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Hyrule Warriors: Age of Calamity – Reseña

De la exploración sin límites en Breath of the Wild, a los multitudinarios y espectaculares combates en Hyrule Warriors: Age of Calamity.

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Cuando el primer crossover basado completamente en el extenso mundo de The Legend of Zelda llegó al injustamente infravalorado Wii U, se abrió una considerable puerta llena de potencial, gracias a la cual muchos soñamos con una aventura más canónica tomando las diferentes líneas de tiempo de la saga.

El ‘spin-off’ arribó tiempo después a 3DS con Hyrule Warriors Legends, haciendo un decente trabajo que no solo adaptó fielmente el juego original, sino que le añadió otras funciones y personajes, entre ellos Linkle, o la versión femenina de Link que nunca ha salido de aquella dimensión alterna creada y desarrollada por Koei Tecmo/Omega Force. Sería cuestión de tiempo para que Switch recibiera su correspondiente edición definitiva con todo el contenido descargable de Wii U y 3DS.

El concepto jugable de Dynasty Warriors, más conocido como género musou, fue acertadamente ejecutado en el universo de Hyrule, tal como ha sucedido con muchas otras franquicias populares del corte de One Piece o más recientemente Persona 5. No queda duda que Koei Tecmo sabe lo que hace y que aprovecha al máximo el gusto por las diferentes propiedades, para brindar una experiencia que se ajusta a los deseos de sus fanáticos. Son más los jugadores que juegan un musou porque hace parte de X o Y propiedad que porque naturalmente vengan de Dynasty Warriors.

Una princesa jugable y muy autosuficiente.

Esa es la idea detrás de estos spin-off, y funciona. En el caso de Hyrule Warriors no había que ir muy lejos para darse cuenta que los diseños de personajes no eran los mismos que pondría Nintendo en uno de sus juegos principales, pudiendo esto incomodar a uno que otro usuario. Basta con ver cuando añadieron como extra a la edición de Switch las versiones de Link y Zelda de Breath of the Wild. Reconocibles por sus atuendos, pero no exactamente los mismos del exitoso mundo abierto.

¿Qué pasaría si Koei Tecmo hubiese podido utilizar los ‘assets’ originales en una secuela de su hack and slash nintendiano por excelencia? La respuesta llegó a nosotros y por sorpresa más rápido de lo esperado cuando se realizó el anuncio de Hyrule Warriors: Age of Calamity, porque no solo se nos ofrece como una segunda parte del crossover musou de Zelda, sino como una precuela cien por ciento canónica con los eventos de Breath of the Wild. Eso y un tentempié mientras Nintendo sigue cocinando la secuela directa de BotW, en lo que gracias a Age of Calamity ahora será una trilogía.

El ‘spin-off’ que se hizo canon

Ya otros desarrolladores se habían encargado de juegos principales de Zelda, como Capcom con Oracle of Ages/Seasons, Four Swords, The Minish Cap; o Grezzo con los ‘remakes’ para 3DS. Sin embargo, Koei Tecmo y Omega Force tuvieron la enorme responsabilidad de darle vida a un pasado caótico y belicoso que resultara en el Hyrule en ruinas que conocemos y disfrutamos en Breath of the Wild. 100 años atrás, para ser exactos, cuando la Princesa Zelda, su caballero guardián Link y los cuatro Campeones elegidos de cada raza principal de Hyrule -controlando cada uno una Bestia Divina-, unieron fuerzas para enfrentar la Gran Calamidad de Ganon. Antes de una monumental derrota y un sueño profundo durante un siglo.

La familiar estética de Breath of the Wild se aprecia desde la pantalla de inicio en Hyrule Warriors: Age of Calamity, pasando por el menú de opciones, el mapa de Hyrule, el uso de runas Sheikah/cetros mágicos y por supuesto los escenarios y personajes. Nintendo no restringió a Koei Tecmo en el uso de las diferentes plantillas de diseño y eso es de admirar, pues además de brindar familiaridad inmediata, de otra forma dificilmente podría catalogarse como un producto canónico. Las secuencias de video continúan la misma calidad de los fragmentos de recuerdos en BotW, solo que acá vemos desarrollarse una historia lineal en lugar de ‘flashbacks’ intermitentes.

Un pequeño guardián con forma de huevo, Terrako, es el engranaje que pone a rodar los eventos de Age of Calamity como un símil de emisario accidental del futuro. En esta temprana etapa previa a la calamidad controlamos a Link y rápidamente se nos une la guardiana Sheikah de la familia real de Hyrule, Impa; posteriormente lo hace Zelda. En adelante se desarrolla una libre travesía para reclutar a Mipha, Daruk, Revali y Urbosa a través de las diferentes regiones, los Campeones capaces de pilotear a las Bestias Divinas que hace 900 años ayudaron a vencer a la respectiva reaparición de Ganon.

Un buen día para ser campeón

El hecho de controlar a Zelda, Impa y los Campeones es un lujo, el punto más sobresaliente de Age of Calamity respecto a Breath of the Wild. Existe un total de 18 personajes jugables y su variedad se siente menor que en el primer Hyrule Warriors (que incluía personajes de diferentes juegos de la saga y otros originales), pero esto no hace inferior a Age of Calamity. Cada raza tiene su propia fortaleza y ataques únicos, ya depende del gusto del jugador qué personajes utilizar con más frecuencia, pues todos los campos están perfectamente cubiertos.

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¿Velocidad ninja y ataques devastadores duplicados? Impa es la elegida. ¿Fuerza arrolladora de tanque? Daruk sabe más que tú. ¿Ataque elemental de trueno a filo de espada? Urbosa es la que rebosa. En el proceso de reclutamiento el juego brinda espacio suficiente para acoplarse a los diferentes tipos de guerreros y elegir en cuáles especializarse, es algo inevitable encariñarse con unos más que otros. Hay vida más allá de Link, y Hyrule Warriors aprovecha esto para sacar de la bolsa algunos personajes más estrafalarios como el Korok bailarín Hestu o miembros del clan Yiga, dejando otras sorpresas para el final.

Aunque tenemos a disposición el mapa completo de Hyrule, solo nos desplazamos por el mismo a través de los diferentes puntos de interés que van apareciendo progresivamente. Esto para enfrentar las ‘Batallas’, ‘Retos’, o atender algunas ‘Peticiones’. No hay un modo aventura separado de la historia como en la entrega previa, tampoco es necesario ya que se condensa mejor la administración de recursos y actividades a través de este mapa que por medio de menús. Cuando no se está peleando, lo usual es resolver las diversas peticiones repartidas por el reino, las cuales solicitan recursos, rupias y conteo de enemigos derrotados, todos conseguidos a su vez en las batallas y retos.

Una vez completadas, se suman nuevas tareas.

Encárgate de Hyrule desde la comodidad de Switch

Entre más peticiones se resuelvan por todo Hyrule, mejores bonificaciones de personajes (corazones, combos) y servicios -como tiendas- podemos obtener. Son opcionales de resolver, pero es el único espacio de relajación que tiene el juego mientras nos embarcamos en más peleas de hordas, así que nunca sobran. Por su parte, los retos nos piden derrotar cierta cantidad de enemigos en determinado tiempo como método de entrenar habilidades específicas o recolectar recursos.

Puedes leer: ¿Qué desbloquean los Amiibo en Hyrule Warriors: Age of Calamity?

También es una manera de no dejar relegados a personajes específicos y mantener niveles equitativos. Por fortuna, es posible subir de nivel invirtiendo rupias en entrenamiento y mejorar armas al fusionarlas en la herrería. Pero esto también exige rupias, así que como en la vida real, el dinero es el único límite para cumplir las más salvajes fantasías. Y para ganarlo, hay que luchar más y más.

El eje de la historia nunca se pierde de vista, ya que los diferentes capítulos se encargan de resaltar en el “mapa abierto” el siguiente punto principal de interés. Un elemento más efectivo frente al hermoso y distraíble mundo abierto de BotW. The Legend of Zelda no es una franquicia con la línea de tiempo más clara, eso lo sabemos, sus juegos han sido conectados de una forma no muy orgánica y el propio BotW reúne un poco de todos sin comprometerse con ninguno.

Age of Calamity se promocionó como precuela y en ese sentido podemos decir que cumple, apoyado brillantemente por la estética original de BotW. Pero también se toma la libertad de poner otra pieza en el tablero de las consideraciones, de una saga que hasta hace poco canónicamente se dividía en tres líneas de tiempo y cuyas leyes ya no existen más.

Hyrule Warriors: Age of Calamity
8.7/10 Nota
Lo que nos gustó
-Cada uno de los 'assets' extraídos de Breath of the Wild.
-Zelda jugable. Impa y Urbosa se controlan increíble.
-Fácil acceso a todo el mapa de Hyrule en escenarios varios.
-Sistema de batalla con uso justo de las runas Sheikah y cetros mágicos.
-Secuencias animadas de alta calidad.
Lo que no nos gustó
-Como suele ocurrir con el género musou, puede cansar con el paso de las horas.
-La necesidad de repetir batallas cuando escasean las rupias o ciertos recursos.
En resumen
Con un final secreto y varias horas de “grindeo”, Hyrule Warriors: Age of Calamity es infaliblemente una experiencia placentera en el género ‘musou’ para seguidores de Breath of the Wild. Personajes familiares y nunca antes controlables que brindan gran satisfacción con sus combos y movimientos en el campo de batalla, a través de escenarios extraídos del mundo abierto y perfectamente acoplados al estilo ‘Warriors’. Sin importar que creamos conocer su desenlace, compromete a los jugadores en la travesía de Link y Zelda por salvar a Hyrule e incluso incentiva a darle una vez más la oportunidad a BotW, por lo menos mientras llega la secuela y cierre de esta trilogía de la calamidad.

Reseña hecha con una copia digital de Hyrule Warriors: Age of Calamity para Nintendo Switch brindada por Nintendo of America.

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