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[Hablando de…] SOMA

Un juego de horror y ciencia ficción que nos hace preguntar sobre lo que realmente significa ser humano.

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Soma /ˈsəʊmə/ – Origen griego
1. El cuerpo como algo distinto del alma, la mente o la psique.

 

La ciencia ficción siempre es mejor cuando habla sobre la humanidad. Autores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Octavia Butler y China Mieville sabían bien esto y por eso sus obras son tan relevantes. Este género no habla exclusivamente de civilizaciones del futuro, robots, extraterrestres y tecnología increíble. Usa estos elementos para explorar la sociedad, la razón de ser de la humanidad e incluso conceptos como el alma y la espiritualidad.

El escritor Mikael Hedberg, conocido por su trabajo en el guión de Amnesia: The Dark Descent, sabía bien esto y lo aplicó a SOMA, un juego de supervivencia y horror de Frictional Games que se puso a la venta en 2015, convirtiéndolo en una de las mejores historias de ciencia ficción.

Esto no es una exageración.

Por eso, y ya que hace un tiempo se lanzó una actualización para este título que hace cambios considerables, es hora de hablar sobre SOMA de nuevo y reevaluarlo un poco.

Nuestro protagonista es Simon Jarret, un habitante de Toronto que sobrevive a un accidente automovilístico, pero sufre de una grave herida en el cerebro. Solo le quedan algunos meses de vida. Buscando una cura, acepta participar de un escaneo cerebral experimental. Este tiene como objetivo crear un modelo de su cerebro sobre el cual probar diferentes tratamientos. Pero al despertar del procedimiento, Simon se encuentra en una extraña base submarina en terrible estado, donde encuentra extrañas criaturas robóticas y aterradores seres.

Esta trama nos presenta un universo intrigante donde las ganas de comprender lo que está ocurriendo nos impulsa hacia adelante. Recordemos que SOMA no es un juego de disparos ni de acción. Es un título de tensa exploración, sigilo y algunos puzles en los que no tenemos forma de defendernos de las monstruosas entidades que tratan de acorralarnos. Pero no se preocupen, que estos encuentros monstruosos no son el principal foco del juego.

SOMA

Nuestra misión es descubrir qué es este lugar y cómo llegamos allí. Una vez que sabemos lo ocurrido, nuestro objetivo cambia para dar lugar a… una historia que no revelaremos aquí para no arruinar la increíble experiencia que es descubrirlo por ustedes mismos.

Las revelaciones en SOMA no se presentan como grandes sorpresas ni impactantes giros en la trama. Son momentos de reflexión y comprensión que se dan mientras leemos los registros de un computador o hablamos con uno de los pocos seres conscientes que quedan en la estación. De hecho, es posible no enterarnos de buena parte de la trama si decidimos no explorar ni interactuar con ciertos elementos. La estructura del juego nos da mucha libertad para investigar la historia o ignorarla.

Los jugadores que mejor conozcan la ciencia ficción, temas de transhumanismo e inteligencias artificiales podrán asumir casi desde el principio lo que ocurre con la trama, pero eso no importa mucho. La forma en que aborda estas ideas y las usa para reflexionar sobre la naturaleza humana es lo que la hace especial. No son conceptos nuevos, pero nunca se habían presentado de una forma tan bien planteada para hacernos pensar en la implicaciones que tienen para los seres humanos. Incluso pueden cambiar la forma en que nos definimos filosóficamente a nosotros mismos.

No es exageración. SOMA llega a niveles realmente profundos con sus temas. La forma en que presenta la ciencia detrás de todo esto también resulta muy intrigante y, en ocasiones específicas, incluso convincente.

El gran problema de este título es que en nuestra misión es interrumpida en ocasiones por los seres monstruosos que sobreviven en la base. No son muchos, pero rompen de raíz con el ritmo del juego y están muy mal implementados. Aunque tienen sentido dentro de la historia del juego, no encajan con sus mecánicas. Simon no puede hacer más que correr, salir de su línea de visión y, si no lo han detectado, arrojar algún objeto para distraerlos.

SOMA

Aunque estas secuencias pueden llegar a ser tensionantes, muchos jugadores y críticos no las consideraron divertidas ni mecánicamente atractivas. Estos monstruos también suelen aparecer en secciones laberínticas o donde debemos llevar objetos de un lado a otro, no dejando más opción que sentarnos a esperar que decidan dejar el área para poder movernos. Cuando se lanzó originalmente el juego, estos tediosos momentos fueron su elemento más criticado. Algunos incluso dijeron que arruinaba lo que de otro modo sería un juego perfecto.

En verdad, los monstruos sobran un poco. La ambientación e implicaciones de la historia ya son suficientes para provocar miedo y noches de insomnio. Un jugador creó un mod para PC que removía los monstruos y fue muy bien recibido. Esto plantea una cuestión interesante. ¿Debe SOMA ser un videojuego? ¿No funcionaría mejor como un libro o una película? Muchos llegarán a una conclusión positiva. Que los monstruos y puzles presentes solo están aquí porque son elementos típicos de los videojuegos, pero que no aportan a la historia.

También hay razones para estar en desacuerdo. La interactividad que tenemos con este mundo y el vínculo que creamos con Simon al controlarlo aportan a SOMA una dimensión extra. Sin ello, las dudas filosóficas que plantea no serían dirigidas a nosotros como jugadores. Hay decisiones opcionales, como desconectar determinados equipos o interactuar con ciertos personas, que tienen una carga moral. Aunque no afecten el desarrollo, afectan nuestra visión de los eventos. Eso es algo que solo un videojuego puede lograr.

Eventualmente, Frictional Games comprendió que podía mejorar su propio juego. Aprovecharon el lanzamiento de la versión de SOMA para Xbox One a finales de 2017 y lo actualizaron con un ‘Modo Seguro’. Esta modalidad no se deshace de los monstruos, pero cambia sus patrones de comportamiento para volverlos casi inofensivos. Esto mejora increíblemente el juego, pues ya no ralentiza el desarrollo de la historia y hace los momentos de persecución en laberintos mucho más tolerables. Los monstruos siguen siendo muy aterradores, por lo que de todos modos querremos evitarlos. Los jugadores que quieran la experiencia original aún pueden tenerla en el modo clásico.

SOMA

Con o sin ‘modo seguro’, SOMA es una experiencia altamente recomendable sobre todo para fanáticos del horror y la ciencia ficción. Su intrigante historia y las implicaciones que tiene son suficientes para mantenernos horas mirando el techo pensando en lo que significa ser humanos. Sus lúgubres escenarios y momentos de body horror no tienen nada que envidiarle a las obras de H.R. Giger ni a las películas de David Cronenberg.

SOMA fue uno de los juegos gratuitos de PS Plus en diciembre de 2018, así que es posible que ya lo tengan en sus bibliotecas de PlayStation 4. Merece mucho la pena.

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