Aún después de jugarlo por largos ratos, sigo confundido con el propósito de FBC Firebreak. No es una de las grandes experiencias narrativas a las que nos tiene acostumbrado Remedy, no ofrece grandes innovaciones en el género de los juegos de disparos cooperativos ni tiene grandes ideas que ofrecer al mundo de los juegos como servicios. Su principal atractivo es desarrollarse en el mismo universo que otros juegos del estudio, pero incluso esto parece desaprovechado.
Lo sé. Ese primer párrafo no da muchas esperanzas. La verdad es que este no es un mal juego. Tuve partidas bastante divertidas y tensionantes. En una de ellas, dos de los miembros del equipo logramos llegar al elevador de escape estando al borde de la muerte y fue una experiencia increíble… pero es una que he tenido en otros títulos similares. ¿Hay realmente algo especial en este título?
Lo más llamativo, al menos para los que somos fanáticos del genial Control, es que FBC Firebreak se desarrolla dentro de la Casa Inmemorial. Los personajes son agentes de la Oficina Federal de Control que han estado atrapados por seis años luchando contra las fuerzas del Hisss y aquí continuamos su trabajo tratando de contener a los enemigos mientras mantienen funcionales las operaciones de la organización. Eso se traduce en disparar a hordas de docenas de enemigos mientras reparamos dispositivos, llevamos objetos a un contenedor y empujamos una carga a su destino.
¿Casa Inmemorial? ¿Hisss? Si no saben qué son esas cosas, probablemente estén en el lugar equivocado. El juego asume que entendemos cuál es el escenario y no hace ningún esfuerzo por familiarizar con estos conceptos a quienes no han jugado Control. Tampoco es que importe mucho porque, al menos con el contenido que tiene en lanzamiento, no hay mucha historia en el juego. A veces escuchamos algunas frases graciosas con tono de “oficinista sobrenatural” mientras estamos en el lobby y durante las misiones escuchamos a un hombre de acento sureño comentar sobre los eventos, pero eso es casi todo.
Los mapas también están inspirados en escenarios de Control —como la zona de mantenimiento y la cantera de Roca Negra— y usan muchos elementos visuales que reconocemos de la aventura de Jessie. La mayoría de enemigos también son viejos conocidos y aunque hay algunas novedades en este aspecto, no son especialmente llamativos.

¿Qué nos queda entonces? La jugabilidad. Afortunadamente, FBC Firebreak es bastante sólido en ese aspecto y aunque no hay mucha originalidad en los objetivos de los mapas ni en las mecánicas, disparar contra los enemigos es divertido y las misiones pueden ponerse bastante intensas, especialmente en los niveles de dificultad altos. Pero lo mismo se puede decir de muchos otros títulos similares. No me hizo sentir nada que no hubiera sentido antes jugando Left 4 Dead 2 o Vermintide.
Otro punto fuerte que tiene FBC Firebreak es la gran variedad de opciones de personalización. Para comenzar podemos elegir entre tres tipos de trabajos con un kit de limpieza (curación, apagar fuegos y mojar enemigos), kit eléctrico (energizar objetos y electrocutar enemigos), kit de reparación (reparar objetos y dar fuertes golpes cuerpo a cuerpo) y Remedy ya dijo que agregará más en el futuro. También podemos elegir entre diferentes armas y habilidades pasivas que vamos desbloqueando a medida que subimos de nivel. En conjunto, todo esto se presta para una gran variedad de ‘builds’ que ofrecen sinergias divertidas entre jugadores. De ese modo, un equipo bien armado de tres jugadores tiene muchas más probabilidades de salir adelante en las misiones más complicadas.

Pero subir de nivel requiere jugar las mismas misiones una y otra y otra y otra vez. Cada vez que las repetimos pueden cambiar cosas como la ubicación de objetivos y tipos de enemigos —radicalmente si jugamos en los niveles de dificultad más altos— pero se vuelve repetitivo rápidamente.
Lo que más aprecio de FBC Firebreak es que a pesar de ser un juego como servicio, evita los elementos más molestos de este tipo de títulos. No tenemos pases de batalla limitados, microtransacciones, diferentes tipos de monedas ni nada de eso. Casi todo se desbloquea gratis y solo hay un paquete DLC con objetos cosméticos. Aplaudo mucho eso y desearía que otros juegos siguieran ese ejemplo.

La verdad es que no hay mucho más que decir. Esta es una obra competente que puede resultar divertida en ocasiones, pero no ofrece nada nuevo ni especial que me haga seguir jugando. Yo siento mucha nostalgia por el mundo de Control —es uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos— y estaba ansioso de volver a la Casa Inmemorial, pero no de esta forma.
Eso sí, no olvidemos que es un juego como servicio y eso significa que con unas cuantas actualizaciones puede mejorar notablemente. Esperamos que así sea.

Reseña hecha con una copia digital de FBC Firebreak para PS5 provista por Remedy Entertainment. Este juego también estará disponible para Xbox Series X|S y PC.