Los videojuegos de acción mejoran las habilidades de aprendizaje, según estudio

Un reciente estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences muestra que los videojuegos de acción ayudan a mejorar y perfeccionar la habilidad de aprendizaje de quienes los juegan.

En el estudio, los investigadores llevaron a cabo un primer experimento en el que compararon el rendimiento visual de personas que juegan videojuegos de acción con respecto a los que no juegan este tipo de juegos. Al final, los gamers de juegos de acción superaron al otro grupo, todo porque en sus cerebros se ha formado mejores modelos predeterminados que permiten entender el mundo real de una manera más eficaz.

«Las investigaciones anteriores realizadas por nuestro grupo y otros han demostrado que los usuarios de videojuegos de acción sobresalen en muchas tareas. En este nuevo estudio, mostramos que ellos sobresalen porque son mejores estudiantes. De hecho se convierten en mejores estudiantes al usar videojuegos de acción de ritmo rápido.»

Con estas palabras Daphne Bavelier, profesora especializada en la investigación del cerebro y ciencias cognitivas de la Universidad de Rochester (y también de la universidad de Ginebra), resume los resultados de su más reciente investigación, la cual tambipen contó con la participación de Vikranth R. Bejjanki de la Universidad de Rochester y la Universidad de Princeton, y Ruyuan Zhang de la Universidad de Rochester.

Según Bavelier, nuestro cerebro funciona de tal manera que intenta predecir eventos inmediatamente futuros, ya sea al sostener una conversación, conducir, o incluso llevando a cabo una compleja cirugía. «Con el fin de perfeccionar sus habilidades de predicción, nuestro cerebro constantemente construye modelos o plantillas del mundo. Cuanto mejor sea la plantilla, mejor será el rendimiento. Y ahora sabemos que jugar videojuegos en realidad ayuda a construir mejores plantillas.»

En un segundo experimento, se comparó el desempeño de los gamers habituados a juegos de acción de ritmo rápido con otras personas con poca experiencia en videojuegos. Este último grupo de personas tuvo que jugar videojuegos de acción (por ejemplo, Call of Duty) unas 50 horas en total durante 9 semanas, mientras que el grupo de gamers experimentados también jugó 50 horas en el mismo periodo de tiempo, pero usando juegos que no son de acción (por ejemplo, The Sims). Ambos grupos tuvieron que resolver una prueba de discriminación de patrones antes y después del periodo de 50 horas de juego; los resultados mostraron que los usuarios de juegos de acción mejoraron sus modelos mentales en comparación al otro grupo de jugadores.

Al enfrentar tareas de aprendizaje perceptivo, los investigadores descubrieron que los jugadores de videojuegos de acción eran capaces de construir y calibrar modelos mentales de mejor manera que el grupo de control (los que no son usuarios frecuentes de este tipo de juegos), esto es, que los jugadores de juegos de acción son mejores aprendices. De hecho, para ser un mejor estudiante es necesario construir modelos mentales más rápido, lo cual se manifiesta en un mejor rendimiento a la hora de aprender.

«[Los gamers de juegos de acción] desarrollaron mejores modelos mentales para afrontar la tarea de aprendizaje de percepción de una manera mucho, mucho más rápida [que el grupo de control], mostrando una curva de aprendizaje acelerada», concluyó Daphne Bavelier.

Además, los gamers de acción no sólo aprenden más rápido y mejor, sino que las habilidades que adquieren con esta clase de juegos son de efecto duradero. De hecho, se retomaron las pruebas un año después y sin importar lo que hicieron en ese periodo de tiempo, los gamers de juegos de acción volvieron a superar a sus pares que no son usuarios frecuentes de tales juegos.

De acuerdo a las declaraciones de Daphne Bavelier, los videojuegos que no son de acción también podrían ayudar a mejorar las habilidades de aprendizaje, ya que pueden requerir de ritmo rápido, y forzar al jugador a dividir su atención, cosa que tenga que hacer predicciones en diferentes escalas de tiempo.

Fuente: Science Daily