Hatsune Miku: Project DIVA X – La reseña

Como muchas cosas en la vida, los juegos de ritmo (para mí) son cuestión de práctica. Todo empieza lentamente, con comandos que casi parece que no coordinaran con la música por la propia lentitud de la reacción mientras nos acomodamos a los controles. Luego, después de un par de sesiones, oprimir combinaciones de botones en secuencias rápidas se vuelve natural: entramos en una especie de trance.

Hatsune Miku: Project DIVA X de Sega y Crypton Future Media es el último en una larga línea de juegos de ritmo alrededor de la popular Hatsune Miku, pero el primero para PS4. Es un juego de ritmo estándar, con la única diferencia aparente siendo que las notas en cada canción vuelan desde todos los lados de la pantalla (cosa que todavía me causa confusión) y una enorme selección de ropa para vestir a los personajes (los “Vocaloids”). Por fortuna el juego ofrece varias cosas más para animar la experiencia.

Para los que aún no saben, Hatsune Miku es una celebridad musical japonés, pero peculiar. Detrás de su pelo azul eléctrico y su tierna apariencia anime no hay una actriz de voz, sino un complejo software de edición y sintetización de voz. Es una celebridad fabricada en laboratorio de tecnología y que se presenta en conciertos en vivo como holograma. Junto con ella hay otros personajes virtuales (también músicos) que se llaman “Vocaloids”. Es una forma de entretenimiento que no está muy cerca de las sensibilidades de occidente y para muchos sonará bastante extraño.

Pero adelante con el juego.

La historia de Project DIVA X no es nada del otro mundo y es apenas una buena excusa para progresar en el juego. Por alguna razón extraña Hatsune Miku y los Vocaloids (sus cinco coloridos amigos) no pueden cantar por sí solos: los “cristales” han perdido su energía y necesitan nuestra ayuda (algo así). Así que nos convertimos en una suerte de managers del grupo de cantantes/músicos liderado por Miku, curiosamente conscientes de que son virtuales y que sin un intermediario humano no podrían hacer nada.

Nuestro rol principal, claro, es ayudar con cada canción para generar la mayor cantidad de “voltaje” y llenar de energía los cristales. Entre más precisos seamos al oprimir los botones, más voltaje generaremos, sencillo. Pero eso no es todo. Hay cinco cristales en total, cada uno con una temática particular que gira alrededor de un estilo: cool, clásico, extravagante, etc; y con cinco canciones y un evento final (que es un popurrí y mezcla de las canciones anteriores). Para hacer la mayor cantidad de puntos, entonces, es importante que el atuendo de nuestros Vocaloids pertenezca a ese mismo estilo, así que antes de cada canción tenemos un mini-juego de dress-up para lograr la mayor bonificación posible por canción -que es ridículamente interesante con la enorme cantidad de atuendos y accesorios-.

La forma de desbloquear o adquirir la ropa y accesorios es, tal vez, lo más interesante de este juego de ritmo. En otros juegos basta con cumplir con ciertos retos o vencer algunas canciones, pero en Project DIVA X cada canción nos da una oportunidad para desbloquear un atuendo especial para nuestro cantante principal (importante, porque si se quiere desbloquear ropa para todos los Vocaloids hay que ponerlos como primera voz). Más o menos llegando al final de cada canción hay una sección especial que si vencemos con suficientes puntos detonamos un cambio de ropa. Es una mecánica interesante, aunque el espectáculo de luces, una transformación lo más japonesa posible, en ocasiones puede ser algo confuso, causando toda clase de errores de ritmo.

Pero aquí no acaban los bonos que podemos obtener. Varias canciones tienen varias pistas de voz que podemos asignar a cualquiera de nuestros seis personajes (aunque Miku definitivamente es la principal y la que “canónicamente” canta casi todas las voces principales). Para tomar ventaja de nuestros amigos Vocaloids, es importante aumentar nuestro nivel de amistad con ellos, lo que aumenta la bonificación de cantar con ellos. Los regalos los obtenemos como premio después de vencer una canción y cada Vocaloid tiene sus preferencias que hará expresas de vez en cuando.

Entre canción y canción hay fragmentos de trama que más o menos siempre tienen que ver con cómo los Vocaloids se acoplan a estos distintos estilos musicales. No es lo más interesante y se puede saltar sin consecuencia alguna.

Además de los performances ordinarios que van desbloqueando las canciones, también podemos realizar eventos (al fin y al cabo somos managers). Cada evento consta de tres canciones (cada una con el estilo que queramos) a las que debemos asignar uno de nuestros Vocaloid, vestidos de la manera apropiada para maximizar los puntos. Completar los eventos con la mayor cantidad de puntos desbloquea accesorios o atuendos “raros” para nuestros personajes.

Todas las canciones tienen la opción de estar en caracteres japoneses, romanji (transliteración del japonés) o traducidas al inglés que puede resultar interesante para algunos. Por mi parte, el flujo del juego me dejaba poco espacio para distraerme con leer las letras o, inclusive, fijarme realmente en lo que estaba pasando en el escenario. También hay otra cantidad de opciones de personalización en nuestro menú principal, un modo de fotografía y otra sección de juego libre y prácticas en las que podemos explorar las canciones que ya hemos desbloqueado, pero no son el núcleo del juego.

Reseña hecha con una copia de Hatsune Miku: Project DIVA X en su versión de PS4 brindada por SEGA.