciembre del 2018 y agosto de 2019. Ciertamente entregó una experiencia fresca para los jugadores.

No obstante, esto no quiere decir que todo haya sido apropiado.

Una queja general de los jugadores ha sido el rebalanceo de armas, sobre todo las exóticas. En muchas ocasiones, una nueva arma exótica terminaba dictando el meta del juego. Sin embargo, los inevitables nerfeos aplicados por Bungie hacían que el arma dejara de ser empleada en su totalidad. ¿Por qué no hacer nerfeos en modos específicos?

Sin importar lo que suceda a lo largo del Año 3, han de aplaudirse los múltiples avances que se hicieron en el Año 2. Ojalá Bungie Studios exceda las expectativas de todos los Guardianes.

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