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¿Es verdad que los juegos de Ubisoft carecen de ‘temas políticos’?

Ubisoft continúa negando que sus juegos tengan mensajes político, pero todo parece indicar que están equivocados.

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Durante su conferencia en E3 2019, Ubisoft presentó Watch Dogs Legion. En este juego controlamos a una organización revolucionaria que se opone al gobierno fascista que surgió en la Inglaterra post-Brexit. Nuestros principales enemigos serán policías y agentes del estado.

El mensaje que transmite este planteamiento es claro. El actual camino que sigue Inglaterra puede desembocar en autoritarismo y la única forma de enfrentar eso es mediante la resistencia violenta. A pesar de esta fuerte y controversial idea, Ubisoft es una empresa que insiste en que sus juegos “no tienen mensajes políticos”.

La aversión de esta empresa hacia las obvias temáticas de sus juegos no es nueva, pero se hizo clara tras el lanzamiento del primer The Division. Este nos pone en control de una agencia secreta del gobierno que entra en acción cuando un desastre interrumpe el funcionamiento normal de la sociedad. La forma en que se presenta en el juego y la autorización que tenemos para matar saqueadores (los cuales no necesariamente son más que personas desesperadas por sobrevivir) le dan un tono bastante problemático a la trama, pero el juego prefiere ignorar eso.

Luego llegó Far Cry 5. Este presentó temas como el fundamentalismo religioso, la existencia de milicias civiles, la proliferación incontrolable de armas de fuego y el caudillismo, pero se negó a confrontarlos, criticarlos o tomar una posición al respecto. Aquí en GamerFocus presentamos un análisis de dichos temas en dos partes que pueden leer aquí y aquí.

¿Connotaciones cristianas? ¿Dónde?

En respuesta a estas controversias, Yves Guillemot —CEO de Ubisoft— expresó lo siguiente en una entrevista con The Guardian:

“Nuestra meta con los juegos que creamos es hacer que la gente piense. Queremos ponerlos en frente de preguntas que no siempre se hacen a sí mismos. Queremos que nuestros jugadores escuchen diferentes opiniones para que formen su propia forma de pensar”.

Esto suena muy bonito, pero en práctica es poner en la misma bolsa varias ideologías —algunas de las cuales promueven odio, intolerancia y abuso— y decirle al jugador que todas tienen puntos válidos. Siguiendo como ejemplo los juegos antes mencionados, es claro que ‘la División’ es propensa a abusar de su poder y que los fanáticos religiosos que siguen a Joseph Seed son locos peligrosos, pero Ubisoft nos dice que “tal vez tienen un poco de razón”.

¿Por qué hacen esto? Para no comprometerse. En este momento, el mundo es víctima de una terrible polarización política. Mientras grupos progresistas exigen el respeto de los derechos de las mujeres, minorías y luchan por la representación cultural positiva de estos grupos, la ultraderecha reacciona de modo cada vez más agresivo contra estos temas y varios países han puesto en el poder a personas con tendencias fascistas y autoritarias. Cualquier cosa que diga o mencione alguno de los dos grupos es respondida con fuerza y rabia por el otro. Las decisiones tomadas en esta ‘guerra cultural’ están afectando millones en todo el mundo.

Son muchos quienes creen que el arte es una fuerza poderosa en medio de esta situación. Las historias pueden ayudar a humanizar a grupos de personas, empoderarlos y animarlos en las dificultades que enfrentan día a día. Pueden reflejar la realidad y hacer una crítica contra las injusticias de forma que puedan influenciar positivamente a su público. Pero esto implica tomar partido y, en teoría, alienar a la parte de los consumidores que está en desacuerdo con ese mensaje. Esto es a lo que Ubisoft parece temer.

Miranda Comay, personaje transexual de Watch_Dogs 2 que hizo que muchos jugadores de derecha atacaran a Ubisoft por «meter temas políticos en el juego».

Existe la creencia, no necesariamente correcta, de que la mayoría de jugadores tienen tendencia política de derecha. Esta percepción se da a causa de la agresiva reacción que tienen en redes sociales las noticias sobre la inclusión de temas progresistas en videojuegos. Las revelaciones de personajes femeninos, de raza diferente a la blanca, LGBTI+ y de temas de oposición al ‘status quo’ son recibidos con insultos, amenazas y acoso contra los desarrolladores. Efectivamente, la situación actual ha “politizado” la identidad de las personas. Ahora, la simple presencia de personajes que no sean hombres blancos heterosexuales cisgénero es considerada ‘un comentario político’.

La situación llegó al extremo en que algunos miembros de la ultraderecha acusaron a Wolfenstein: The New Colossus de ser racista contra la gente blanca.

Esta clase de personas creen que el simbolismo, metáforas, temas y subtexto en los videojuegos ‘mancilla’ un medio que está hecho solo para su diversión. Esta forma de pensar atenta contra la importancia misma de las historias. Hasta las tramas mas sencillas pueden ser representativas de las creencias, políticas y formas de pensar de sus creadores.

Ubisoft pretende que la imagen del capitolio de Estados Unidos en llamas no tiene ninguna carga política.

Cerca del lanzamiento de The Division 2, el cual se desarrolla en Washington D.C., Ubisoft usó noticias políticas de Estados Unidos como el cierre del gobierno a comienzos de 2019 y la situación fronteriza con México para promocionarlo. Incluso entonces, Ubisoft negó la naturaleza política de la trama del juego, alegando que “todo es una simple fantasía”, “no toman partido político” y “la elección de Washington es simplemente porque querían que los jugadores exploraran esa ciudad, no por su importancia gubernamental”. Estas fueron las palabras al respecto del Alf Condelius, jefe operativo de Ubisoft Massive. También agregó que “ser abiertamente políticos es malo para el negocio”.

Las cosas parecían haber cambiado durante E3. En la presentación de Watch Dogs Legion, la simple mención del Brexit —la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea— le dio un tono inequívocamente político al juego. En una entrevista con The Daily Telegraph, el director creativo Clint Hocking aceptó que esta obra sí tiene un mensaje:

“Las cosas en el mundo están difíciles y parece que se pueden poner aún peor. La gente ordinaria debe poner de lado sus diferencias y unirse. No son los políticos los que nos van a salvar a todos. Somos nosotros quienes debemos luchar contra las cosas que están obviamente mal”.

Es un mensaje un poco centrista, pero con una gran carga sociopolítica. Sin embargo, parece haber dado un paso atrás al respecto. En conversación con la BBC, Hocking dijo que “Brexit no es la causa de los problemas que mostramos en el juego, sino las razones que causaron Brexit”. Esto contradice todo lo que se había insinuado antes sobre Watch Dogs Legion y retorna a la posición normal de Ubisoft de negar la carga política de sus títulos.

Los videojuegos no son solo entretenimiento. Son un importante medio artístico y narrativo con la capacidad de contar historias y crear experiencias que ayuden a darle sentido a nuestro mundo. Seguir negando su potencial y sus mensajes solo sirve para mantener a la industria amarrada a un pasado en que los videojuegos eran considerados un juguete.

Para terminar, los quiero dejar con esta frase de Desmond Tutu:

“Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.

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