Nobita está hastiado de ser regañado por sus padres por no estar al tanto de sus responsabilidades. Al hablar con sus amigos, descubre que todos están en la misma situación con sus respectivas familias. El gato robot viene al rescate con un viaje espacial, pero en la aventura que vivirán en Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom tendrán tareas más arduas que aquellas de las que estaban huyendo en la Tierra.
En este ‘spin-off’ de la popular serie de simuladores de granja jugamos con Nobita. A medida que avanza el juego podemos pedir ayuda a sus amigos y al mismo Doraemon para realizar tareas como regar los cultivos o pescar. Aunque este sistema parece buena idea en principio, le falta refinarse. Hay tareas como atender al ganado en las que el compañero se queda quieto, haciendo nada.
También se puede compartir un momento divertido con el modo para dos jugadores local, lo que además permite completar tareas sin agotar tanto la barra de corazones de Nobita. El personaje controlado por el segundo jugador es Doraemon.
Los icónicos artilugios de Doraemon en el ‘anime’ hacen apariciones como herramientas que ayudan a realizar los quehaceres. Entre estos tenemos una puerta que permite teletransportarse entre lugares lejanos y una chimenea de locomotora que permite a Nobita correr rápidamente. Esos dos fueron nuestros favoritos, en contraste con el Bastón Buscador que cumple la misma función que el mapa, volviéndose redundante.
A pesar de ser un juego familiar, Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom maneja una ironía exquisita. Los protagonistas, por escapar de sus tareas, terminan haciendo un trabajo aún más duro. Al aterrizar, deben comprometerse a ayudar al Príncipe Lumis con las obligaciones de su granja. Solo así la Reina decidirá que son lo suficientemente confiables para devolverles la nave espacial y así poder regresar a su planeta de origen.
Hay una fuerte conexión entre el nivel de amistad con otros personajes, la cual está representada con corazones, las misiones y el progreso de la historia. Todo esto se basa en la dinámica de “hay que dar a la comunidad para recibir a nivel individual”. Este mensaje de coexistencia armónica está perfectamente complementado tanto por la estética de cuento infantil que maneja como por la banda sonora. El hecho de tener las voces en japonés original sería totalmente maravilloso si algunos subtítulos no tuvieran fallas de localización.
A pesar de que se cumple una rutina de tareas que deben de llevarse a cabalidad todos los días y unas interacciones sociales que son establecidas desde el principio como “un precio a pagar por la nave y su significado como retorno al hogar”, el juego no se siente agobiante. Por el contrario, nos pareció muy tranquilo. Podríamos decir que es incluso meditativo.
La jugabilidad es sencilla y los pocos movimientos de cámara no producen mareo, haciendo de Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom una obra extremadamente amigable con personas que no son “gamers”.
Otro punto a favor que ya habíamos mencionado es que sea para todas las edades. Esto contribuye a que adultos y niños disfruten por igual esta experiencia y que todos se sientan incluidos. No hay necesidad de haber visto la caricatura o ser fan de Doraemon para aficionarse a este mundo rural.
Uno de los detalles más graciosos del juego es el momento en el que tenemos que sacar al ganado del establo para que tomen aire y sol, pues sentimos que estábamos “parqueando un auto”. El que hayan unos pequeños ‘glitches’ cuando se cruzan dos animales le añade un delicioso toque caótico.
Cazar insectos en este juego es mucho más satisfactorio que en otros títulos del mismo género, tanto al capturarlos como al adoptarlos como mascotas. Aún estamos traumatizados con las tarántulas de Animal Crossing: New Horizons.
Algo que también nos hizo muy felices fue poder entablar amistad con animales tanto en la granja como en el bosque. Los de la granja a través del cuidado diario y los del bosque dándoles frutas cuando los encontramos en nuestras caminatas.
Trayéndonos a la ruda realidad agrícola, ganamos poco dinero y gastamos muchos recursos, pero al menos hay algo de comida. Ese presupuesto tan apretado no permite tener lujos como un chalet campestre, ropa nueva ni decoraciones extravagantes para el hogar al inicio del juego. Seguiremos jugando hasta que la Reina nos regrese nuestra nave o hasta que podamos ser unos burgueses, lo que pase primero. Probablemente Doraemon nos saca de ese paraíso del trabajo infantil antes de que alcancemos status de latifundistas.
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Reseña realizada por Natalia Giraldo con una copia digital de Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom para Nintendo Switch brindada por Bandai Namco.
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