La compra de Activision Blizzard hecha por Microsoft sigue causando conflicto entre este y su rival más inmediato de los últimos años: Sony. Parece que los obstáculos que ha puesto la compañía japonesa se han hecho más frustrantes que nunca, pues una información reciente compartida en The New York Times indica que Sony no dio respuesta alguna ante un posible contrato de permanencia de 10 años para Call of Duty en PlayStation que le ofreció Microsoft.
A inicios del año se anunció la compra. A pesar de haber pasado ya 10 meses, nadie sabe a ciencia cierta si esta se concretará definitivamente. El principal responsable es Sony, que se opuso rápidamente a permitir que una empresa como Activision Blizzard hiciera parte de su competencia. Si bien esta posee franquicias muy reconocidas como Candy Crush y Overwatch, el conflicto, y sus argumentos, se han centrado en Call of Duty.
Según la propia Sony, la franquicia de Call of Duty le resulta muy importante, pues «influencia las decisiones de compra de consolas de los usuarios». En otras palabras, si estos juegos se convirtieran en exclusivos de Xbox, podrían afectar significativamente la capacidad de Sony de competir en el mercado. Básicamente, se estaría planteando un escenario cercano a un «monopolio» a favor de Microsoft.
La veeduría de muchos países en el caso de Microsoft vs. Sony por Call of Duty
Bajo este argumento, Sony inició una encrucijada con varios gobiernos del mundo para evitar la legalización de la transacción. En total son 16 los organismos reguladores que están envueltos en esta situación y solo dos (de Brasil y Arabia Saudita) han dado su aprobación. Mientras tanto, los organismos de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea han señalado que van a investigar más a fondo.
Dado que el proceso parece que se va a alargar mucho más, Microsoft ha tratado de negociar con Sony por la disponibilidad de Call of Duty. Primero, Phil Spencer comentó que la idea era que la franquicia siguiera en PlayStation, al menos «por un tiempo más de lo que indica el contrato actual». Esto no pareció a agradarle a Sony, pues la empresa calificó la propuesta como «inadecuada en muchos niveles».
En el movimiento más reciente, Microsoft le propuso a Sony un contrato de permanencia de Call of Duty en PlayStation por 10 años más. En esta ocasión, no hubo siquiera un rechazo categórico, sino un silencio sepulcral. Es decir, la compañía prefirió no dar respuesta alguna.
Parece que la sola idea de que COD llegue a Xbox Game Pass incomoda mucho a Sony, que repite todo el tiempo mensajes como «esto tendría implicaciones negativas para los ‘gamers’ y la industria». Por su parte, Microsoft ha acusado a Sony de «engañar a los reguladores» al «exagerar la importancia de Call of Duty».
Por ahora, ninguna parte ha cedido en sus intereses y falta que muchos entes reguladores avancen en sus investigaciones.
Fuente: The New York Times