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[Opinión] Heat y la oportunidad moral fallida de GTA V

Mientras Rockstar Games siga enfocado en la parodia, es difícil que veamos un Grand Theft Auto que vaya más allá de tributos fílmicos.

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No soy ningún experto pero me gusta el cine y dedicarle unas buenas horas individuales, aunque por alguna extraña razón no tenía recuerdo alguno de Heat o Fuego contra fuego (como se le llamó en Latinoamérica), la película de crimen/policiaca de 1995 escrita y dirigida por Michael Mann. Promocionada como la primera vez en la misma pantalla de dos grandes de la actuación como Al Pacino y Robert De Niro, más recordados de manera conjunta pero sin compartir escena por El Padrino Parte II.

Inmediatamente al verla puedes reconocer cómo Rockstar Games se inspiró en dicha película con la famosa escena del tiroteo callejero, posterior al robo de un banco, para la misión ‘Three Leaf Clover’ en GTA IV. No hay sorpresas aquí. Pero realmente solo fue un guiño que se convertiría en referencia principal para Grand Theft Auto V, juego ubicado en la ficticia ciudad de Los Santos que es una muy cercana copia de Los Angeles, donde tiene lugar el filme y también roban un vehículo de valores volteándolo con un tractocamión.

El personaje de De Niro, Neil McCauley, es el líder de la banda de asaltantes pero un hombre meticuloso, inteligente, basado en un calculador criminal con el mismo nombre y una historia real parcialmente similar a Heat. Irónicamente, la película a su vez presuntamente serviría como inspiración para otros tantos robos reales reportados —incluido uno en Colombia–, e igualmente fue una potente base para la ciudad Gotham vista en The Dark Knight de Christopher Nolan.

Pasa en las películas, pasa en Grand Theft Auto.

Michael De Santa, uno de los tres protagonistas de GTA V, posee el arquetipo estético de McCauley. Pero son dos personas muy distintas. La frase máxima de vida para McCauley es que no puedes estar apegado a nada ni nadie que no puedas abandonar en 30 segundos. Eso para explicar que la vida criminal elegida exige sacrificios como las relaciones sentimentales, y que mantener un matrimonio bajo esta faceta es sencillamente imposible. Algo que descubre De Santa por si mismo con su desastrosa vida familiar sin el “felices por siempre”, a pesar de los lujos.

Pero a diferencia del juego de Rockstar, Heat no son solo criminales. Su corazón está en la misma balanza moral donde pone a sus personajes para lograr el equilibrio ideal, y es ahí donde entra el Teniente Vincent Hanna interpretado por Al Pacino. Hanna es un impulsivo pero también astuto detective, que conectando las pistas da con huellas que lo llevan hacia las motivaciones de McCauley, una obsesión que no se detiene hasta el último minuto de la película.

«La frase máxima de vida para McCauley es que no puedes estar apegado a nada ni nadie que no puedas abandonar en 30 segundos.»

Se nos cuenta una historia en paralelo, donde en la misma popular escena de cafetería que comparten los personajes de Pacino y De Niro nos damos cuenta que no son tan diferentes, pese a que posen en lados opuestos de la ley. Esta ambigüedad moral con dos caras de la misma moneda es el núcleo de la película, más que su bonita e innegable fotografía de la que Rockstar también tomó nota. La balanza funciona en Heat, pero es cuestionable que un juego como GTA V pudiera soportarlo.

Pero qué tal si, en lugar de tres protagonistas, ¿se nos hubiese dado la oportunidad de controlar un personaje como Michael de pasado criminal y por el otro lado su némesis policiaco estilo Vincent Hanna? No estamos abordando un reino de imposibilidades, pero si algo que Rockstar Games se niega a introducir al mundo de Grand Theft Auto sin hacer apología a la corrupción. Con juegos en su historial como L.A. Noire, aunque sea solo distribuido, existe un buen ejemplo detectivesco a seguir; o acaso retomando un viejo, anunciado y olvidado proyecto como apostaba ser el cancelado “Agent.”

Contrario al chisme de pasillo, ambos actores si se vieron las caras.

Reunir las pistas en una escena del crimen o idear el asalto a un banco de repente no parecen mecánicas tan diferentes. No podemos decir que Rockstar nunca se tome las cosas con seriedad si vemos lo logrado con Red Dead Redemption, pero todos los intentos parecen en vano cuando se trata de Grand Theft Auto. Un universo que a pesar de sus enormes bondades como mundo abierto no deja atrás su caracterización como chiste adolescente lleno de nombres con doble sentido.

Podemos asegurar que simplemente Rockstar no quería una copia a carbón de Heat, ¿entonces por qué la molestia de inspirarse tanto? La estructura de misiones, incluso la banda sonora instrumental, beben directamente del trabajo de Michael Mann, con surrealistas composiciones de Tangerine Dream. Como el tema que suena cuando la extensa pantalla de carga de GTA V se queda a vivir en tu televisor, apenas para aligerar la espera mientras la mente viaja.

Querer con todas las fuerzas llevar un producto fílmico a una experiencia interactiva no tendría por qué implantarle automáticamente la “marca de bromas sexualizadas tipo GTA” para que apele al mismo público que ha jugado la serie desde sus inicios. Se puede sentar un precedente más maduro a valorar como se intentó con Niko Bellic en GTA IV, el criminal de Europa del Este que creía haber dejado su pasado atrás pero es arrastrado nuevamente a los malos caminos, tipo Michael Corleone en El Padrino Parte III.

La oportunidad pérdida en GTA V es la misma que pone Heat como bandeja de plata, un balance moral de policías y ladrones que dudamos en algún momento Rockstar quiera implementar en el futuro GTA VI. Dado que tampoco tienen intenciones de volver a tres protagonistas simultáneos, ni siquiera dos; uno bueno, uno malo, o un solo gris, si es que son la misma cosa.

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