Es imposible no enamorarse de Frogun a primera vista. ¡Solo mírenlo! ¡Es absolutamente adorable! No importa si no sienten nostalgia por la época de los videojuegos que está referenciando, su estilo gráfico ‘low poly’ y lleno de colores vivos nos atrapa de inmediato. Sin embargo, bajo su tierno exterior se esconde un juego capaz de hacernos gritar los peores improperios a la pantalla.
Este es un juego de plataformas 3D que, claramente, está inspirado en títulos de la era de Nintendo 64 y el primer PlayStation. Nos recuerda a obras como Chameleon Twist, Donkey Kong 64, Croc y, por supuesto, Super Mario 64. El problema es que también heredó los aspectos más negativos de esos títulos, unos que no solemos recordar debido al lente nostálgico que usamos cuando pensamos en ellos.
En Frogun controlamos a Renata, la pequeña hija de una pareja de famosos arqueólogos que la llevan a una expedición a unas misteriosas ruinas. Cuando ellos desaparecen por varios días, la niña toma la decisión de ir a buscarlos con la ayuda del mejor invento de sus padres: la pistola-rana.
Nos sentimos muy confundidos cuando comenzamos a jugar. Los escenarios nos llamaban a explorar cada uno de sus rincones, pues estaban llenos de lugares secretos, monedas y toda clase de objetos coleccionables. Pero ese diseño de niveles que parece fantástico a simple vista se destruye por completo cuando tratamos de guiar a Renata.
No es que la protagonista sea difícil de controlar, sino que sus habilidades parecen hechas para un estilo de juego muy diferente. El problema es el arma que le da nombre al juego. La Frogun sirve para atacar enemigos, atraer objetos hacia nosotros para luego arrojarlos y pegarse de ciertas paredes para jalarnos rápidamente hacia ellas. Esta mecánica suena perfecta para toda clase de enfrentamientos, puzles y retos de saltos… si no fuera tan perjudicada por su sistema de apuntado.
Igual que su estilo gráfico, el sistema de control de Frogun también está inspirado en los juegos de plataformas 3D de los noventa. Debido a esto, apuntamos la pistola-rana solo en la dirección hacia la que mira Renata. Hay un apuntado semi-automático, pero no siempre busca el objetivo que queremos. Todo eso hace que usar el arma sea muy poco confiable.
Una vez nos acostumbramos a este sistema de control, este título puede resultar bastante divertido, al menos por un tiempo. Los niveles de la primera mitad del juego no son muy exigentes y explorarlos con un ritmo relajado es agradable. Pero entonces llega un salto de dificultad inesperado. De repente tenemos que usar la pistola-rana con absoluta precisión para superar obstáculos especialmente complejos.
El impreciso apuntado del arma no es el único problema de Frogun, pues rápidamente se le suman el manejo de la cámara y la baja frecuencia de los ‘checkpoints’. Superar algunos obstáculos en cadena requiere posicionar nuevamente la cámara a una velocidad que el juego simplemente no nos permite. Aunque tenemos vidas infinitas, caer a un abismo nos regresa a un ‘checkpoint’ que muy probablemente no esté cerca del punto en que morimos Esto hace que los últimos niveles del juego resulten especialmente frustrantes.
Esto nos hizo dar cuenta de cuál es el corazón del problema: los niveles están diseñados perfectamente para un juego con una cámara fija o de movimiento limitado. Cada reto parece estar pensado para una aproximación con una vista específica que no siempre resulta obvia. Es por esto que tantas veces perdemos una vida por culpa de caídas y enemigos que no podemos ver o por qué aparecen obstáculos de la nada que bloquean nuestra visión. No teníamos la cámara posicionada correctamente y no teníamos forma de saberlo.
Estos problemas resaltan especialmente en los niveles de carreras. Además de la presión del tiempo, tienen un personaje que no hace sino estorbar. El enfoque en la colección de objetos tampoco lo ayuda. Hay niveles con literalmente cientos de cosas a encontrar y puede ser descorazonador encontrarlos todos solo para perder la mitad por caer a un hueco que no vimos.
Quienes van a disfrutar más de Frogun son los completistas que no le tienen miedo a los retos más difíciles y los ‘speedrunners’. De hecho, la gran cantidad de atajos que tienen los niveles y la alta precisión requerida para superar algunos de sus obstáculos lo hacen perfecto para este tipo de jugadores. No en vano incluye un contador de tiempo. También hay retos opcionales que se desbloquean tras finalizar el juego, como nuevos niveles con una dificultad aún más alta. Además, ¿quién se puede resistir a intentar desbloquear todos los sombreros que puede usar Renata?
También hay un un minijuego especial para dos jugadores, pero se siente más como una simple curiosidad que como una parte importante de la experiencia. Creemos que está aquí porque muchos de los juegos que este título imita tenían modos de juego similares.
A pesar de todos los problemas que tiene —a los que también debemos sumar los ‘bugs’ que encontramos— no podemos negar su encanto. Tenemos que reiterar lo fantástico que es su apartado gráfico y lo bien que representa el espíritu de los videojuegos de los años noventa. ¡Hasta su desbalanceada dificultad parece sacada de esa época!
Tristemente, este no es el único juego que comete errores tratando de imitar los títulos de plataformas de los noventa.
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Reseña hecha con una copia digital de Frogun para PS4 brindada por Top Hat Studios.
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