¿Buscas un juego de cartas, uno de estrategia o uno ‘roguelike’? El desarrollador Johnbell nos trae una combinación de estos tres llamado ORX, un juego independiente que incluye elementos muy interesantes de dichos géneros y que estaremos analizando en estas primeras impresiones con elementos muy destacados como su jugabilidad con las cartas y la estrategia requerida para ganar.
Para entender este juego debemos saber que la palabra ‘orx’ hace referencia a los enemigos principales. ‘Orx’ es el nombre que se le da a los orcos, criaturas que llegan en hordas bastante grandes con un único objetivo: destruir el edificio central del jugador. Claramente el objetivo es evitar que estas lleguen a dicho lugar y destruirlas a medida que avanzan en una suerte de defensa de torres. Sin embargo, para nuestra sorpresa, este título de acceso anticipado tiene mucho más que ofrecer que solo la construcción de unas cuantas fortificaciones.
Revisemos cómo tenemos que parar a estas hordas:
Primeras Impresiones – ¿Cómo es la jugabilidad de ORX?
En un principio el escenario es muy sencillo. Nos presentan a la facción de los Guardianes de Runas, unos defensores que están inspirados en la Europa Medieval y que dependerán casi completamente de sus fortificaciones para destruir a los orcos. Nos enseñan que tenemos que juntar varias secciones de muro para formar un castillo. Esto se logra a través de las cartas que veremos en la parte inferior: todo lo que construyamos, reclutemos o invoquemos vendrá de esas cartas. Lo divertido de esto es que podemos tratar de usar distintas combinaciones para formar una fortaleza de mayor tamaño y poder.
Construyendo una economía y una defensa
Así, podemos ver que nuestro primer castillo es capaz de lanzar fechas y destruir a las primeras hordas de orcos que aparecen. Los primeros escenarios son relativamente sencillos, pues a pesar de que el principio de las construcciones no es tan fácil de entender, los enemigos son débiles.
El tema es que los orcos no atacan de un solo lado. El mapa nos alertará de dónde vienen las hordas y en etapas tardías vendrán por más de un lado a la vez. Esto nos obliga a construir defensas por todas partes y estar preparados para repeler a los invasores. Eventualmente las batallas contra los jefes presentan un gran desafío que escala la dificultad al triple, por lo que esto no debe ser tomado con tanta delicadeza.
En ORX hay un factor muy importante de estrategia en la administración del oro y las cartas que podemos usar. No siempre tendremos fondos para poner los castillos más imponentes, por lo que tendremos que conseguir oro. La forma directa de esto es la de hacer caminos. Cuando hacemos caminos ininterrumpidos podemos tener un flujo de oro, especialmente si al final de estos hay una granja o un pueblo. Dichos emplazamientos significan el fin de la vía, por lo que podemos decidir si esperar un poco más para ponerlos lejos o ir a lo seguro.
Por lo tanto, la administración del espacio y tener una noción de cómo se debe planificar la «ciudad» es fundamental. Tendremos cartas para poner cruces y desviaciones en el camino, pero muchas veces el factor suerte no nos permitirá tener tantas como queramos para hacer expandir nuestras defensas. El juego obliga a ser recursivo y sacar el mayor provecho de lo que se tiene en la mano.
Más allá de las fortifiaciones
Cualquiera puede pensar que la jugabilidad de ORX se basa simplemente en saber usar cartas de construcciones en un sitio que parezca vulnerable y ya, pero no. El juego tiene una mayor complejidad de la que aparenta, pues cuenta con cartas de soldados, edificios que producen otro tipo de mejoras y hasta cartas de hechizo con uno de los nueve elementos que existen (que producirán mayor o menor daño según el adversario).
La situación cambia de manera significativa cuando se le presenta al jugador la segunda facción disponible (serán cuatro en el juego completo), los Asaltantes de Dunas. Se trata de una agrupación inspirada en el medio oriente que desecha casi por completo las fortificaciones para basar su acción en el uso de caravanas y soldados de a pie que reciben mejoras constantes con las cartas.
Hay también efectos de clima, artefactos permanentes, un sistema de corrupción que hace a los enemigos (y las recompensas) más poderosos y hasta cartas para los enemigos para decidir una especie de mal menor. Todo esto se va acumulando con el pasar de las batallas y el jugador está obligado a elegir entre varias opciones. Es cierto que tanto puede parecer abrumador, pero resulta siendo una jugabilidad muy rica cuando se entiende.
Primeras impresiones de ORX: ¿Qué hay por mejorar?
Lamentablemente, no todo es bueno. Por ejemplo, el sistema de construcción a veces resulta frustrante y difícil de entender. A veces el jugador no sabe por qué no se ha completado la construcción de un castillo y la existencia de muros diagonales solo lo hace más complicado.
También se desearía que hubiera una forma de escoger el mazo de cartas que se va a utilizar antes de cada partida. Solo se permite agregar unas cartas y desechar otras, por lo que el elemento de suerte a veces resulta estar demasiado presente.
No obstante, hay que decir que ORX dejó muy buenas impresiones en este acceso anticipado, pues su jugabilidad ofrece muchas posibilidades entre cartas, la estrategia del jugador y las decisiones que este debe tomar. Esperamos que ver mucho más de este título en un futuro.
Primeras impresiones hechas con un código de acceso anticipado de ORX para PC (Steam) provisto por Critical Reflex.
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