Hotline Miami Collection – Reseña

La puerta se abre de golpe. El guardia que se encontraba tras ella es arrojado con fuerza contra la pared, soltando el bate que cargaba. Una misteriosa figura que viste una máscara de gallo se acerca, toma el bate y le revienta la cabeza. Dos hombres se le acercan rápidamente y terminan muertos en el piso tras dos certeros golpes. El ruido atrae a otro hombre. Entra en la habitación cargando una escopeta, pero la figura de la máscara de gallo arroja el bate contra él y le arrebata su arma. El disparo lo parte en dos. El enmascarado se mueve con rapidez y otros tres hombres se despiden de sus cabezas tras solo un disparo. Alguien más se acerca al enmascarado blandiendo un cuchillo, pero él le arroja la escopeta y lo deja inconsciente en el suelo. Se le acerca y usa sus pulgares para sacarle los ojos. No hay nadie más. El hombre de la máscara de gallo regresa tranquilamente a su auto.

Cuando hacemos todo a la perfección, Hotline Miami es similar a una escena de John Wick. Ambas obras tienen un protagonista increíblemente hábil, capaz de limpiar una habitación llena de enemigos en cuestión de segundos. Pero este juego de Dennaton Games llegó antes que el personaje de Keanu Reeves. Lo conocimos por primera vez en 2012, cuando la era de oro de los juegos independientes se encontraba en su apogeo. De inmediato conquistó a la audiencia de PC con su veloz sistema de juego, ambientación neón, brutal violencia y excelente música. Pronto llegaría también a consolas e incluso a dispositivos móviles.

Ahora, Hotline Miami llega acompañado de su secuela a Nintendo Switch en la forma de Hotline Miami Collection. Han pasado casi siete años desde el lanzamiento del primer juego y cuatro desde el segundo. Es un momento más que adecuado para revivir estas impactantes y ultraviolentas aventuras.

Ambos títulos son juegos de disparos (y golpes) con perspectiva cenital. Con el stick izquierdo movemos a nuestro personaje por el escenario y con el derecho apuntamos. Usamos los gatillos para disparar, recoger objetos y fijar objetivos. A menos de que hayamos jugado antes en PC con teclado y ratón, este sistema de juego se siente bastante bien. Nuestro objetivo es acabar con todos los enemigos de cada escenario usando las técnicas que queramos. Podemos recurrir a toda clase de armas de fuego y cuerpo a cuerpo, pero también podemos usar los puños. En el primer juego, vamos desbloqueando máscaras de diferentes animales que nos dan habilidades únicas.

Si morimos, revivimos de inmediato al comienzo del nivel sin perder un solo instante. Esto ayuda a que el ritmo no decaiga y la adrenalina siga fluyendo. La excelente banda sonora en sintetizador al estilo ochentero ayuda a mantener esa energía. Mientras dejamos charcos de sangre por los escenarios, vamos escuchando a bandas como M|O|O|N, Perturbator, Scattle y Jasper Byrne. Sus composiciones son tan maravillosas que también vale la pena disfrutarlas independientemente del juego.

Estos sistemas hacen de Hotline Miami una experiencia realmente adictiva. Es uno de esos juegos en los que, cuando perdemos, resulta difícil evitar la tentación de hacer ‘un intento más’. Cada escenario termina sintiéndose como un puzle en el que cada acción es una pieza. La sensación que da completar un nivel tras varios segundos ininterrumpidos de disparos y golpes es realmente increíble. Al sumarse esto a los colores vivos, intensa música y brutalidad, crea una experiencia casi hipnótica.

¿Cuál es la justificación para esta violencia? Nuestro protagonista recibe misteriosas llamadas telefónicas que lo ‘animan’ a visitar ciertos lugares de Miami y acabar con todos los miembros de la mafia rusa que encuentre. A medida que avanzamos, nos encontramos con extraños personajes que parecen conocer nuestro pasado y futuro. También vemos cómo se desarrollan eventos imposibles que pueden o no ser alucinaciones del personaje principal.

La narrativa de Hotline Miami resulta intrigante. El juego hace muchas referencias hacia su propia violencia y parece estar consciente de su naturaleza. Aunque está en parte inspirado en películas como Drive y el documental Cocaine Cowboys, debe más al surrealismo de David Lynch. Quiere hacer una crítica a la forma en que disfrutamos de la violencia en obras como esta, pero su comentario es en vano. Esto se debe a que también se esfuerza en hacer que dicha violencia sea increíblemente divertida.

Un consejo. No intenten sacar el verdadero final encontrando todas las piezas del rompecabezas. La forma en que explica la trama resulta tan banal y aburrida que es mejor quedarse con la intriga de qué significa todo.

Sí, Hotline Miami sigue siendo un título increíble que vale la pena jugar incluso si ya lo hemos disfrutado antes. Lo mismo no se puede decir de su secuela.

Hotline Miami 2: Wrong Number es, en esencia, más de lo mismo. Ya que el primer juego es tan bueno, esto no es necesariamente algo malo. El problema es que, en su afán de ser ‘más grande’, arruina varios de los elementos del título original.

Por ejemplo, los escenarios son más grandes y tienen más enemigos que el primero. Esto arruina la sensación de ‘cajas de puzle’ que tenía el juego original. Aquí resulta más fácil morir a causa de disparos que vienen por fuera de la pantalla, de parte de enemigos que no habíamos visto. Esto resulta injusto y frustrante.

El sistema de máscaras desaparece. Controlamos a varios personajes, cada uno con diferentes habilidades. En ocasiones jugaremos con uno que tiene ametralladoras. En otras, otro que no puede usar armas de fuego. Incluso podremos controlar a la vez dos personajes, uno con una pistola y el otro con una sierra eléctrica. Esto agrega algo de variedad, pero también se convierte en una restricción para un sistema de juego que se beneficiaba de la experimentación con varias herramientas.

Aunque su presentación retro —basada en cintas de VHS— es excelente, su historia no lo es tanto. El misterio detrás del primer juego es deshecho por completo y reemplazado por una trama mucho más simple contada en desorden. Lidia con hechos previos y posteriores a los eventos del primer Hotline Miami, pero no tiene nada interesante que decir. Expande la historia alterna en la que Rusia ganó la guerra fría, pero prefiere decantarse por el ‘shock’. De hecho, el juego comienza con la escena de una falsa violación que solo está allí para impactar. La historia termina con una ‘sorpresa’ injustificada que es destripada a mitad de la partida.

Aunque Hotline Miami 2: Wrong Number tiene su gracia, especialmente en su variedad de escenarios y una banda sonora que añade excelentes bandas ‘synthwave’ como Carpenter Brut, es una experiencia inferior al original. Los más fanáticos y aquellos capaces de soportar la frustración de repetir una y otra vez los mismos escenarios serán quienes puedan disfrutarlo más. A pesar de esto, Hotline Miami Collection vale mucho la pena, así sea solo por el primer juego.

Reseña hecha con una copia digital de Hotline Miami Collection para Nintendo Switch brindada por Nintendo of America.