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[Opinión] ¿Por qué triunfan los videojuegos de «antisimulación»?

¿Por qué juegos como Goat Simulator han sido tan aceptados por la comunidad? ¿Cuál es su verdadero atractivo?

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goat-simulator-antisimuladores-portadaDebo explicarme, no encontré un mejor nombre para agrupar ese tipo de juegos que dicen ser simuladores pero que en realidad toman con humor y sarcasmo los elementos que ofrecen simular, a veces llegando al ridículo. ¿Por qué han sido tan aceptados por la comunidad? ¿Cuál es su verdadero atractivo?

Este movimiento reciente de los simuladores que no son simuladores (usaré la palabra antisimulador de aquí en adelante) aprovecha comportamientos innatos del ser humano, por ejemplo la curiosidad: explorar lo extraño y desconocido nos apasiona, nos produce cosquillas en la mente y ha sido un elemento clave en nuestro crecimiento. Los desarrolladores de este tipo de juegos han demostrado que pueden llevar al límite el tema que tratan, en especial a través de las mecánicas de juego, y al público le atrae probar esta nueva forma de jugar y comprobar por sí mismos los resultados mostrados en pantalla.

Esto nos lleva al segundo punto: el humor. Todas estas propuestas tienen en común que no tratan en serio el tema que toman. Por ejemplo, Goat Simulator usa chistes simples y a veces humor negro usando simbología religiosa para referirse al bien y al mal, además de tener referencias de películas de acción y hacer mofa de los grandes puntajes como forma de mostrarnos ante otros jugadores; además los efectos de la cabra y su entorno son hilarantes gracias a las condiciones establecidas en la física del juego.

Goat-Simulator-6Ese mismo humor que sirve de base para las mecánicas del juego hace que estos títulos sean sólidos de manera retorcida. Si nos fijamos en lo que ha mostrado I Am Bread podemos percibir parte del asunto; manejar el pan a través de la cocina no es fácil, requiere dominio y reflejos para saber qué botones pulsar para impulsar a nuestra tajada de pan a una superficie limpia, los errores que cometamos generan un efecto en el ambiente o en el mismo PANsonaje y la desesperación que provoca también hace divertido el resultado.

Ese mismo humor que sirve de base para las mecánicas del juego hace que estos títulos sean sólidos de manera retorcida.

Al esconder tras una cortina de humor y aparente ridiculez una mecánica de juego bien establecida, los antisimuladores generan atracción y adicción debido al reto que imponen. Surgeon Simulator parece un título imposible y roto al pedirnos que hagamos una cirugía en un ambiente donde todos los elementos vuelan de un lado a otro, nuestra mano tiene un nivel de control parecido a la de un maniquí y cualquier toque daña al desafortunado paciente. A pesar de eso, cada vez queremos hacer un mejor trabajo y reír con nuestras fallas constantes porque, al igual que Goat Simulator, la física genera resultados inesperados que llegan al absurdo.

Esta lejanía respecto a los títulos «hardcore» y de alta precisión a los que estamos acostumbrados también hace a estos antisimuladores algo ideal para abrir o cerrar una sesión de juegos. Imaginemos que hemos jugado una buena cantidad de partidas de Starcraft II o Call of Duty multijugador que nos han exigido al máximo para subir algunas posiciones o mejorar nuestro nivel, este cansancio puede remediarse con un juego ligero y divertido como muchos de estos antisimuladores; es curioso que a pesar de su aparente falta de sentido común sean una opción lógica para descansar luego de una partida de Dark Souls.

surgeon-simulator¿Y qué decir de «burlarnos del mal ajeno»? Estos títulos son perfectos para reírnos con alguien al lado, por ejemplo, turnarse al manejar un pan en I Am Bread, ver la frustración y las fallas para burlarnos pero ser a la vez la siguiente víctima. Además son juegos que muchos jugadores con canales de YouTube o Twitch usan para entretener a su audiencia; ellos necesitan material para mantener a sus suscriptores pegados a la pantalla y debemos reconocer que es divertido ver la cara de alguien al jugar un antisimulador, en especial cuando falla de manera épica.

También debemos hablar del apoyo brindado por los estudios a cada uno de estos productos. Si bien no pasa en todos los casos, algunos desarrolladores han ofrecido expansiones y DLC sin costo que pueden parecer pequeños pero por su caracter gratuito motivan a los jugadores a seguir enganchados al título o a recomendarlo a otras personas; por ejemplo tengamos en cuenta el modo Parkour de Goat Simulator, algo tan sencillo como dar funciones de movimiento nuevas a la cabra agrega posibilidades nuevas de hacer locuras en el mapa.

Por último tenemos que el costo para dar a conocer estos juegos no es tan alto como en un AAA y se puede recurrir a herramientas que involucren el humor y a los mismos usuarios. Recordemos que una de las mejores maneras de vender es a través del boca a boca de los clientes, que comparten su experiencia directamente con su círculo de amigos o a través de blogs y redes sociales; todos estos aspectos contribuyen a ese elemento de viralización, que despierta la curiosidad y las ganas de invertir en un juego económico y de apariencia divertida.

i-am-breadEn conclusión, los antisimuladores no llegan a ser aún un género por sí mismos, pero cultivan equilibradamente el ridículo y la parodia de la industria actual y son buenas propuestas para aquellos curiosos que desean un entretenimiento ligero, alocado y lleno de sorpresas hilarantes pero a través de sesiones cortas. Tal vez no lleguen a ser juegos de diez puntos, pero nos sacarán al menos diez carcajadas.

¿Qué opinan tienen de estos antisimuladores? ¿Consideran que son juegos saludables para la industria? ¿Necesitamos más humor y locura en el futuro de los videojuegos?

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