Ya son casi 40 años desde que, con su lanzamiento en 1986, Dragon Quest definió cómo debía sentirse un juego de rol japonés. Con su estructura de héroe solitario, castillos, aldeas, mazmorras y monstruos que parecían salidos de un cuento de los hermanos Grimm, estableció las bases de todo un género. Su secuela, lanzada un año después, amplió el mundo, sumó compañeros de viaje y dio la sensación de una verdadera aventura en un mundo de magia.
Dragon Quest I & II HD-2D Remake llega como una reinterpretación que busca capturar esa magia, pero adaptada a los estándares actuales. Quizá también para celebrar anticipadamente el aniversario de la saga y acercar a los no tan jóvenes a estos juegos que ya habíamos visto remasterizados en versiones móviles y de PC.
Square Enix le sabe
Square Enix ha perfeccionado su ya emblemático estilo HD-2D, y para este tipo de juegos funciona de maravilla. Alefgard y Midenhall, dos ciudades clásicas del juego, parecen maquetas iluminadas desde dentro, con reflejos, niebla, efectos de luz y aldeas llenas de vida.
Al iniciar el juego tenemos un selector para elegir cuál título jugar, lo cual es normal. Lo que no nos pareció tan bien fue la interfaz unificada entre ambos juegos, una decisión que no tiene justificación y parece algo perezosa. Está pensada para manejar un grupo de varios personajes, pero en el primer Dragon Quest el protagonista viaja solo. Esto hace que los menús se sientan innecesarios y que varios ítems parezcan inútiles hasta que el jugador entiende que simplemente no hay nadie más que los use. Incluso puede dar la falsa impresión de que más adelante se unirán compañeros a la party.

Aunque al final no influye tanto en el desarrollo del juego, es molesto, especialmente en un remake que cuida tanto la presentación, y para los nuevos jugadores puede resultar bastante confuso.
Curiosamente, esa misma interfaz encaja perfectamente en Dragon Quest II. Allí sí controlamos tres héroes, y el sistema cobra sentido: equipar, cambiar habilidades o planear turnos se vuelve intuitivo. Es irónico que algo que estorba en el primero funcione tan bien en el segundo.
Y aquí viene otro Slime
El sistema de batalla sigue siendo el mismo de toda la vida: combates frontales, sin ver al personaje ni animaciones de ataque. En los ochenta —y hasta en los noventa— eso era aceptable, pero en 2025 se siente rígido. Aun con la opción de acelerar turnos, las peleas largas terminan volviéndose monótonas. Falta dinamismo, falta emoción. Un sistema lateral o animaciones simples habrían sido un cambio natural sin romper la esencia del original. Eso sí: al comienzo de la pelea podemos ver a nuestro personaje, y los diseños de los enemigos en primer plano no están nada mal.


El grindeo —esa rutina de combatir una y otra vez para subir de nivel— es lo esperado y puede llegar a ser agotador. Aunque los enemigos dan más experiencia y el progreso es más rápido, sobre todo en el primer juego, donde ya no hay solo batallas 1 vs. 1, la frecuencia de los encuentros aleatorios hace que la aventura pierda ritmo. Hay momentos en los que uno pelea más por obligación que por gusto, pues no se puede avanzar sin subir lo suficiente de nivel.
Por suerte, el remake introduce detalles para los jugadores que no solo van por el grindeo. Desde la configuración del juego podemos elegir tres niveles de dificultad, con opciones que facilitan la experiencia —como marcadores de cofres o direcciones de objetivo— para quienes solo van por la historia. Estas opciones se pueden activar o desactivar en cualquier momento, y en nuestra experiencia, durante el rush por completar la misión rápido, las usamos un par de veces.

También, entre las novedades, nos ha gustado mucho la llegada de los scrolls (pergaminos), que permiten aprender habilidades nuevas, mientras los sigils (emblemas) le quitan algo de monotonía a solo lanzar poderes, pues pueden cambiar el comportamiento de algunos ataques cuando se cumplen ciertas condiciones. Por ejemplo, la estocada dragón se potencia cuando la salud está a la mitad y ya se ha encontrado el sello solar, ofreciendo así dos ataques distintos.
Vida y obra de Erdrick
El primer Dragon Quest siempre fue una historia contada más por el entorno que por sus personajes. Este remake le da un poco más de alma. Ahora el héroe tiene contexto, origen y propósito; los pueblos y NPC también se sienten más conectados. No se trata tampoco de que se hayan agregado grandes recursos narrativos o desarrollo de personajes, pero sí de una capa narrativa que le da coherencia a su viaje y lo conecta con Dragon Quest III, que en términos de historia es la precuela.

Aun así, hay detalles que no cuadra. La relación sentimental del protagonista sigue siendo un error de tono y medio “plop” como sucede. Ocurre sin desarrollo, sin sentido, y no es que rompa el ritmo de la historia: es más bien chistoso y anticlimático. También se agradece que el personaje tenga alguna palabra, incluyendo una mínima actuación de voz.
En contraste, Dragon Quest II logra un mejor equilibrio. Tener tres héroes permite escenas más dinámicas, diálogos con ritmo, y en esto los escritores se esforzaron para que el viaje se sintiera más divertido. Además, trae nuevas regiones: la región submarina, con la ciudad de las sirenas Mersea, es uno de los puntos más altos del remake. Es visualmente hermosa, bien construida y acompañada por una de las mejores piezas musicales del juego. Allí aparece Mariella, una hechicera nueva que se integra con naturalidad y amplía la trama de Hargon. Las novedades en los juegos se sienten como si hubiesen estado ahí siempre, y viendo hacia atrás, ya no los imaginamos sin esas secciones.

El juego también incluye escenas cinematográficas o cutscenes breves, pero muy bien realizadas. Algunas recrean momentos clásicos y otras sorprenden con guiños al futuro de la saga. No son muchas, pero funcionan para dar contexto o emocionarnos, y más aún porque incluyen actuaciones de voz en momentos clave.
Más allá de la nostalgia
Como lo mencionamos, Dragon Quest I & II HD-2D Remake completa la trilogía de Erdrick, uniendo las tres historias que construyeron el mito. En orden cronológico, Dragon Quest III ocurre primero, seguido de estos dos capítulos. Jugar los tres es recorrer el linaje del héroe y entender cómo la serie se convirtió en lo que es hoy.
La banda sonora reorquestada de Koichi Sugiyama es un lujo. Los temas clásicos suenan más vivos y envolventes, y los efectos ambientales complementan sin exagerar. El doblaje en inglés —aunque no tiene voces en español— funciona muy bien, aunque la gran mayoría de jugadores seguramente pondrá las voces en japonés, que también están incluidas.

En la Nintendo Switch 2, donde reseñamos el juego, corre impecable: resolución limpia, animaciones suaves y tiempos de carga casi inexistentes. Cada rincón está lleno de detalles que hacen que los clásicos parezcan nuevos, incluso jugándolo desde el televisor.
Para nuestra región la traducción al español latino es una gran novedad y funciona muy bien. Por fin un Dragon Quest se siente cercano a nosotros, aunque con un par de detalles que no nos gustaron: tiene algunos modismos “mexicanizados” (encontraremos palabras como “órale”, “cuates”) y en algunos momentos parece como si se hubiera dejado la base de la traducción para España, pues hay palabras que no se usan en América Latina. Esperamos que en próximas entregas sea algo más neutral.
Con todo esto, al completar ambos juegos —que pueden tomar al menos 30 horas si se usan todas las ayudas y el nivel “dragoncito” (fácil), y más de 50 horas en una partida normal— podemos decir que el resultado es una experiencia cálida, cuidada y respetuosa. Pero también es un recordatorio de que el pasado, por más bonito que se vea, pesa. El combate se siente obsoleto, el grindeo puede cansar y en algunos casos se vuelve repetitivo. Eso si, cuando suena la fanfarria y el héroe alza su espada, se siente ese viejo impulso de aventura que ninguna modernización puede reemplazar, y que para los jugadores de antaño será como un refugio 2.5 bits al que siempre se puede volver.
Reseña hecha con una copia digital de Dragon Quest I & II HD-2D Remake para Nintendo Switch 2 brindada por Square Enix. El juego también está disponible en Nintendo Switch, PS5, Xbox Series X/S y PC.



Y sí lo jugaron en español? Porque los nombres de los lugares los dejan en inglés o usan sus propias traducciones (los Sigils son sellos no emblemas).