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Indie on Focus – The Longing

Un juego indie que cuenta con el tiempo a su favor, The Longing pide a los jugadores lo que muchos no están dispuestos a sacrificar.

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The Longing es un proyecto personal del animador y diseñador Anselm Pyta y el primer lanzamiento grande de Studio Seufz, del cual es cofundador. El juego está levemente basado en el recurso mitológico del ‘Rey bajo la montaña’, específicamente en Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Lejos del mundo real, desde el principio nos adentramos en un reino subterráneo perdido en el tiempo, con la imagen de un gigantesco rey a punto de iniciar una larga hibernación. De su mano nace un pequeño y débil sirviente simplemente denominado: la Sombra. Este solo tiene una labor principal y es despertar al rey dentro de 400 días, cuando recuperará su energía y pondrá fin a toda la desolación.

El rey queda casi que petrificado en el tiempo y un contador inicia en la parte superior de la pantalla. No importa que el jugador salga del juego, apague la consola, o solo vuelva más de un año después a abrirlo, el tiempo sigue corriendo. La Sombra no se irá, esperará cuanto sea necesario a que el jugador se digne a controlarlo, si es que acaso se anima a controlar esta lenta entidad.

¿Qué hacer durante estos 400 días por delante de espera? La decisión es del jugador, pero es necesario advertir que no es un juego común de exploración, ni siquiera un título para el jugador promedio acostumbrado a la acción. The Longing trata sobre la paciencia y el arte de esperar. Toda la mecánica alrededor del juego se toma su tiempo, sin prisa. No es un título casual, ni siquiera para jugar de forma diaria.

«The Longing trata sobre la paciencia y el arte de esperar

Según su creador, es un experimento de apreciación de tiempo en los videojuegos, la antítesis de los speedrun; el némesis de los impacientes, rápidos y eficientes. El movimiento del protagonista se reduce a caminar a un ritmo más despacio de lo natural. Aparte de vivir en una acogedora caverna ubicada junto al rey durmiente, la Sombra puede explorar a libertad las cuevas subterráneas que se le permitan.

El tiempo se detiene en la eternidad, pero hay muchos objetos como recompensa.

En algunas secciones puede encontrarse con obstáculos o puzles ambientales como escaleras desplomadas, a las que solo puede acceder días o hasta semanas después. Cuando una estalactita cubra el abismo, una gotera llene un hundimiento o una puerta de piedra se abra por completo. Durante sus expediciones puede recolectar carbón, papel, pedernales, musgo, madera y hasta decoraciones para su cuarto.

El cuarto del sirviente es importante, pues entre más cómodo sea y ocupado se encuentre en este, más rápido el tiempo puede pasar. Sí, el juego corre en tiempo real y el contador omnipresente es un constante recordatorio de ello. Pero en ocasiones y con ciertas actividades, el reloj puede acelerarse e incluso, pausarse. Como por ejemplo leyendo alguna de la literatura del mundo real encontrada en cualquiera de los pasajes espeleológicos.

Con el avance de las exploraciones, la Sombra puede ir decorando su cuarto con cortinas, una cabeza de caballo, libros, chimenea, y hasta construir una cama si abre más espacio con un azadón o pica. Puede pintar sus propios cuadros a carbón (que toman tiempo), tocar un instrumento o cumplir algunos de los objetivos escritos en su diario. Todo esto es opcional, ni siquiera imprescindible para terminar el juego, pero tiene mucho que ver con la empatía del jugador hacia el solitario sirviente.

The Longing no está diseñado para ser rejugable. Incluso si tiene varios y únicos finales, según su creador. Cuenta con una sola partida de guardado que graba y carga automáticamente cuando salimos o entramos al juego. ¿Viajar en el tiempo modificando la fecha de la consola? Déjaselo a otros juegos con reloj en tiempo real, aquí no puedes engañar al rey durmiente.

Dada la dificultad de recordar los rincones explorados y lugares que necesitan una segunda o más visitas, se pueden recordar sus ubicaciones en el menú de pausa. Los objetos recolectados no quedan en un inventario visible sino en el diario que yace en casa, extrañamente. El desplazamiento conserva un control estrictamente basado en la versión PC (Steam) con cursor incluido, un poco raro en Switch, pero compensado con el uso de la pantalla táctil.

El asunto sobre The Longing es que con todo esto dicho, no se puede dar un veredicto final hasta que se cumplan los 400 días y el monarca despierte de su letargo. Quizás sea uno de esos casos en los que «lo importante es el viaje, no la meta», pero hay un significado más profundo que caminar por cavernas a paso de tortuga, recolectando carbón y decorando un cuarto o leyendo libros. Y eso solo se puede descubrir al culminar los 400 días, si la soledad no enloquece al jugador o el aburrimiento lo espanta despavorido.

Por el momento es un experimento interesante, diferente, y tenemos la confianza de llegar al final de la espera ocupando el tiempo interno lo mejor posible. ¿Hicimos lo que debíamos? Lo sabremos cuando el rey despierte.

Revive los anuncios del Indie World Showcase para Nintendo Switch

Copia digital de The Longing para Nintendo Switch brindada por AshGames.

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