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[Hablando de…] La historia de Hotline Miami

Es hora de analizar la historia de este juego y su secuela para comprender los misteriosos y violentos eventos de los que participamos.

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Aunque Hotline Miami salió originalmente a la venta en 2012 y su secuela en 2015, hace pocas semanas volvimos a hablar de estos juegos. ¿La razón? Su lanzamiento para Nintendo Switch bajo el nombre de Hotline Miami Collection.

En nuestra reseña de esta compilación alabamos nuevamente la jugabilidad y ambiente del primer título, pero condenamos la forma en que resuelve su enrevesada trama y cómo Hotline Miami 2: Wrong Number decide continuar la historia.

Ahora, un público que descubre estos títulos por primera vez o que los redescubre tras varios años se encuentra confundido por su misterioso desarrollo lleno de asesinatos, conspiraciones y apariciones con máscaras de animales. ¿Qué es lo que está sucediendo realmente?

Es hora de averiguarlo analizando la trama de los dos Hotline Miami.

Este artículo contiene ‘spoilers’ de Hotline Miami y Hotline Miami 2: Wrong Number

¿Qué pasa en Hotline Miami?

El primer título se desarrolla en Miami durante 1989. Tras una escena en que ‘se nos enseña a matar’, nuestro protagonista —que de inmediato se siente enfermo por sus acciones— recibe llamadas que le piden visitar ciertos lugares de la ciudad. Una vez allí, se pone una máscara y tiene que asesinar a todos los miembros de la mafia rusa que encontremos.

En la trama principal del juego nunca se nos explica las razones de estos eventos. La situación es aún más críptica a causa de las apariciones ocasionales de otros tres personajes con máscaras de animales nos preguntan si disfrutamos de la violencia que causamos. 

A medida que avanzamos en el juego, la realidad parece distorsionarse. Algunos personajes parecen morir, pero aún nos hablan. Los eventos se superponen y hay cosas que aparecen y desaparecen ante nuestros ojos. El desarrollo adquiere un extraño tono que nos recuerda al cine de directores como David Lynch y Nicolas Winding Refn. 

Tras el final del juego se nos narra una versión alterna de los hechos. En lugar de morir, una de nuestras víctimas asesina al protagonista. Controlando a este nuevo personaje, nos proponemos resolver el misterio. Sin embargo, no descubrimos nada relevante: solo que dos conserjes que encontramos varias veces en el juego parecen estar detrás de todo.

¿Te gusta lastimar gente?

Esta ambigüedad hizo que muchos le otorgaran a Hotline Miami una profundidad que no tenía. Más adelante explicaremos por qué. Las palabras de los personajes espectrales y el estado mental del protagonista parecían sugerir que este título buscaba hacer una crítica contra la violencia en los videojuegos. Nos pregunta directamente las razones por las que hacemos lo que hacemos en títulos como este, pero no nos permite responder.

Los dos conserjes que están ‘detrás de todo’ fueron interpretados como avatares de Jonatan Söderström y Dennis Wedin, creadores del juego. La falta de explicación para lo sucedido sería un comentario sobre cómo no necesitamos más excusa que buscar entretenimiento para cometer los actos más violentos posibles, al menos de forma virtual.

Por supuesto, esta es una crítica vacía. Hotline Miami es un juego muy divertido en el que, pasado el impacto inicial generado por la sangre y salvajismo, es fácil ignorar su brutalidad gracias al ritmo de juego y el ambiente generado por los colores y la música. Es muy difícil para un juego violento hacer una crítica válida hacia su propia violencia y este título no lo logra. Spec-Ops: The Line viene a la mente como un juego que lo hace bastante bien.

Sin embargo, nada de esto importa. La verdad es que en Hotline Miami sí hay una ‘justificación’ para los eventos de la trama. Es solo que está algo escondida.

Una razón para matar

En cada nivel de Hotline Miami hay una pieza de rompecabezas en forma de un pequeño píxel color violeta. Si los encontramos todos, los conserjes del final del juego nos revelan la verdad.

Son parte de una organización ultranacionalista llamada ‘50 bendiciones’. Usan extorsión y amenazas para obligar a ciertas personas a asesinar a miembros de la mafia rusa. Su objetivo es impedir un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos.

Eso es todo, ese es el gran secreto.

Decepcionante, ¿no es así? Hubiera sido mejor dejar la historia ambigua y llena de misterio. Las teorías de los fanáticos son mucho más interesantes que esta explicación.

Número equivocado

Esta trama es expandida en Hotline Miami 2: Wrong Number. Aquí se explica que estos juegos se desarrollan en una historia alterna en la que EEUU perdió una guerra contra Rusia.

Controlamos a varios personajes: admiradores del protagonista del primer juego, un periodista que investiga el caso, un violento detective, un veterano de la guerra que revive el conflicto en sus recuerdos, un actor, miembros de 50 bendiciones y varios miembros de la mafia rusa, incluyendo a su nuevo líder. Las historias de estos personajes se cruzan y presentan en desorden, de forma que somos nosotros quienes tenemos que organizarlas.

El problema es que, una vez ordenada, descubrimos que no hay nada interesante en esta historia. Los protagonistas son simplemente un grupo de malas personas que matan a otras en un mundo que ya es bastante violento. Las escenas que se desarrollan durante la guerra se usan para explicar que las visiones del protagonista del primer juego se deben al estrés postraumático y los momentos más psicodélicos no son más que el efecto de drogas.

Al final, todos mueren a causa de la explosión de una bomba atómica lanzada por Rusia.

Eso es todo.

¿Qué significa todo esto?

A pesar de su narrativa fragmentada y escenas misteriosas, los juegos de Hotline Miami no son muy profundos. Presentan un concepto interesante —un mundo en que Rusia controla políticamente a Estados Unidos (¡vieron el futuro!)—, pero no lo exploran más allá de ideas simples que les permiten a sus protagonistas ser violentos.

Es una historia bastante nihilista. Dice que no importa lo que hagamos, estamos condenados por decisiones que no dependen de nosotros. Dice que nos somos más que animales para los que la violencia es un estado natural. Presenta otros temas sobre salud mental, crimen, radicalismo y sobre la forma en que la cultura popular representa la violencia, pero no son más que ‘decoraciones’ para justificar de forma sencilla la acción.

Matar, matar y matar

A pesar de lo duros que somos contra la historia de este juego, no podemos evitar recomendar Hotline Miami, al menos el primero. Sus mecánicas de juego son increíblemente satisfactorias, adictivas y su ambientación es increíble. Ojalá el mismo cuidado se le hubiera puesto a su trama, pues tenía el potencial para ser un juego aún mejor.

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