Gris es uno de los juegos más bellos que he jugado. Sus hermosos gráficos, música y los sentimientos que transmite se me quedaron grabados para siempre. Sin embargo, no es una opinión que comparte todo el mundo. Hay quienes criticaron —de forma muy válida— que es demasiado sencillo y la falta de mecánicas más variadas. Parece que sus creadores se tomaron esas críticas a pecho, porque en su nuevo juego Neva incluyeron mecánicas de combate y ‘puzles’ ligeramente más elaborados, pero manteniendo el núcleo emocional de su obra anterior.
Aquellos que —como yo— amaron Gris se van a sentir como de regreso en casa a pesar de las nuevas mecánicas. Este es un juego que busca por encima de todo hacernos sentir el pesar, la rabia y demás fuertes emociones de su protagonista, la cual comienza su aventura con una terrible tragedia que planta fuertemente el tono melancólico de esta historia.
El mundo que habitan Alba y su compañera Neva está cada vez peor. Extrañas criaturas negras de rostro blanco lo han invadido y su sola presencia está destrozando la fauna y flora. Por cada enemigo que eliminamos, parecen haber tres más.
Verano traidor
La historia se desarrolla a lo largo de las cuatro temporadas de un año. A medida que avanzamos por los coloridos escenarios, Neva va creciendo y ganando nuevas habilidades. Inicialmente se esconde durante los enfrentamientos, pero eventualmente podemos dirigirla contra los enemigos o incluso montarla para avanzar más rápido. Tras mis primeras horas de juego pensaba quejarme de un sistema de combate que parecía extremadamente simple, pero con el paso del tiempo se volvió más interesante y los enemigos más complejos. Incluso tuve que enfrentar jefes que me eliminaron muchas veces antes de aprender cómo responder bien a sus rutinas de ataque.
No diría que Neva es una nueva joya de los juegos de ‘puzles y plataformas’ ni de la acción en 2D. Tiene sus momentos de brillantez, pero el diseño de niveles y patrones de ataque de los enemigos son bastante tradicionalistas. De todos modos hace las cosas bastante bien en ese campo y a veces nos sorprende con ideas curiosas, aunque no necesariamente originales




Nomada Studio ya se había lucido con el aspecto visual de Gris y aquí lograron algo igual de hermoso. Cada nuevo escenario es dominado por un color específico —usualmente en tonalidad pastel— que transmite desde calma y calidez hasta tristeza y horror. La banda sonora de Berlinist también hace un fantástico trabajo con tonadas minimalistas para los momentos de exploración reflexiva y épicos ‘crescendos’ en los combates contra jefes.
Lo que se lleva el Otoño
Visualmente me recordó mucho al juego anterior de sus creadores, pero es menos abstracto. También pude reconocer una fuerte influencia del cine de Hayao Miyazaki en este mundo, especialmente en el diseño de personaje. Las criaturas parecen sacadas de La Princesa Mononoke y los enemigos son muy parecidos al Sin Cara de El Viaje de Chihiro. Inicialmente, el diseño de la protagonista Alba no me había llamado la atención, pero la forma en que su cabello y el movimiento de su capa resaltan en los escenarios me terminó enamorando.
Los escenarios naturales dominan el paisaje y es descorazonador ver cómo se van destruyendo a medida que avanza la historia, pero esa desolación también se presta para ofrecer imágenes impactantes y muy evocadoras. También hay momentos muy sombríos, como un castillo viviente formado por enemigos y que es digno de una pesadilla.

La relación entre Alba y Neva es muy bonita (sobre todo teniendo en cuenta el triste comienzo del juego) y entre más avanza el juego, más unido me sentí a ellas. Desde un comienzo podemos asumir que van a romper nuestro corazón por el tono melancólico que tiene todo. De hecho, la invasión de criaturas es tan abrumadora que llegamos a creer que no hay salvación y que nos encontramos ante una especie de resistencia final por sobrevivir y salvar lo que se pueda.
Los jugadores de lágrima fácil la van a tener difícil para terminar el juego sin que se les humedezcan los ojos. Aunque no hay diálogos y durante todo el juego solo escuchamos una palabra repetirse una y otra vez —bueno, dos— la narrativa ambiental es fascinante y no tenemos ninguna dificultad para entender qué está pasando.
El invierno se acerca
Toda esa belleza a veces queda opacada por un defecto muy molesto y es que el mismo diseño visual de los escenarios interfiere con la navegación. Hay ocasiones en que no es claro qué objetos son plataformas a las que podemos saltar y cuáles son decoraciones de fondo. También hubo ocasiones en que la cámara se alejaba tanto que era difícil entender qué estaba pasando, pero esos momentos fueron pocos.

Hay jugadores que también pueden sentirse decepcionados por su duración. Neva es un juego corto que se puede terminar en alrededor de cinco horas, aunque si queremos conseguir el 100% tal vez tengamos que repetir unos niveles en busca de los coleccionables que se nos hayan escapado cuando pasamos por esos lugares la primera vez. A mi me parece que es una duración perfecta para un título como este.
Es seguro que en el futuro querré repetir de nuevo la aventura de Neva, incluso sabiendo lo que ocurre y las formas en que me romperá el corazón. Es un juego bellísimo que, como Gris, nunca voy a olvidar.
Esta reseña está hecha con una copia digital de Neva para Steam suministrada por Devolver Digital. Este juego está disponible para PC, Mac, PS4, PS5, Xbox Series X|S y Nintendo Switch


