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[Opinión] Horizon Forbidden West: la religión a través de los ojos de Aloy

¿Puede una máquina ser un dios? ¿Importa que lo sea?

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Para muchos académicos, las religiones son una de las bases de la civilización. Es por esto que una historia como la de Aloy en Horizon Zero Dawn y Forbidden West —en la que la humanidad resurge en forma de sociedades tribales— no podía dejar la religión de lado.

Entre las tribus del mundo del juego tenemos a los Nora, creyentes en la “diosa madre” de la que se originó la humanidad. Los Carja que rinden culto al dios sol y los Banuk y Utaru que adoran a las máquinas. Otras tribus tienen culturas formadas alrededor de la admiración hacia los antiguos o el concepto de “la forja universal”. Pero no nuestra protagonista. Aloy no cree en ninguno de los dioses o figuras divinas de las demás tribus de Horizon Zero Dawn y Forbidden West, ella es atea.

Losing my religion

Cuando era una niña, Aloy encontró un Foco que le dio una visión del mundo completamente diferente a la que le habían enseñado. Aprende cómo funcionan las máquinas y cuál es la explicación científica de las voces y fenómenos que los demás ven como intervenciones divinas.

A causa de esto, es comprensible que Aloy sienta aversión a la idea de la religión, pero no es la única razón. Ella fue rechazada desde que era una bebé y convertida en una paria porque las condiciones de su nacimiento no encajaban con los preceptos de la religión de su tribu. Esto hizo que los primeros años de su vida fuesen muy difíciles.

Horizon Forbidden West: la religión a través del ateismo de Aloy

¡Pero esperen! ¡Hay más! Aunque Aloy no experimentó directamente su horror, la mayoría de tribus de su mundo fueron afectadas por los ‘Asaltos Rojos’. Estos fueron una serie de invasiones realizadas por el ejército del anterior rey Carja para secuestrar ‘herejes’ y sacrificarlos al dios sol. Aunque el actual rey está tratando de enmendar todo el dolor causado por estos atroces actos, hizo que muchos desconfiaran de los Carja y la religión que motivó tantas muertes.

El ateísmo de Aloy

Cuando jugué Zero Dawn años atrás, no fue solo la inherente bondad y buen corazón de Aloy lo que me enamoraron de ella, sino también su astucia y malicia. En las primeras horas de juego la vemos burlarse de un sacerdote Carja que no logra explicar por qué su deidad solar es masculina (“es una bola de luz en el cielo, nunca le he visto nada colgando”). Es una rebelde que le lleva la contraria a monjes, militares y reyes, dejando claro lo ignorantes que son sobre lo mismo que predican.

El juego tiene un claro mensaje que critica la idea de lo divino. No es coincidencia que las Inteligencias Artificiales de este mundo tengan nombres de dioses como Hades y Hefesto.

En ningún momento de Horizon Zero Dawn o Forbidden West dicen que Aloy sea atea o que odie la religión, pero claramente es así. De hecho, a comienzos del segundo juego, la protagonista tiene una característica que tristemente suele representar a muchos ateos militantes del mundo real: es un absoluto fastidio.

Tal como dije en mi reseña de este juego, Aloy puede resultar molesta y desagradable. No solo por su tendencia a narrar en voz alta todo lo que hace o debería hacer, sino por su actitud hacia los demás. Debido a la presión autoimpuesta como salvadora del mundo, se ha vuelto irritable. En uno de los primeros momentos del juego, se enoja con su amigo Varl porque él describió un holograma como “la diosa”. Más adelante, cuando se entera que la tribu Utaru adora unas máquinas que llaman “dioses agrestes”, le resulta difícil ocultar que eso le parece ridículo.

Estos son defectos que tienen muchas personas y que le dan muy mala fama al ateísmo. Puede que sean inteligentes e incluso bondadosos, pero —como Aloy— tienen una fea tendencia a menospreciar a cualquiera que no comparta su falta de creencias. Se creen superiores debido a ello. Hay que aclarar que, obviamente, no todos los ateos son así. Pero esta clase de personajes se han convertido en su imagen representativa, especialmente en internet.

Horizon Forbidden West: la religión a través del ateismo de Aloy

Aloy “sabe más que los demás” y vive frustrada porque no hay otros tan inteligentes como ella. Nunca dice eso ni aceptará que lo piensa, pero es claro debido al tono de sus diálogos y expresión corporal. Afortunadamente, estas actitudes de Aloy no son más que una fase en su desarrollo de personaje.

Sanando a los dioses

Para el final del juego, Aloy es una persona completamente diferente que ha aprendido no solo a tolerar, sino respetar, comprender y aceptar las creencias de los demás habitantes del mundo. Zo, un nuevo personaje que se convierte en su amiga, resulta instrumental en esta transformación.

Zo es miembro de los Utaru y también adora a los dioses agrestes: máquinas no violentas que ayudaban a preparar la tierra para las cosechas de la tribu. Debido a la importancia que tienen para su supervivencia, muchas de las tradiciones y cultura de los Utaru se formaron en torno a las rutinas de estas ‘deidades’… hasta que comenzaron a fallar.

Horizon Forbidden West: la religión a través del ateismo de Aloy

Cuando Aloy se da cuenta que no puede poner todo el peso de salvar al mundo sobre sus hombros, recluta a viejos y nuevos amigos en su misión. También les da acceso a toda la información que tiene sobre el pasado, los antiguos y las máquinas. Zo es parte de este equipo y, tras descubrir qué son realmente las máquinas, dice que necesita tiempo para procesar todo lo ocurrido.

Es probable que Aloy esperara ver a Zo rechazando la religión Utaru tras ser “iluminada”, pero ocurrió lo contrario. Se convenció con más fuerza de lo importante que son los dioses para su gente. En la misión opcional El segundo verso, Aloy se une a Zo en una aventura para ‘reparar’ a los dioses. A medida que lo va haciendo, va descubriendo cómo estas máquinas son la razón de los festivales, canciones y hasta la culinaria de los Utaru. Al final de la misión, tras ver a la tribu celebrando el regreso de sus dioses, sonríe y nos da a entender que finalmente comprende que la religión no es necesariamente algo negativo.

El ateísmo de Aloy y su desagrado hacia la religión en Horizon Forbidden West es especialmente interesante en un género narrativo en el que los dioses, incluso si no están directamente presentes en la historia, son indiscutiblemente reales. Sus críticas a la religión están perfectamente fundamentadas y tienen un reflejo en el mundo real. Como los Asaltos Rojos, las creencias religiosas han servido como excusa de incontables atrocidades.

También hay una misión en la que Aloy descubre que un sacerdote está poniendo en peligro mortal a toda una comunidad solo porque espera una señal divina para actuar. En su artículo para Fanbyte, Kenneth Shepard considera que el rechazo inicial que el juego muestra contra la religión es una reacción a la forma cómo se usa en el mundo real para oprimir.

Pero a pesar de los innegables aspectos negativos que tiene, creer en un dios o dioses es importante para muchos. Tal como Aloy lo ve al comienzo, la religión pueden ser una venda que tapa los ojos de las personas. Pero en este mundo tribal que necesita toda la ayuda posible para salir adelante, la religión tiene potencial para ser una fuerza positiva.

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